martes, 31 de marzo de 2015

Antropología del Poder.

Para hablar del Poder nos es menester hablar de esa noble alma de Dios que fue el bueno de Nicolás Maquiavelo, a quien en la actualidad poco se le lee y poco se le estudia. Maquiavelo es al poder lo que Sócrates a la filosofía. Su lectura debiera ser obligada, sobre todo considerando que el poder es el segundo gran motor de los seres humanos. Mucho de lo que el vulgo dice de Maquivelo carece de fundamento. Sirva como ejemplo la frase del “fin justifica los medios”. Frase atribuida a Nicolás Maquiavelo pero que acuño Sófocles mil años antes de que naciera Maquiavelo.

Maquiavelo es considerado el más profundos investigador de la realidad humana. No solo descubrió que el poder es uno de los dos motores del accionar humano, sino que además descubrió la esencia del quehacer humano... Presentó al ser humano como lo que es: un ente ambiguo, traicionero, cambiante y enfermo de poder. Lo cual por supuesto no aplica a nosotros, pero si a nuestros conocidos, vecinos, parientes y amigos. 

El ser humano es un ente que por naturaleza es ambiguo y proclive a la mentira. El otro, por ejemplo, nunca nos miente... Nos mentimos respecto al otro. Él, como nosotros, usa las palabras para decir lo que quiere y callar lo que piensa, y más si ese otro es un hombre de poder. 

El hombre de poder te mentirá más que cualquier otro. Sus palabras siempre estarán por debajo de sus propósitos. El, como nosotros, es fiel a sí mismo y leal a otros. Lo que lo ineluctablemente lo condena a la traición. Su oficio y su naturaleza le hacen ser leal, pero no fiel. Y la lealtad está subordinada a las circunstancias. Cambian las circunstancias, cambian las lealtades. 

El hombre de poder, como todos nosotros, es un ente que esta en constante proceso de formación. Este constante crecer y madurar es lo que hace de él un ser cambiante. No obstante el cambio es más notorio en él que en los demás, debido a que él es ser enfermo de poder. 

El poder, después del sexo, es el motivador más importante de los seres humanos. La primera mitad de la vida en la que el instinto de la reproducción esta al máximo de su capacidad, el sexo ocupa el primer lugar de nuestros impulsos y el poder el segundo. La segunda mitad, en la que el instinto de reproducción mengua sensiblemente, el poder pasa a ocupar el primer lugar de nuestros impulsos y el sexo el segundo, razón por la cual hoy solo me dedico a escribir e impartir conferencias. 

El hombre, como todo lo creado, está subordinado a su naturaleza. 
Al hombre le es imposible dejar de ser lo que es. La realidad es que somos el mismo hombre que el de hace cinco, diez mil o más años. Nos mueven los mismos impulsos, reactivos y motores que movían a nuestro ancestro en el Paleolítico. No solo no hemos cambiado nada, sino que diez mil años de historia nos han demostrado que la evolución en los seres humanos es hacia atrás en lo general y hacia adelante en lo accidental. 

Sirva como ejemplo el caso de Leonardo Da Piero Da Antonio Da Vinci. Este nació hace quinientos años, sin embargo los hombres de hoy no somos más que Leonardo, somos mucho menos que él y que muchos otros que nos han precedido. Nos cuesta trabajo entender y aceptar esto debido a que confundimos los productos de la inteligencia con la inteligencia. Cuando la realidad es que lo único que ha avanzado son los productos de la inteligencia, pero esto no quiere decir que la inteligencia haya evolucionado o que seamos más inteligentes que los que nos precedieron. De hecho cada generación es menos inteligente que la anterior.

Ejercicio del poder.
Todos sueñan con el poder, pero no todos son aptos para ejercer el poder. El ejercicio del poder demanda de personas que tengan la capacidad de mantener el cerebro y el corazón absolutamente fríos. Personas que no se dejen llevar por la emoción, ya que esta tiende a sabotear a la razón, y cuando esta se ve afectada por la emoción, se incapacita para tomar decisiones con la precisión y clarividencia que demanda toda situación.

El poder requiere de personas que puedan dirigir su cerebro. Personas que hayan enseñado a su cerebro a pensar con la finalidad de no darle cabida a nada más que la razón y a la decisión. Personas que entiendan que la gran mayoría de las decisiones van en contra de nuestros impulsos, por lo que no solo nos es menester desarrollar la capacidad de decirle que no al otro, sino de decirnos a nosotros mismos que no debemos subordinarnos a nuestros impulsos al momento de tomar una decisión.

Otro tema importante en el ejercicio del poder es el de la narrativa. No es indispensable aprender a ignorar la narrativa de los otros. Toda narrativa es una novela y como tal subordinada a las emociones, intereses e interpretaciones del narrador. El hombre de poder debe centrarse en los hechos, no en la narrativa. Debe aprender a ignorar lo que la gente dice y a escuchar lo que la gente calla. La verdad está más en lo que se calla que en lo que se dice. 

La Masa no sabe lo que quiere, y lo que quiere lo quiere poco. 
Es de suma importancia que el hombre de Poder entienda que la Masa (93% de la población) es Masa, y que lo único que quiere y puede ser.., es Masa. No le demos el poder a quien no quiere ni puede pagar el precio del poder. La Masa sueña con los beneficios del poder, no con las responsabilidades que éste conlleva.

La Masa habla de los poderosos porque éstos son aquellos que ellos quisieran ser. Sueñan con ser poderosos, con tener lo que el poderoso tiene, no con hacer lo que éste hizo para lograr el poder. La Masa habla de los humildes pero solo como ficción. Lo que menos quieren es ser como el virtuoso del que le hablaban en la escuela, en los libros o en las clases de moral. Todo lo contrario. Lo que quieren es ser malos y no tener problemas con su maldad. 

La Masa no dice con indignación: ¿cuanto se estará robando este fulano? ¡Lo dice con admiración! Cuando el hombre Masa esta con otros hombres Masa, gritara, criticará y se desgarrara las vestiduras por la indignación que le producen los abusos del poder, pero lo cierto es que al final es al malo al que prefieren. Al bueno, al humilde, al virtuoso no lo quieren. El malo podrá será una bestia, pero siempre será preferible una bestia en el poder que alguien que carezca del carácter que se requiere para ejercer el poder. 

La Masa habla del héroe moral, pero lo hace para no quedar mal con sus familiares, amigos, maestros y tutores. La realidad es que al héroe moral nadie lo quiere. Lo ven como un pobre Diablo. Solo es menester que nos escuchemos hablar: ¡Fulano de tal, pobre. Es tan bueno! 

En cambio, del malo, del mendigo, del aventurero, lo que decimos es: ¡Cuidado! Que éste si logra lo que se propone. El héroe moral en los libros de texto pero no en la sociedad. En la sociedad se cotiza el astuto, el inteligente, el practico, el eficiente. El que tiene colmillo. El que logra lo que se propone.

En la vida son más los deseos que las necesidades.
Deseos hay muchos, necesidades, pocas. ¿Debe el hombre de Poder atender a lo que la Masa dice? La respuesta es no. El hombre de poder debe escuchar, pero no atender lo que la Masa dice, ya que esta no sabe lo que quiere, y aquello que dice querer, lo quiere poco, pues tan pronto le pongas enfrente el costo de ese querer, este desaparece como por arte de magia. Sirva como ejemplo el dinero. La Masa quiere tener dinero, no pagar el precio que pagan los que tienen dinero. 

Otro tema de suma importancia en el ejercicio del poder es de la realidad. En el ejercicio del poder no se trata de hacer que la gente sea buena o que sea feliz. Esto es una utopía. Se trata de captar las fuerzas que están en movimiento y utilizarlas hacia el logro de nuestros objetivos. Y el principal objetivo de todo hombre de poder es lograr que la gente sea prospera, que al final es lo único que la gente realmente valora.

Virtud y eficacia.
El poderoso no debe ser un modelo de virtudes, sino de eficacia. Una cosa son las virtudes (uso de la fuerza) y otras las debilidades, como por ejemplo ser humilde, obediente, paciente, tolerante, abnegado y toda esa suma de etcéteras que nos han vendido.

Maquiavelo dice que la Masa no se debiera detener en ver si el líder les gusta, si tiene carisma o si carece de él. Lo único que la Masa debe preguntarse es si el líder es capaz de hacer su trabajo. Si los esta haciendo prosperar.

No le preguntamos al cirujano por su caligrafía, estilo o forma de escritura. Le preguntamos por su cirugía. De igual forma debiéramos hacer con los líderes. No cuestionarlos por sus virtudes o estilo, sino por su eficacia, por sus resultados.

Lo cierto es que nadie tiene la obligación de ser modélico en nada ni con con nadie más que consigo mismo. Porque entonces le exigimos a los líderes que sean lo que nosotros no estamos dispuestos a ser. Es como si el gobernante nos dijera: ya no juego. Hasta que no sean ustedes buenos súbditos, no saldré de la Casa Presidencial.

Es importante también que el líder entienda que lo único que jamás le deberá de preocupar es su moral... Lo que le debe ocupar y preocupar es el arte y la técnica de captar las fuerzas que están en juego para dirigirlas hacia el fin previsto. De tal suerte que si el objetivo es evitar una guerra, tomara las medidas necesarias para hacerlo, aún cuando estas atenten contra la moral 

Así pues, el líder preferirá decir que muera Juan Pérez pero no todos los que viven con Juan Pérez. ¿Hablarán de él? Por supuesto que si. Pero lo que le deberá preocupar no es lo que dicen los demás, sino lo que tiene que hacer. 

En la vida nos han precedido muchos que han sido óptimos y después de nosotros vendrán muchos que serán pésimos, luego no se trata de la evolución de los demás, sino de la de uno mismo. 

Arte y técnica. 
No se puede hacer nada sin partir de la realidad. Todo lo demás es irreal, utópico. Debemos hacer a un lado el ideal y centrarnos en lo que nos pide la realidad. El arte y la técnica de ejercer el poder es como una partida de ajedrez. Uno nunca deja ver la jugada que sigue. Todas nuestras jugadas son para avanzar y confundir... 

Nos es menester aprender a decir lo contrario de lo que pensamos. Cuando dices lo que piensas te abres al otro. A ese otro que si es más versado que tú en el manejo del poder, usara lo que le dices sin que sepas lo que piensa....

Imagínense un presidente extranjero. Este no va a venir a México a decir: quiero petróleo. Lo que dice es: ¡A mi interesa la cultura ancestral de los aztecas! Y así poco a poco ira arreglando las cosas para poder regresar a su país con millones de barriles de petróleo. En una negociación, cada uno va decir lo que no piensa, midiendo que si puede soltar y que debe callar. Siempre conscientes de que lo que ambos quieren es ganar.

Dualidad en el poder.
Debe acceder el poder solo aquel que pueda manejar la dualidad (dos caras). Alguien que no sea esclavo de su estómago, de su hígado o de su moral. El que tenga problemas con su moral que no gobierne. Ya que éste nos va a fallar a nosotros para no fallarse a sí mismo. 

El problema de la moral es la conciencia y hay tantos tipos de moral como conciencias hay. Maquiavelo no dice que el poderoso deber ser absolutamente mentiroso. Dice, que como todos somos mentirosos, lo correcto es que no nos hagamos ilusiones de quienes están en el poder.

Los moralistas son muy peligrosos. Estos se basan en las emociones y estas crean públicos ávidos de esperanzas (mundo de lo posible). Públicos que terminaran creando mayores problemas que los que tenían, debido a que el moralista les vendió lo posible, más no lo probable. 

En el poder no necesitamos a un idealista lleno de buenas intenciones. Lo que queremos es aventureros y piratas, no moralistas o santones. Los moralistas no están aptos para ejercer el poder. Estos se basan en emociones y estas no perduran. La emoción más fuerte en los hombres es el amor, y si algo nos ha demostrado la vida es que no perdura...

Si dos que querían ser uno, que se prometieron estar juntos más allá del instinto, de la emoción y del momento, un día se desconocen y luego se odian. Si esto pasa con el amor que es la emoción más fuerte en los seres humanos, que creen que pase con el fervor de los seguidores. A la gente hay que darle razones, hechos y beneficios. Si solo apelamos a los sentimientos lo único que vamos a lograr es que se pongan en contra de nosotros. 

Solo hay una justificación para emprender algo y es triunfar en ello. Si no se triunfa en ello, no era justificable haber emprendido aquello. En el ejercicio del poder no se perdona el fracaso. No hay honorables fracasos. Al líder lo queremos tanto cuanto nos es eficaz y nos hace prosperar, no en cuanto es emocional. Lo que la gente quiere es ganar y nosotros debemos hacerles ganar.

El poder es un ejercicio de agresión y defensa cerebral. En donde nuestro objetivo es asegurar la estabilidad de un todo para poder hacer las cosas que se requieren para lograr la prosperidad de ese todo. No sirve para ejercer el poder aquel que tenga preocupaciones ajenas al ganar. Este individuo esta condenado a fracasar. 

Cuatro son las preguntas del poder: ¿qué debo hacer para llegar al poder? ¿Qué para conservarlo? ¿Que para utilizarlo? ¿Qué para acrecentarlo? Ninguna de las preguntas está sujeta a reglas éticas o morales. Están sujetas a reglas de eficacia. El poder es amoral, o lo ejerces sin recato u otro lo ejercerá por ti.

En el poder no te preguntas si el otro es una buena persona o si es amoral. Lo que te preguntas es si es bueno o no a tus intereses. Lo que nos interesa es el resultado y que éste se consiga de la manera más armónica posible, cuidando que la solución no genere más problemas que los que soluciono. 

La capacidad de poder se mide en los problemas complejos, no en los fáciles. Seguir la inercia es fácil, pero esto lo hace cualquiera. Transformar ésta en algo mejor es algo que solo un hombre de poder puede hacer. Nada nos hace perder más el poder que la constatación que hacen los otros de nuestra ineficacia, aún por aquellos que antaño nos aplaudían y seguían.

El Príncipe -hombre de poder.
El Hombre de poder es aquel que sabe y acepta que los escrúpulos son limitaciones, ya que la obligación ética de todo Príncipe es lograr el objetivo armónico de lo que se propone. El Príncipe siempre le dará más importancia al Qué que al Cómo. Mientras que los que nacieron para ser gobernados le darán más importancia al cómo que al qué

El Príncipe no distinguirá genero. Para él el otro siempre será alguien que quiere lo mismo que él: ganar. Al Príncipe no le preocupa lo que la historia o la Masa diga de él. No le preocupa si piensan que fue bueno o malo. Lo que le preocupa es ser eficaz, que esto a la postre siempre será más importante que el voluble decir de la Masa. No olvidemos que aquel que vive de los respetos sociales, terminara siendo esclavo de la opinión pública, ya nada hay más mutable que la opinión pública. 

El eficaz siempre se convierte en una fuerza de cohesión, aun cuando la Masa lo perciba como destructor. El Príncipe siempre tenderá a destruir, reformar o mejorar lo ya hecho. No destruye por destruir, destruye para construir una historia que difícilmente otro pueda construir. Para poder hacer esto le es menester rodearse de gente igual o mejor que él. De gente que quiera y pueda sucederle en el poder. Estos no le serán fieles. Serán eficaces. serán personas que tienen clara la diferencia entre saber y hacer, que trabajarán eficazmente para lograr obtener lo mismo que él: Poder.

El Príncipe debe parecer bueno, pero no serlo.
Maquiavelo le dice al Príncipe: sé eficaz y parece bueno. Sonríe, se afable, pero no dudes en ser artero y en hacer lo que tengas que hacer. Debe parecer que posees todas las mal llamadas virtudes humanas, pero pobre de ti si posees alguna de ellas. Serás una luz efímera que pronto regresará a la masa de gobernados. 

Nunca tengas misericordia con nadie. No te compadezcas. Ubica a cada quien donde cada quien debe de estar. No donde quieres que estén o donde ellos desean estar, sino donde deben y pueden estar. No esperes nada de la gente (pareja, hijos, socios o amigos). Recuerda que nada hay más ingrato que la humana naturaleza. Esta agradece siempre lo que esta por recibir, más no lo recibido.

Nunca digas lo que sientes. Te acusaran de anti ético, pero lo ético no es decir lo que quieres, sino hacer lo que debes, querer lo que debes y  triunfar en ello. Si vas a decir algo, dilo haciéndolo. Recuerda que solo tienes dos opciones: o traicionas la realidad o traicionas el ideal.   

El hombre de poder mide su entorno para crear soluciones que no generen problemas mayores que los que soluciono. Dile a la Masa lo que quiere oír, pero ten mucho cuidado de creer lo que les dices. Nunca te detengas en los sentimientos de los demás, que si bien es cierto que la gente si actúa por sentimientos, también lo es el que pesan más en ellos las presiones y los intereses que los principios, razones y valores. Es en sus intereses en lo que te tienes que detener. 

La doble ética es tan natural en los seres humanos, como le es al perro ladrar o al gato maullar. Aquel que diga que no posee una doble ética o que crea que está libre de pecado, es porque tiene una amnesia incurable. El hombre de  poder debe tener siempre presente que es con la doble ética de la gente, con la corrupción y el interés material y político con el que va a construir su ámbito de poder...

Y todo esto lo hará aparentando que es un hombre de una sola ética…

sábado, 28 de marzo de 2015

No enseñas lo que sabes, contagias lo que eres.

En la vida no enseñas lo que sabes, contagias lo que eres.
El conocimiento muere contigo. No se transmite. Lo que se transmite es la instrucción, no el conocimiento. 

El conocimiento tiende a la muerte. Para conocer algo nos menester diseccionarlo (matarlo). Conocer el todo de la parte y la parte del todo. Esto es lo que hacen los niños. Les es menester desarmar sus juguetes para comprender lo qué es. Lo hacen instintivamente. Nadie les enseño. Esta en su código genético. Toman cada pieza y la observan como un todo. La mueven para escuchar como suena, la respiran, tocan, gustan. Después, si tienen suerte, podrán ensamblar todas las piezas, de lo contrario le tocara a los padres armar el juguete con el hijo, explicándole la forma en que funciona cada una de sus partes y cada una de ellas en combinación con las otras partes. Lo harán con la finalidad de ayudarle a entender el funcionamiento del juguete, con lo que, sin que el hijo se de cuente, le estarán desarrollando una mente lógica procesal que le será de suma utilidad el resto de su vida.

Habrá padres que lo único que hagan es amonestar a sus hijos cada vez que desarmen sus juguetes, coartando lenta pero progresivamente el proceso de conocimiento de sus hijos, los cuales de adultos sabrán usar las cosas pero no lo que las cosas son. Serán adultos que confundan uso con conocimiento, circunscribiendo su hacer y quehacer a operar, no a transformar.

Regresemos al contagio... En la vida todo se da por contagio. La vida misma se da así. 

Un padre de familia puede comprarle libros a sus hijos. Pedirles que lean una hora al día. Condicionar permisos a la lectura y hacer un sin fin de cosas más para que estos desarrollen el hábito de la lectura. Tal vez lo logre, no lo sabemos. Habrá que esperar a que su hijo crezca para ve el resultado. Lo que si sabemos es que más allá de todo lo que el padre haga, nada incidiría más en ellos que el ver a su padre disfrutar de la lectura. Si los hijos lo ven leer con cara de obligación, sufrimiento, tedio o fastidio, lo que su cerebro les va a decir es que leer es horrible. Por el contrario, cuando ven a su padre cerrar el libro, prender la televisión, emocionarse con el fútbol, gritar, saltar, festejar, etc. Lo que el padre les esta transmitiendo es que ver el fútbol es algo que vale la pena, mientras que leer es algo que no. 

Lo mismo pasa con eso que mal llamamos valores. Un padre puede enseñarle a sus hijos que robar es malo, que apropiarse de lo ajeno es incorrecto, pero si al estar con sus hijos en un lugar público ve que a una persona se le cae un billete al suelo, y en lugar de recogerlo y entregarlo le pide a uno de sus hijos que pise el billete para que nadie lo vea, es ahí, justo en ese momento en el que el inconsciente hacer le traiciona, cuando realmente se da la lección. Su inconsciente e impulsivo hacer, ese que habita en lo más profundo de él, es el que les enseño y contagio lo que su padre es. Lo que le mueve. Lo que le importa.

El contagio se da de manera inconsciente. Es todo aquellos que hacemos por impulso. Sin pensar. Sin estar conscientes de la trascendencia de ese impulsivo hacer. Así pues, contagiamos lo que somos, no lo que hacemos, no lo que sabemos.

Ante los demás, pareja, hijos, amigos, colaboradores, etc., nos define más nuestro impulsivo hace que todo lo que les decimos o actuamos. Es nuestro genuino hacer, el que obedece a los mas profundo de nosotros, lo que nos define como seres humanos, y es precisamente ese  genuino hacer el que contagiamos a los demás. 

De nada sirve que el dueño de la empresa tenga tapizadas las parees, oficinas y cubículos con leyendas de la misión, visión, filosofía y valores de la empresa. La misión, visión, filosofía y valores que la gente respiran son los del hombre vértice de la empresa. Cuando lo ven faltar a la palabra, no respetar acuerdos, sacar ventaja intencional, etc., es cuando su gente toma, respira e introyecta las formas de éxito de ese hábitat, el cual repetirá una y otra vez, sin importar todo lo que se les diga, instruya o haga la dirección y la gente de capacitación. 

Lo mismo acontece en el ámbito doméstico. Es el genuino hacer de los padres y no el falso hacer el que define lo bueno y lo malo, lo permitido y prohibido, y con ello las difusas fronteras del accionar humano. Lo más curioso es que al paso del tiempo es muy común escuchar decir a los padres: ¿porque habrá salido éste así? Porqué si lo mande a las mejores escuelas, lo rodee de la mejor gente, en la mejor colonia, etc. Claro que la madre tendrá el consuelo de decir: salió a él.

El contagio es tan importante que hasta el oficio se adquiere por contagio. El hijo de empresario tendera a ser empresario, el de empleado, empleado, el del político, político, etc. La ronda de las generaciones esta cien por cien subordinada al contagio, no a la instrucción, al falso hacer u oblicuo decir. 

Así pues, lo cierto es que más allá de los títulos, maestrías o doctorados, el individuo es más lo que es por lo que le contagiaron sus padres (en mayor medida), amigos, jefes, etc, que por todo lo que estudió. 

viernes, 27 de marzo de 2015

Contra el Supremo Hacedor.

El 27 de septiembre de 1821 España firma la independencia de México. Nuestro país, heredero de una profunda tradición histórica en donde la religión y el imperio eran la norma, logra su independencia gracias a una suma de causas externas e internas que obligan a España a reconocer y firmar la independencia de México. No obstante el nacimiento como país independiente fue accidentado, problemático y de una alta inestabilidad política. Los enfrentamientos entre Conservadores y Liberales se prolongaron hasta bien entrada la Reforma.

De 1821 a 1833 el país enfrento el nacimiento y ocaso del Imperio y un sinfín de gobiernos de corta duración. Fueron años aciagos en lo que se estaba definiendo el país que íbamos a hacer. En 1833 la República fue tomando forma y con ella la corriente Liberal Progresista en la que el poder paso de las clases altas -religiosas, instruidas y acostumbradas a mandar sin ser cuestionadas-, a las clases bajas, liberales, bien intencionadas, pero sin la más mínima idea de lo que es el ejercicio del poder.

La anécdota que sigue ilustra un caso real…

En 1833, en un pequeño pueblo llamado “Las Castañas”, perteneciente a la región de Chiapas, llega al poder un hombre del pueblo al que sus superiores nombraron como Oficial Mayor debido que era una persona leal, atenta, servicial y convencida de las corrientes Liberales Progresistas, por lo menos lo que él entendía como tal.

Este, alarmado por lo prolongado de la sequía y el reclamo de los habitantes ante su falta de respuesta, promulga un edicto compuesto de los siguientes apartados:

1: Si en ocho días no llueve abundantemente, nadie irá a misa ni rezará.

2: Si la sequía dura ocho días más, serán quemados los conventos, iglesias, capillas y demás edificios religiosos.

3: Si tampoco llueve en otros ocho días, serán degollados los clérigos, frailes, monjas, beatas y santurrones.

4: Por el presente edicto se conceden facultades para cometer toda clase de pecados, para que el Supremo Hacedor entienda con quien tiene que vérselas.
 
No sabemos si el Supremo Hacedor tomo nota del edicto (hay sospechas de que no). Lo que sí sabemos es que afortunadamente llovió, y que duro poco en el cargo.
 
En las empresas es muy común que los Mandos Medios nominen para puestos de liderazgo a personas que se distinguen ante ellos por sus atenciones, disponibilidad, servicio y lealtad, sin embargo, en la gran mayoría de los casos, son personas que no poseen las características antropológicas que demanda el ejercicio del poder.
 
No dudo que haya ocasiones en que esté tipo de personas logren, como en el caso arriba mencionado, que el Supremo Hacedor responda a sus edictos, sin embargo lo más probable es que no sea así, por lo que nos es menester valorar más el criterio de la persona, el conocimiento que tiene del área que va a dirigir, la capacidad que tiene para entender el accionar humano, para ver por su gente (formar, no consentir) y para meter las manos. De lo contrario esteremos sujetos a la capacidad que estos tengan de incidir en el Supremo Hacedor.

jueves, 26 de marzo de 2015

Anómalos, Periféricos y Masa.

La historia no es otra cosa más que la biografía de los hechos de los hombres.
La historia empezó justo en el momento en que el hombre dejo el primer testimonio de sus actos.
En estos diez mil años de registro histórico el comportamiento de los seres humanos ha sido el mismo. El 2% de la población crea los acontecimientos, el 5% los dirige y el 93% consume y opera.

Diez mil años de historia nos han demostrado que son los Anómalos (2%) los que han creado y crean mundo. Los Periféricos (5%) son los que han gobernado y gobiernan mundo, y los Masa (93%) los que han operado y operan mundo.

La diferencia sucinta entre unos y otros es el proceder. No su cuna, economía o instrucción académica. De hecho son muy raros los Anómalos que vienen de una cuna acomodada. Casi todos provienen de la más infinita miseria humana y económica. Son Anómalos por el cerebro que tienen. A estos, lo que les hace Anómalos, no es su origen sino su destino.

Los Periféricos, por regla general, provienen de familias en las que el poder y el dinero son la norma. Para los Periféricos el origen tiene que ver con el apellido y el destino con la asociación. Por ello es muy importante el con quien se casan, se reproducen, asocian y demás etcéteras del poder. Para ellos el presente tiene un valor preponderante.

El Masa proviene de familias en las que la historia familiar, la tradición, religión, creencias y valores definen sus potencias y límites. Para el Masa nada hay más importante que el origen, y este tiene que ver  con sus raíces, con su historia, con sus ancestros. Le indigna, por ejemplo, lo que los españoles le robaron a los Aztecas en la conquista. Se siente orgulloso de su pasado Azteca, aun cuando por sus venas corre un 58.96% de sangre europea, un 35.5% de sangre asiática y un 5.3% de sangre africana (Instituto Nacional de Medicina Genómica).

Casi todos (98%) nacemos Masa. Nadie nace Periférico y muy pocos nacen Anómalos (2%).

Los Anómalos reciben ese nombre debido a que poseen una anomalía genética que los diferencia de los demás. Estos nunca han representado más del 2% de la población. Y es precisamente esa anomalía que los demás llamamos talento, lo que los hace diferentes al resto de nosotros. Estos viven en el pináculo de la creación, en el manicomio o en la cárcel. Son esos des-adaptados que lograron imponerse al entorno y crear el mundo en el que vivimos los demás. Estos tienen el don de ver en lo que todo el mundo ve lo que nadie ve. Lo capitalizan, lo institucionalizan y nos lo venden. La gran mayoría de ellos terminan multimillonarios.

Los Periféricos (5%) nacen Masa. Lo que los posiciona en el 5% de la población es la educación que reciben. Se les educa y forma desde la cuna para dirigir, institucionalizar y normar la vida de los demás. Aprenden a ver y a operar el mundo desde el combes del poder y del dinero. Criterios, ambos, que rigen su pensar y accionar, ya sea en la elección de pareja, escuela de sus hijos, socios, amigos y demás etcéteras. 

Para el Periférico es más importante la apariencia que la sustancia, la boda que el novio, el bautizo que el infante, el funeral que el muerto. Le es de suma importancia edificarse como símbolo de poder ante los ojos del Masa, lo que a la postre le garantizará los niveles de consumo que el mercado requiere.

El hombre Masa consume y opera. Su identidad se la da el consumo. Le es más importante la marca que la función. El tema no es el dinero, sino adquirir las marcas que consumen los Periféricos, lo cual, si no lo hace ser, si parecer. El Masa vive perenemente endeudado. Lo que le caracteriza es la carencia de valor como individuo y por ende de identidad, razón por la cual compra y viste la playera representativa de su equipo, actores, actrices y modelos de éxito.

El hombre Masa es un sabio de segunda mano. Todo lo sabe de oídas. No investiga, no piensa. Es un repetidor de repetidores. Se involucra, emociona o indigna de cosas que si pasan no pasa nada, mientras que aquellas otras que si pasan pasa todo, le pasan de noche. 

¿A cuántos hombres Masa de los que usted conoce les ocupo y preocupó el relevo de Ben Bernanke? ¿A cuántos les ocupo y preocupo los comunicados de Janet Yellen? Es muy probable que la respuesta sea que a muy pocos, aun cuando la sustitución de Bernanke o los comunicados de Janet Yellen nos afecten o beneficien más que mucho de lo que acontece en nuestro país.

Al hombre Masa lo gobiernan y dirigen las cosas. No sabe poner distancia de la cosa en sí, lo cual para el Anómalo y Periférico es de lo más normal. Estos saben que solo cuando logras poner distancia de la cosa en sí, es cuando puedes dirigir y gobernar la cosa, ​en lugar de que esta te gobierne y dirija a ti.

El problema del hombre Masa es que no sabe que es Masa, amén de que confunde disfraz con esencia, fantasía con realidad, lo cual le dificulta unir sin confundir y separar sin distinguir. Para ellos todo es la misma cosa. Para el hombre Masa el rico, el famoso y el poderoso son la misma cosa, cuando la realidad es que son animales diferentes. El Poderoso colecciona hombres a su servicio, el rico colecciona dinero y el famoso colecciona aplausos. Los tres tienen poder, dinero y fama, pero sus motores son diferentes.

A Carlos Salinas de Gortari lo que le mueve es el poder. Tener hombres a su servicio. El dinero y la fama son una resultante de su poder, más no su motor.

A Carlos Slim lo que le mueve es el dinero. El poder y la fama son una resultante de su dinero, no su motor.

A Madonna lo que le mueve es el reconocimiento de los demás, el aplauso. Su dinero y su poder son una resultante de su fama, no su motor.

Este confundir del hombre Masa es lo que le hace educar a sus hijos como Masa, lo que a la postre les dificulta la posibilidad de migrar a otros estadios del ser.

Los tres perfiles son importantes y simbióticos. El Anómalo (creador) necesita del Periférico para institucionalizar lo creado y al Masa para operar lo institucionalizado.

Conclusión:
Casi todos nacemos Masa. Lo que nos define es la educación, no la instrucción. Sin embargo, el resultado de la educación está subordinado a la genética (capacidades innatas) del individuo.

Hay quienes van a la facultad de medicina a estudiar medicina (Masa), hay quienes van a estudiar medicina y con ella la forma en que piensan y operan los médicos (Periféricos). Y hay quienes van estudiar medicina para crear nuevas formas de diagnóstico, de conocimiento y de aplicación de la medicina (Anómalos).

Los tres fueron a la facultad de medicina, no obstante es la educación recibida en su casa y su genética lo que marca la diferencia, horizonte y destino de unos y otros.

martes, 24 de marzo de 2015

Una vida sin mentiras es mentira.

Mentimos a diario, a nosotros mismos y a los demás.

El problema de este constante mentir es que nos cuesta mucho trabajo reconocerlo, no obstante la realidad es que nos mentimos a diario, tanto a los que amamos como a los que no. La mentira es un hábito generacional, heredado. Es un hábito que aprendimos de nuestros padres. Nos educaron y educamos para mentir. No nos damos cuenta de ello debido que vestimos la mentira para no reconocerla. Nosotros, amantes de los eufemismos, hacemos uso de estos para disfrazar la realidad y lo hemos hecho tan bien que hay quienes confunden disfraz con esencia. La admiración, por ejemplo, es el disfraz elegante de la envidia. Pero como nos han enseñado que la envidia es mala la vestimos de admiración. La cortesía es el disfraz elegante de la mentira, pero como nos han enseñado que la mentira es mala, la vestimos de cortesía.

Todos somos corteses y con ello mentirosos. ¿Está mal? No me lo parece. Sin ella nos sería imposible vivir en sociedad. Se mienten los anacoretas, cuanto más nosotros que tenemos un alto nivel de interacción social. Lo que está mal no es la mentira, sino el que no nos demos cuenta de que mentimos, al grado de que podemos llegar a creer nuestras mentiras, migrando poco a poco de la mentira a la mitomanía.

La mentira, nos guste o no, es una realidad. El problema no es la mentira sino la intención de la mentira. El mal para que sea considerado mal, debe reunir dos condiciones: conocimiento e intención. Si no hay conocimiento de que se está haciendo un mal, y no hay la intención de hacer el mal, entonces no hay mal. Hay un hecho que perjudica a terceros, pero el hecho carece de maldad.

En una ocasión mande restaurar un cuadro del siglo XVII. El restaurador me lo llevo a la casa, se lo entregó a la madre de mis hijos y esta lo dejo recargado sobre una pared. Mis hijos que en ese entonces creían que iban a ser futbolistas, atravesaron el cuadro de lado a lado y lo festejaron con un pronunciado gol que tuve la suerte de escuchar justo en el momento en que llegaba a casa. Los felicite por su gol, no obstante cuando llegue al área de juego descubrí que el cuadro tenía un hoyo a la mitad de la tela. Moví el cuadro y tome partido con ellos, cambiando solo la cancha y el escenario. Más allá del daño que el gol le ocasiono a la tela, lo cierto es que ni tenían conocimiento de que era una obra del siglo XVII, ni la intención de dañarla. Hubo un daño, pero no maldad.

La mentira en nosotros tiene conocimiento e intención. Así pues, lo que está a debate no es la mentira sino la intención.

La verdad no es para todos.
El cerebro no está diseñado para buscar la verdad, sino para protegerse de ella. Es por ello que creamos la ilusión y que preferimos vivir en el mundo de lo posible (mentira) y no en el mundo de lo probable (verdad). La verdad es cruda, frontal. No da oportunidad de evasión o escape. La tenemos que afrontar. Por el contrario, el mundo de lo posible es infinito. Nos ofrece múltiples refugios para evadirnos de la realidad, sino permanentemente, si transitoriamente.

Antropológicamente nos es menester entender que la verdad no es para todos. Esta debe ser dicha solo a aquellas personas que tengan la capacidad de:
1) Recibirla, digerirla y dirigirla.
2) Hacer del instante un instante y no una constante.

Usted como padre, dueño de empresa, gobernante o líder le diría la verdad a aquel que no tiene la madurez y la fuerza de carácter para recibir, digerir y dirigir la verdad.

Le diría la verdad a aquel que no tiene la capacidad de hacer del instante un instante, de tal suerte que éste estaría contantemente sacando a flote lo que ya paso…

Lo más probable es que no.

Estrictamente prohibido ser líder sin ser actor.
Como líderes nos vemos en la necesidad de ocultar, omitir o tergiversar la verdad, ya sea porque el otro no la necesita, no le compete o no tiene la madurez para recibirla.

Nos es menester aprender a mentir en palabra y en acto. No podemos ni debemos dejar ver nuestros apremios. Todo lo contrario. Debemos tener la capacidad de contagiar paz en tiempos de crisis y crisis en tiempos de paz.

En ambos casos estaremos mintiendo para lograr un objetivo. No obstante lo que nos tenemos que preguntar es: ¿mentimos para hacer un mal o para lograr el bien del otro y de nosotros mismos?

 

viernes, 20 de marzo de 2015

Origen, horizonte y destino.

Esta semana impartí dos conferencias de Entorno político. Las dos en Monterrey. Una dirigida a dueños de empresa y la otra al cuadro gerencial de un corporativo. Los resultados no pudieron ser más reveladores.

Con el grupo de empresarios sesiono dos veces al mes. Las sesiones son de 90 minutos y en ellas vemos temas diversos. Algunos tienen que ver con el entorno, otros con el quehacer empresarial, la formación y detección de líderes, el proceso de empresa familia y la obligada sucesión del Hombre Vértice.

El grupo está formado por una veintena de empresarios que lo único que tienen en común es el oficio empresarial, la visión de negocios y la formación. La diferencia entre ellos se circunscribe a los giros, edades y posiciones dentro de la empresa (segunda o tercera generación), lo que hace que sea un grupo sumamente enriquecedor, no solo para mí como ponente y facilitador sino para ellos como cofrades de un mismo oficio. Más de la mitad son empresarios de segunda generación y los demás pertenecen a la tercera. Hijos y nietos de los fundacionales.

Todos fueron educados desde temprana edad en el combes del quehacer empresarial. Lo común fue que a partir de sus estudios secundarios, se pasaran una parte de sus vacaciones trabajando en la empresa. No en la burda operación de la misma (almacén, producción, administración, etc.), sino en el Qué y Cómo de cada una de las áreas del negocio. Sus papás los metieron a la operación para que vieran esta desde la óptica de dueño. Enseñándoles a ver él Debe y el Haber de cada una de las áreas de la empresa, y a entender que éste no significa nada sino lo comparas con el Debiera Haber de las mismas.

Les enseñaron a centrarse en los hechos, en los resultados. No en las intenciones, emociones, sentimientos, percepciones o interpretaciones. Se les enseño que dirigir emociones es una de las responsabilidades funcionales del líder, pero que el oficio empresarial no está centrado en las emociones, interpretaciones o sentimientos de sus actores, pero sí en los valores y criterios inmanentes que rigen el ser y hacer de todo empresario. Que no hay emoción que este por arriba de ellos. No lo hay en lo familiar, mucho menos en lo laboral.

Aprendieron que el ejercicio empresarial está centrado en tres valores: rentabilidad, posición y competencia. Y que esos son los únicos valores que norman la toma de decisiones del Hombre Vértice. Que cuando un empresario se aleja de ellos, no solo se está traicionando a sí mismo, sino que además está traicionando a su familia y a la gente que trabaja con él, ya que está poniendo en riesgo la fuente de trabajo de todos los que dependen de él.

Les enseñaron que todo proceso empresarial, humano u operativo está centrado en tres criterios inmanentes al quehacer de negocios: hechos, problemas y soluciones. Que son los hechos y no sus interpretaciones, narraciones, emociones o sentimientos los que les arrojaran información objetiva para el análisis y diagnóstico de los problemas y diseño de soluciones. Si confundes el hecho, confundes el problema y por ende la solución.

Es un grupo conformado por personas cálidas, humanas, que se distinguen por ser fríos en el análisis, racionales, lógicos e incisivos. Tienen muy claro lo que les compete y lo que les es ajeno.

El otro grupo, el formado por los gerentes de la empresa, está conformado exclusivamente por ejecutivos que crecieron en un hogar de ejecutivos. Son hijos de empleados que los formaron para ser empleados. Y no lo digo peyorativa o despectivamente, sino con el afán de hacer evidente la óptica en la que se formaron unos y otros.

La preparación de estos tuvo y tiene que ver con la academia, con el deber ser, con el no correr riesgos, con la estabilidad y la seguridad. Más que cautos, son temerosos. Más que precavidos, indecisos. Más que agresivos, impulsivos. Más que creativos, operativos. Son bien intencionados (faltos de malicia), y un cuanto más tanto idealistas (ingenuos) y emotivos (faltos de raciocinio).

No ven más allá de lo que se les enseño. Tienen una óptica muy limitada del quehacer empresarial. Confunden empresa con negocio. Rentabilidad con inversión. Prefieren lo mínimo que brinda la seguridad (dinero en el banco) que el riesgo de la rentabilidad. Les enseñaron a valorar el trabajo y la entrega, al grado de que hoy trabajan más intensa que inteligentemente, lo que hace que se den a sí mismos más valor por lo largo y extenuante de su jornada que por lo logrado en ella.

Necesitan la estructura que les da la empresa para ser y hacer. Es la empresa en la que trabajan y la ocupación que ocupan en ella lo que determina su importancia y posición social. Son, en esencia, gente buena. Gente a la que se le formo para hacer todo lo que pueden, aunque no están conscientes de que por formación, es poco lo que pueden. Son subordinadamente subordinados, lo cual le garantiza al empresario que las cosas van a seguir igual...

El Quijote le prometía un reino.

Sancho quería un trabajo seguro, estable y bien remunerado.

Hoy seguimos igual:

Unos prometiendo y otros esperando.

En la conferencia no recibí de los empresarios ninguna pregunta sobre el despido de Carmen Aristegui. Al contrario. Todos respaldaron la decisión de Joaquín Vargas. Las preguntas de ellos se centraron en dos temas: elecciones y Pemex.

Las preguntas que me plantearon fueron las siguientes:

1) ¿Qué posibilidades tiene el PRI de obtener mayoría en las siguientes elecciones? Esto les interesa de sobre manera, ya que si el PRI obtiene mayoría, podrá legislar lo concerniente a las reformas y con ello estimular y salvaguardar las inversiones del sector privado.

2) La otra pregunta fue: Con las condiciones que rigen en este momento en lo referente a precios, leyes secundarias y entorno macroeconómico, ¿debemos o no invertir en Pemex?

Los gerentes, en cambio, me hicieron muchas preguntas. Una sola de sus preguntas coincidió con las del primer grupo, aunque el motor de la misma se encuentra en las antípodas del motor de los empresarios.

Me preguntaron si el PRI tenía posibilidad de ganar las elecciones. Cosa que les preocupa mucho, ya que desean que este no solo se vea en la ingente necesidad de tener que sentarse con los otros partidos a negociar las leyes secundarias y con ellas la instrumentación de las reformas, sino que además, al no lograr la mayoría, las posibilidades para otro partido eran mayores.

Por supuesto que las ópticas de ambos grupos son legítimas y válidas. No obstante lo importante aquí no es la óptica de uno u otro, sino que estas son obsecuentes al origen, horizonte y destino de cada uno de sus miembros.

El resto de las preguntas que me hicieron los ejecutivos fueron sobre Carmen Aristegui. Estaban ciertos de que el Presidente había ordenado su despido. Nos extendimos un poco en el tema hasta que el tiempo se agotó.

Lo importante de esta anécdota no es quien tiene la razón, sino el como la formación incide en nosotros mucho más allá de lo que pensamos. No solo con los medios y lo que estos nos dicen, sino con todo lo que leemos, escuchamos, vemos, pensamos y hacemos.

 

 

jueves, 19 de marzo de 2015

Libertad de expresión.

Con mucha frecuencia hablamos de la libertad de expresión, y si bien es cierto que se ha avanzado mucho en este tema, también lo es que aún falta mucho por hacer. No obstante hay una óptica que poco atendemos en este rubro, que es la responsabilidad que tiene la audiencia ante los medios.

El público tiene la responsabilidad de analizar lo que lee, oye y ve desde el combes de la verdad, de la lógica, del sentido común y de los intereses que están atrás de los medios y sus presentadores. Todos los medios, hasta los independientes, están sujetos a un interés o conjunto de intereses que inciden en lo que presentan a la audiencia. Esto quiere decir que no todo lo que leemos, oímos o vemos en los medios obedece a la verdad. Obedece a sus intereses pero no a la verdad. No obstante los medios para tener credibilidad, necesitan presentar información verosímil aunque no verdadera. Entre más se parezca la noticia a la verdad, más creíble será para la audiencia.

La verdad -lo idéntico a la realidad, a lo que las cosas son- no la suelen presentar como algo frío, lógico, carente de pasión, de sensibilidad emotiva. La verdad, porque no estamos acostumbrados a ella, nos parece ajena, distante, inhumana. Por el contrario, lo verosímil es novelesco, emotivo, incendiario, humano. Un medio o presentador que no le inyecte pasión a la noticia, por muy verdadera que esta sea, perderá audiencia debido a que su público preferirá al medio y presentador verosímil que tenga la capacidad de hacer de la noticia una novela. No importa que la noticia este tergiversada, manipulada, lo que importa es que sea coherente con la forma de presentarla y que satisfaga las frustraciones y necesidades de la audiencia.

Tomemos como ejemplo el Twitter de Jorge Ramos: “Lógica mexicana: Descubren conflicto de EPN, su esposa y Videgaray en compra de casas. ¿A quién despiden? A los periodistas que lo descubren”.

El Twitter es verosímil. No verdadero, pero si verosímil. Jorge Ramos no investigo. No se entrevistó con Joaquín Vargas y Carmen Aristegui. No analizo si el despido es justificado ni las causas del mismo. No tomo en cuenta el hecho de que Carmen Aristegui dispuso de los activos de la empresa sin la anuencia del dueño. Y si investigo, entonces falseo la información, lo que es peor. Y no creo que Jorge Ramos, en aras de un Rating que le dé un mejor posicionamiento comercial y político, llegue a eso. Más bien pienso que lo que hizo fue capitalizar un evento y escribir 140 caracteres que tuvieran la capacidad de satisfacer las frustraciones y necesidades de su audiencia.

Esta forma de escribir le ha brindado a Jorge Ramos una gran audiencia en la comunidad hispana de Estados Unidos. Cuando entrevistaron a un taxista de Miami sobre el porque le gusta y sigue a Jorge Ramos, éste contestó: “Es que es uno de los nuestros, pone nervioso al poder”. Esto, claro está, es lo que a él y a muchos les encantaría poder hacer: poner nervioso al poder. Los débiles buscan acceder al poder no para ejercerlo, sino para minarlo.

La prensa explica, la radio informa y la televisión muestra.
Otro de los temas que son responsabilidad de la audiencia es entender que la prensa explica lo que quiere explicar, la radio informa lo que quiere informar y la televisión muestra lo que quiere mostrar, amén de que la prensa gana más por lo que no explica, la radio por lo que no informa y la televisión por lo que no muestra. Nada de lo que leemos, oímos o vemos en los medios esta ajeno a un interés político o comercial, ni por parte del medio ni de su presentador. Ambos, medio y presentador, tienen como objetivo detectar como piensa y siente su audiencia, y en función de ello y de sus objetivos como empresa y presentador, incidir en el comportamiento de la audiencia a través de una frase que dispare el botón de una emoción irracional.

Así, pues, nuestra responsabilidad como audiencia es leer, escuchar y mirar lo que los medios nos presentan desde los ojos de la razón, de la lógica. Preguntarnos quien gana y quien pierde con la forma en que se presenta la noticia. Preguntarnos si la noticia es verosímil o verdadera.

La diferencia entre una y otra es tan simple y tan obvia que la pasamos por alto. La verdad presenta hechos, dejando la responsabilidad del análisis a la audiencia. La verdad no busca imponer un criterio ni normar opinión. Busca informar y que sea el otro -el que lee, escucha y mira-, el que norme un criterio y tome una posición. Por el contrario, lo verosímil siempre trata de normar opinión. Presenta las noticias pre digeridas para que el otro no las tenga que masticar. Es como si le dijera: no pienses, nosotros pensamos por ti y lo hacemos tomando en cuenta tus frustraciones y necesidades.

Hemos avanzado mucho en lo referente a la libertad de expresión, pero muy poco en la responsabilidad que tenemos ante nosotros mismos y los demás de analizar lo que los medios y sus presentadores nos brindan como información.

 

Pensar que se piensa.

Pensar que se piensa no es pensar, es imaginar.
El cerebro, como todos sabemos, no está hecho para pensar. Está hecho para adaptarse y sobrevivir. Esto quiere decir que al cerebro hay que enseñarle a pensar. El cerebro no sabe pensar. El cerebro piensa que piensa, pero esto no es pensar, es imaginar. Escuche usted a su cerebro. Este piensa todo el día, no importa si está usted dormido o despierto, él piensa, pero piensa puras estupideces. Es por ello que nos es menester enseñarle a pensar, de lo contrario nos va a sugerir una sarta de tonterías que son las que ocasional o frecuentemente nos llevan a preguntarnos: ¿Porque habré dicho yo esto? ¿Porque habré hecho yo esto?

Así, pues, nos es importante entender y aceptar que el cerebro, con o sin nuestro consentimiento, está pensando todo el día. A nosotros nos toca decidir si lo dejamos pensar a su aire o si le decimos que pensar. Lo más común es que sea éste el que nos diga que es lo que quiere pensar y como lo quiere pensar, ya que es la forma en que él se divierte. El cerebro procesa todo lo que vemos, oímos, respiramos, tocamos y gustamos, y lo procesa como a él le da la gana. No le pone orden, ni lógica. Lo procesa aleatoriamente y construye nuevas y extrañas formas, las cuales, en algunas ocasiones, devienen en algo bueno, y en otras, las más de las veces, en algo estúpido.

Ese dejar el cerebro a su aire es lo que hace que la gran mayoría de nuestros actos carezcan de intencionalidad de futuro. De hecho somos los únicos animales de la creación que tenemos actos inútiles. Revise usted los actos de su pareja, hijos, parientes, colaboradores y amigos. Descubrirá que la gran mayoría de ellos no tienen otro fin más que el matar a quien los quiere matar: el tiempo.

Enseñar al cerebro a pensar no es tarea fácil. Este, perenne adolescente, no solo se vive rebelando contra lo que nosotros imaginamos querer, sino que además, fértil creador, nos vive presentando escenarios divergentes y placenteros que nos alejan del oficio de pensar. Es por ello que nos es menester imponernos sobre él, acotando sus infinitos deseos, horizontes y posibilidades.

Para lograr acotarlo nos es necesario trabajar con nosotros mismos, es decir, con la muy exigua fuerza de voluntad. La cual, por natura, es claudicante. Se rinde fácil. Un ejemplo de ellos son las dietas. Infinidad de veces he escuchado a mi mujer decir que se va a poner dieta, y lo cierto es que al término de dos semanas descubre que lo único que perdió fueron quince días. La voluntad es algo que tenemos que trabajar día a día. Esta se alimenta de los propósitos y estos de la probabilidad y del querer -querer.

En la vida son más los deseos que las necesidades.
Un propósito sin probabilidad, no tiene lo que requiere para subsistir. El propósito tiene que tener un viso de realidad, de probabilidad. De lo contrario fenece tan rápido como nació. Los propósitos están subordinados a las necesidades, no a los deseos. Deseos hay muchos, necesidades, pocas. En la vida solo logramos coronar aquello que queremos querer, y añorar lo que queremos desear. Pregúntese si en realidad lo que quiere es un deseo o un querer. El deseo es efímero, transitorio, se satisface al consumarlo. El querer Es. No tiene edad, tiempo ni caducidad. El querer es. Está ahí, un día sí y otro también. Es lo que nos impulsa a lograr lo poco / mucho que hemos logrado. Lo que nos mantiene en un lugar. Lo que nos hace persistir aún en aquello que por lo adverso del entorno se ve imposible de lograr. El querer – querer tiene dos caras. O nos lleva al éxito o al fracaso. Todo depende de qué es lo que queremos.

Podemos no querer pensar y circunscribirnos a pensar que pensamos. Por eso es muy importante que nos preguntemos si en realidad estamos dispuestos a pagar el precio de enseñarle a nuestro cerebro a pensar. De educarlo. De alimentarlo con las materias primas que necesita para pensar lo que nosotros queremos y no lo que este quiera pensar.

Ya una vez que decidimos enseñarle a pensar, nos vamos a ver inmersos en un mundo extraño que no solo no conocemos, sino que además vamos a sentir que caminamos a contra corriente. Los nuestros: pareja, hijos, familiares, amigos, etc., nos verán extraños. Nos dirán y harán sentir que no están de acuerdo con nuestro nuevo y extraño proceder. Pero será por un breve espacio de tiempo. Cuestión de mediar y no desesperar. El resultado será mejor para todas las partes.

Enseñar a pensar al cerebro equivale a entrar a un mundo en el que la efectividad y la selectividad son la materia prima del proceso. De tal suerte que de ahí en adelante vamos a tener que elegir lo que vemos, leemos, oímos, respiramos, tocamos, gustamos y, por ende, el con quien nos juntamos. Este edificarnos en personas elegantes -ente que elige-, nos va a limitar la convivencia con los demás, pero nos va a abrir nuevas y mejores formas de ser y hacer las cosas. Lo que a la postre nos abrirá otras forma de convivencia y de relación.

Al cambiar lo que ves, lo que oyes, lo que lees, tocas y gustas, cambiaras tu entorno y con él la gente con la que te juntas, y al cambiar esto cambiaras tú, tu cerebro, tus horizontes y probabilidades.

 

miércoles, 18 de marzo de 2015

Las Masas y las redes en el caso de Carmen Aristegui.

El 2% de la población crea mundo; el 5% lo dirige y el 93% consume y opera.

El mundo ha estado, está y estará dirigido por una minoría (2%). Una minoría pensante, actuante que es la que siempre ha creado, crea y creara el mundo. Ellos son como una especie aparte. Lo que les mueve es la creación de ideas, conceptos, cosas o sistemas. Ellos son los que con su accionar norman el mundo en el de que han de nacer, crecer y morir los demás. Ellos no toman en cuenta las opiniones y sentimientos de los demás. Y no porque estas no sean importantes, sino porque están conscientes de que la naturaleza de estas las hace superficiales y cambiantes.

Ellos están centrados en los hechos. No en la interpretación de los mismos, sino en el hecho en sí. La interpretación de los hechos puede ser múltiple y variada, pero el hecho no. El hecho es uno solo y está más allá de cualquier interpretación. Alguien puede venir a decirnos que Fulano daño a Mengano debido a que éste le había causado un mal con anterioridad. No obstante el hecho es que Fulano daño a Mengano. Si había o no motivos, es otro tema. Las cosas se explican, no se justifican.

El 5% de la población recibe de la minoría arriba mencionada las ideas, conceptos, cosas o sistemas que deberá institucionalizar, vender, cuidar y dirigir con la finalidad de que el Hombre Masa (93%) las haga propias. Y lo debe hacer de tal forma que cuando éste crea, compre y opere lo que se le presenta, sienta que es parte de algo, que tiene identidad, que existe.

La Masa (93%) no piensa. La Masa siente y cuando siente, siente que piensa.
Para la Masa lo más importante son las opiniones y sentimientos. La Masa no toma en cuenta los hechos. Para ella es más importante la interpretación del hecho que el hecho en sí. La Masa necesita sentir que hay algo atrás de las cosas. Es amante de las conspiraciones. No puede aceptar que el mundo es más simple de lo que cree. Que las cosas son y tienen una lógica ajena a la interpretación o suposición de los demás.

De todo lo que acontece en el entorno la Masa observa solo aquello que puede estar sujeto a la teoría de la conspiración. Ya que esos acontecimientos le reafirman lo que siempre ha sabido: que atrás de todo lo que acontece -incluida su propia medianía-, hay un hombre de poder que es el causante de todo mal. La Masa no investiga. No piensa. No razona. No discurre. La Masa se indigna, se lacera y emite opinión. Ni por accidente ve las cosas desde al ámbito de la lógica. Cree y porque lo cree, Es. Esta es una de las tantas razones por las cuales al hombre Masa se le dificulta tanto salir de su medianía. Medianía que, para colmo de males, enseña, transmite y contagia a los suyos, a esos que ilusamente espera que sean más que él.

Pensar que se piensa no es pensar, es imaginar.
Un ejemplo reciente del emotivo e ilógico accionar del Hombre Masa es el caso de Carmen Aristegui. Seguramente usted, como yo, habrá escuchado mil y un opiniones fundamentadas en un iracundo sentir, de que la salida de Carmen Aristegui obedece a una decisión de Peña Nieto.

Lo más irónico del caso es que muchas de estas opiniones vienen de gente que tiene o tuvo una función directiva en el quehacer empresarial. Quehacer en el que se supone que la lógica, la realidad y los hechos son la materia prima para el análisis y solución de problemas. Tal vez esta sea una de las razones de la falta de competitividad de nuestras empresas.

Regresemos al caso de Carmen Aristegui. Tengo la sospecha de que los únicos que realmente saben lo que paso, son Joaquín Vargas (dueño de la empresa) y Carmen Aristegui (empleada de Joaquín).

Los demás sabemos lo que ambos han hecho público:
1) Que Carmen y su equipo metieron los activos de MVS en Méxicoleaks sin la autorización del dueño.
2) Sabemos que de haber metido a Méxicoleaks los activos de CNN, hubiese tenido un problema legal más allá de nuestras fronteras.
3) Sabemos que condiciono a la empresa exigiendo la recontratación de dos miembros de su equipo. De tal suerte que ella solo se quedaría en MVS si la empresa accedía a recontratarlos.   
4) Sabemos por la declaración ministerial de Priscila Martínez, que Carmen Aristegui y su equipo le pagaron $30 mil pesos para que inventara lo de la supuesta red de prostitución de Cuauhtémoc Gutiérrez en el D.F., y que Carmen no la ha desmentido en tribunales.
5) Sabemos que fue Marcelo Ebrard y no ella el que saco a la luz lo de la Casa Blanca de la esposa del Presidente.  
6) Sabemos que cuando Felipe Calderón era Presidente, uso todo su poder para impedir que Joaquín Vargas recontratará a Carmen Aristegui.
7) Sabemos que la contratación le afectó seriamente, al grado de poner en riesgo la permanencia de la empresa.
8) Sabemos que es el cuarto despido de Carmen Aristegui. La despidieron de Televisa; Grupo Imagen Multimedia; La W Radio y MVS.
9) Sabemos que los cuatro despidos obedecen al mismo acto: disponer de los activos de la empresa sin el consentimiento del dueño.

En lo que a mí respecta me es menester reconocer que no tengo elementos de juicio para emitir una opinión. Lo único que puedo hacer es crear un marco de referencia para los dos o tres lectores que tengo, y que sean estos, con sus análisis y respuestas, los que se normen un criterio al respecto.

1) ¿Qué haría usted si uno de sus empleados dispone de los activos base de la empresa sin su consentimiento?

2) Si usted fuera el Presidente de México y tuviera como objetivo incidir sobre la información que un reportero ofrece al público: ¿dónde le sería más influir sobre el reportero, dentro o fuera de una empresa?

Dirección de negocios.

Asalto a un Banco.

Dos ladrones entran al banco gritando:
Que nadie se mueva. El dinero le pertenece al estado, su vida les pertenece a ustedes.
Todos en el banco se recostaron en silencio y con sumo cuidado para no violentar a los asaltantes.
Esto se llama: Cambiar mentalidades.
Las circunstancias del entorno te obligan a cambiar la manera de ver, pensar y accionar el mundo.
Sobreviven los que se adaptan.

Una mujer se acostó sugestivamente en uno de los escritorios, por lo que el ladrón más viejo la espetó de inmediato: Por favor señora, compórtese. Se trata de un robo, no de una violación.
Esto es ser profesional. Enfócate en el negocio de tu negocio.

Mientras los ladrones escapaban, el ladrón más joven que poseía un MBA en Harvard, le dijo al ladrón viejo que a duras penas terminó la primaria:
Oye viejo, contemos cuánto antes el dinero.  
El ladrón viejo le replicó molesto: No seas estúpido, es mucho dinero para contarlo en este momento. Esperemos a que en las noticias nos digan cuánto perdió el banco.
Esto se llama: Experiencia.
La experiencia siempre aporta más que la academia. Esta, sin la experiencia, no tiene valor.

Una vez que se fueron los ladrones el gerente del banco le dijo al supervisor que llamara de inmediato a la policía.
El supervisor, consciente de la importancia de capitalizar las oportunidades que la oblicuidad te presenta, le dijo:
Alto, antes de llamar a la policía, pongamos los 5 millones que nos faltan del desfalco del mes pasado y lo reportamos como parte del botín que se llevaron los ladrones.
Esto se llama: Tener sentido de la oportunidad, lo cual te permite sacar ventaja de una situación desfavorable.

Al día siguiente cuando en las noticias informaron que se habían robado 100 millones del banco, los ladrones, conscientes de que eso no era cierto, decidieron contar el dinero para descubrir que el hurto no eran más de 20 millones de pesos.
Los ladrones, muy enojados, reflexionaron al respecto:
Arriesgamos nuestra libertad y nuestras vidas por miserables 20 millones, mientras el gerente del banco se robó 80 millones en un parpadeo...
Por lo visto conviene más estudiar y conocer el sistema que ser un vulgar ladrón.
Esto significa que: El conocimiento aplicado es la herramienta más valiosa que tiene el ser humano.

El gerente del banco se sintió satisfecho...
Sus pérdidas en el mercado cambiario fueron cubiertas por el robo, dejándole además una sustanciosa utilidad.
Esto se llama: Análisis y solución de problemas. Aprender a tomar riesgos calculados.