viernes, 28 de agosto de 2020

La dinámica el poder.

El instinto genera un impulso; el impulso, una tendencia; la tendencia, un deseo; el deseo una emoción y la emoción un acto. Así, por lo actos recurrentes de una persona podemos educir su emoción, deseo, tendencia, impulso e instinto. Somos trasparentes como el cristal y si el otro o los otros nos sorprenden es porque no sabemos observar. 

El instinto es la inteligencia de la especie y este divide en dos: el general y el indiviso. El general es esa parte del instinto que obedece a la especie y que se ha manifestado y manifestará en todos los seres humanos sin importar época, idioma, religión o color. El indiviso es esa parte del instinto que, como su nombre lo indica, pertenece al individuo. Son las acentuaciones del instinto que la persona manifiesta en función de su carga genética, primero, y de su cultura, después. 

Los impulsos que el instinto nos generan son: el sexo; el poder; el amor; la propiedad y la supervivencia. En ese orden, no obstante, la secuencia puede variar en función de la edad, entorno y circunstancias que vive la persona. Poco va a pensar en sexo, poder, amor y propiedad, quien escasamente tiene para comer, sin embargo, al resolver lo primario (techo, sustento y alimentación) sus impulsos gravitarán, ineluctablemente, hacia los dos primeros (sexo y el poder), ya que estos son los impulsos dominantes de la especie. 

Sexo y poder. En una calificación del uno al diez, el sexo tiene un peso específico de 10 - 9; mientras que el poder tiene uno de 9 – 10. Uno y otro están en constante pugna por ocupar el primer lugar, de tal suerte que en todo acto sexual hay una connotación de poder y en todo poder, un acto de seducción. 

La naturaleza, que es ligeramente más sabia que nosotros, no va a subordinar su subsistencia al libre albedrío de nuestras decisiones. A está le tiene sin cuidado nuestra mente, sentido de culpa o carga moral. Lo único que le preocupa y ocupa es la reproducción. Para lo cual hace del sexo el impulso motor de las primeras cuatro décadas de nuestra vida. En este intervalo el poder ocupa un honroso segundo lugar. 

Ya una vez que hacemos la transición hacia la madurez, el sexo pasa a un honroso y competitivo segundo lugar, latiendo con una fuerza de 9 -10; cediéndole al poder la posición de impulso dominante con una fuerza de 10 – 9. Así, sin importar si se es joven o si se está en esa edad en la que lo único que puede hacer es dar conferencias o escribir artículos, el poder es, junto con el sexo, uno de los impulsos dominante de nuestra vida. 

No hay peor diablo que el que no huele a azufre. Una persona que en palabra y en acto renuncia al poder, es igual o más peligrosa que un diablo que no huele a azufre. El débil siempre usa su debilidad como instrumento de poder. No hay sobre el planeta organismo vivo que no busque y ambicione poder. Así, pues, la diferencia entre el soberbio que abiertamente busca el poder y el humilde que dice no buscarlo, son las formas. No obstante, ambos lo buscan, uno construir y construirse en él; el otro para destruirse y servirse de él. 

Los débiles y humildes usan la lástima y el chantaje como instrumento de poder, lo cual, con la santificación que hemos hecho de la humildad, hace que les sea más fácil lograr lo que por sus medios no pueden obtener. Estos explotan eso que algunos llaman responsabilidad social, que no es otra cosa más que el disfraz elegante de la culpa. Culpan al exitoso y al trabajador de tener lo que ellos no pueden tener, cuando la realidad es que estos, lo único que saben hacer, es poner su ocio al servicio de los demás…, y a eso le llaman solidaridad. 

Cuídese de los humildes que los soberbios siempre dan la cara. La razón por la que se nos dificulta aceptar que los humildes usan su debilidad como instrumento para obtener lo que por otros medios no pueden lograr, es debido a que al tiempo que vituperamos el poder, sacralizamos la humildad. No obstante, el progreso de la humanidad se debe a los poderosos, no a los humildes. En el mundo, hasta principios del siglo XX, más del 95% de la población vivía en extrema pobreza. Hoy, gracias a esos que tanto vituperamos y castigamos por su éxito y poder, el porcentaje se ha reducido. 

La ambición es lo que hace que tenga mucho de algo y poco o nada de lo otro. En la vida logra más el que aspira más, pero también aplica en sentido contrario; logra poco el que aspira poco. Así, pues, son dos preguntas las que usted se tiene que hacer: ¿De que tamaño es su ambición? ¿Y en que esta su ambición? 

La respuesta que dé a estas preguntas le explicarán porque esta donde esta y en lo que está. Ya sea buscando dinero, hombres a su servicio, fama, amor, conocimiento, estabilidad, seguridad, tranquilidad y toda la suma de etcéteras que usted desee agregar. Lo importante es identificar en qué esta su ambición y el tamaño de esta, ya que esta es la que lo ha llevado lograr lo que en esencia es, y a carecer de eso que los demás le reclaman, pero no le es. 

Es importante que no confunda fantasía con ambición. La diferencia es sutil pero abisal. Tiene ambición aquel que está dispuesto a pagar el precio que su ambición demanda; fantasía, el que quiere lograr, pero no pagar. Si usted desea saber lo que va a lograr, vea cuanto esta dispuesto a pagar y en qué. 

La soberbia es la esencia del poder. ¿Se acuerda usted de la primera crisis de vivienda de la humanidad? Había menos cuevas de las que necesitábamos para vivir. La humildad hubiese hecho que aceptáramos el hecho como inevitable o como designado divino. La soberbia es lo que nos hizo construir las cuevas que necesitábamos para vivir. 

La soberbia nos impele a construir para sí y para los demás. La petulancia, que nada tiene que ver con la soberbia, nos hace creer que no necesitamos de los demás, lo cual es una estulticia, ya que el poder, sin los demás, no es poder. La soberbia se sustenta en el contenido; la petulancia, en la apariencia. Así, pues, la petulancia es el disfraz vulgar de aquel que, a falta de contenido, trata de ser lo que no es.  

El poder necesita de un yo magnánimo. De un yo que tenga una idea de sí mismo muy por arriba del nivel de ambición y lucha en el que se mueven los demás, amén de poseer y desarrollar una visión y un talento que le permita lograr un hacer diferenciado. Un hacer que no se diferencia de los demás, carece de poder. 

El poder es y debe ser en sí y para sí. El Hombre de Poder se debe abocar a la conservación (en sí) y expansión (para sí) de su poder. Un poder que no se expande, se pierde. La expansión demanda de la asimilación de otros poderes, cosa que solo logrará hacer cuando se convierta en el Evangelio de otros… Permítame explicarlo. En tiempos de necesidad siempre será más valiosa la ayuda de su semejante que la de los Evangelios. 

El hombre de poder debe elegir el momento propicio para ayudar y apoyar a esos que quiere sumar a su esfera de poder. Esto le ayudará a convertirse en el evangelio y credo de esos que ayuda, al tiempo que expande su poder. 

Recuerde que hay dos tipos de préstamo: los préstamos con interés y los prestamos interesados. Los primeros son rentables, los segundos, beneficiosos. Cuando sume a alguien a su esfera, cuide que sea beneficioso para usted y para él, lo que hará que el beneficio, además de ser mutuo, sea interesado. Un poder sin alianzas fenece. 

Cada uno lleva en su seno el germen de su propia destrucción. Nadie ostenta un poder absoluto. En toda oligarquía (gobierno de pocos) hay una poliarquía (poder de varios). Y es en la lucha entre estos donde se define la evolución del poder. El Hombre de Poder debe considerar que otros están construyendo su oportunidad… 

Así, pues, obsérvese, corríjase, constrúyase y cuide su imagen…, que su forma de vestir es la forma que el inconsciente usa para proyectar al exterior, lo que hay en su interior. 

Por último, le pido que considere que solo tiene poder aquel que logra en los otros los efectos deseados…, y esto solo se logra con una ambición, un talento y un hacer diferenciado. 

Nos leemos en el siguiente artículo.

miércoles, 19 de agosto de 2020

La mística del dinero.

He estado inmerso en un proyecto de escritura personal que me ha alejado de la pública, no obstante, regreso a esta para compartir una experiencia asaz interesante. Recién sostuve una reunión con jóvenes treintañeros de diverso cuño. Todos se encontraban en sus segundos treintas, lo que de entrada me llevo a suponer que la vida ya les había dado la oportunidad de cotejar sus ideas con la realidad, cosa que observe en muy pocos. 

El grupo en sí era una representación fiel de lo que somos como humanidad; había soñadores, académicos, pragmáticos y esotéricos. De los soñadores y académicos poco hay que decir. Para estos es más importante la letra escrita que el acto. Su hacer es más un decir que un hacer. Son ese tipo de personas para las que es más importante el saber especulativo que emana del aula que el saber pragmático que emana de la praxis. Tan es así que cuando la realidad no se adecua a la teoría,  peor para la realidad.

De los falsos esotéricos hay mucho que decir. Los dislates intelectuales de estos han sido una constante en la historia y biografía de la humanidad. Es importante anotar que no tengo nada en contra de los falsos esotéricos. Entiendo sus justificaciones; no comprendo sus razones. Lo cual no tiene nada de extraño, ya que antropológicamente, se entiende lo ajeno, se comprende, lo propio.

En mi circulo intelectual hay personas a las que respeto mucho por su ser y saber, y son, debo decirlo, profundamente esotéricos y exotéricos, amén de que en lo personal me decanto de manera natural por los libros esotéricos, en especial los de Aristóteles, Tomas de Aquino, Nietzsche, Schopenhauer, Ortega y Gasset, Unamuno y Bertrand Russel.

Antes de que el lector me corrija, reconozco que incluir a Aristóteles es un error, ya que los únicos libros que tenemos de él son los exotéricos (los que estaban dirigidos al vulgo, a la Masa). De los esotéricos no sabemos nada, ya que todos se perdieron. No obstante, lo incluyo en mi lista debido a que los otros autores que menciono parten de los libros para el vulgo que Aristóteles escribió, para llegar a la parte esotérica de sus postulados.

Como todos sabemos, el conocimiento exotérico es el que se imparte en las aulas. Es el conocimiento que nos lleva a un mejor hacer; el conocimiento esotérico se imparte a los iniciados, es el que nos lleva a un mejor ser. Lo exotérico estudia la superficie; lo esotérico, la profundidad, es decir, la causa primera y última de las cosas.

El esoterismo de la gran mayoría de la gente no tiene nada que ver con el conocimiento esotérico. La Masa cree que el esoterismo es la búsqueda de lo subyacente, de lo oculto. De esos arcanos o llaves del saber que les van a permitir hacer lo que no han podido ni podrán hacer, por lo menos no mientras sigan en esa falsa veta del saber.

Estos están convencidos de que atrás de la fortuna de esos grandes actores del quehacer empresarial, político, social, intelectual y artístico, existe un arcano secreto al que cada uno de ellos accedió, y que gracias a él han logrado construir imperio, fortuna y poder… Y si, tienen razón. Existe un arcano secreto que es lo que ha hecho que esa gente este donde esta. El secreto en cuestión es que estos grandes personajes desvelaron la mística del dinero. 

La mística del dinero. El dinero es un recurso y este, como cualquier otro recurso, si no se multiplica, se pierde. El dinero es la resultante del acto más rebelde que hay: el de la creación. Toda creación es una rebelión. El objetivo de toda creación es derogar lo hecho en aras de algo mejor.

Si el nuevo orden ofrece ideas, conceptos, productos y/o servicios superiores a los existentes, la gente pagara por ellos sin cuestionar el precio de estos, no obstante, los creadores de este nuevo orden deben tener claro que atrás de ellos hay otros que están trabajando en la creación de algo que derogue lo hecho por ellos, en aras de algo mejor. Así, pues, dejar de crear es empezar a morir.  

Solo la Masa cree que el trabajo duro va a resolver sus problemas de dinero. Es como creer que todo les va a salir bien, porque son buenas personas, nada más lejos de la realidad. El secreto de la riqueza no está en trabajar intensamente, está en trabajar inteligentemente. Huelga decir que cuando a la inteligencia se le suma la intensidad, el resultado se magnifica.

Así, pues, la mística del dinero está en crear para multiplicar. No está en la búsqueda de esos secretos ocultos que de la noche a la mañana les van a permitir hacer lo que nunca han hecho. Varios de los jóvenes estaban plenamente convencidos de que la riqueza depende de variables a las que solos los escogidos pueden acceder. Pensamiento alógico que lo único que logra es alejarlos de la realidad. El secreto de la riqueza está en la creación y multiplicación de lo creado. 

La realidad es que las cosas están ahí, solo hay que aprender a verlas y no porque estén ocultas, ya que son más que visibles. Tan evidentes son que siempre hay más de uno que cuando ve la materialización de otro creador, dice: eso, ya se me había ocurrido a mí. La pregunta es: ¿Por qué no lo hizo? La respuesta es simple, porque no le interesa, porque no vio en ello una fuente de riqueza, ya sea porque cree que esta obedece a algún código oculto o porque no se ve a sí mismo como un creador.

El mundo no nos lo dieron terminado. Nosotros le hemos tenido que poner todo lo que usamos hoy. Así pues, todos somos creadores o cocreadores de la realidad. Depende de nosotros y no de un código oculto.

Nos leemos en el siguiente artículo.

martes, 4 de agosto de 2020

Colapso social (entre la izquierda y la derecha).

Adivinar el futuro es un oficio tan antiguo como errático. Podemos hacer una proyección del entorno basándonos en las estadísticas, pero la probabilidad de error es muy alta. Las estadísticas muestran lo que ya sucedió, no lo que va a suceder. Lo que si podemos hacer es un análisis de las variables que incidirán en el entorno inmediato…

 COVID 19. La Organización Mundial de la Salud, así como los científicos especializados en la materia, consideran que este es un virus con el que vamos a tener que aprender a vivir los siguientes cinco años. Algunos estiman un escenario optimista que oscila entre los dos a tres años. Si esto se confirma (que hasta este momento parece ser que sí), el mundo enfrentara una contracción económica sin parangón, ya que, por primera vez en la historia, el mundo tiene los medios para producir, pero no el mercado.

La OMS y Europa prenden las alertas ante los rebrotes del COVID. Ya una vez que salieron del confinamiento, países como Alemania, Inglaterra, Francia, Italia y Polonia, encontraron que el libre tránsito duplico en dos meses el nivel de contagio. En España pasaron de 300 contagios al día, a más de 2,500, llegando a picos de 3,000. Los niveles de contagio varían de país a país, pero la realidad es que el virus está ahí.

Los gobiernos van a tener que recrudecer las medidas de control, entre ellas la prohibición de viajes y de cualquier actividad que implique comunidad, con las consabidas consecuencias para la economía.

Aviación. La IATA (Asociación Internacional de Transporte Aéreo), estima que la Industria de la Aviación enfrentara una seria contracción los siguientes dos años, empezando a recuperarse en el tercer año, alcanzando las ventas del 2019 hasta dentro de cuatro o cinco años. La IATA aclara que, si no se remedia el tema del COVID, podrían necesitar entre ocho y diez años para recuperarse.

La Industria Aeroespacial y de Transporte aéreo, genero 600 mil millones de dólares en el 2019. Se estima que en cinco años llegue a 300 mil millones. En 2019 se vendieron 4,500 millones de boletos de avión; este año la venta de boletos bajo un 95% a nivel mundial.

Economía. Amén de la estrepitosa caída del PIB en EUA (32.9%) y en el resto del mundo, un tema que preocupa a nivel mundial es el de los bancos y el de la reactivación económica. Muchos bancos están enfrentando serios problemas de impago, al grado que algunos van a vender una parte importante de su paquete accionario, al tiempo que otros buscarán fusionarse con un banco mayor poder sobrevivir.

Los optimistas piensan que la vacuna saldrá a finales de año, sin embargo, los científicos involucrados en su proceso dicen que se requieren dos años más para sacar al mercado una vacuna medianamente eficiente.

Elecciones en Estados UnidosEl mundo entero está a la espera de lo que vaya a pasar en Estados Unidos. Se necesitan 270 votos electorales para ganar las elecciones presidenciales de 2020. Veamos las tendencias…

Si las elecciones presidenciales se hubiesen llevado a cabo el:
13 de junio. Los Demócratas tendrían 232 votos electorales, los Republicanos, 204.

13 de Julio. Los Demócratas tendrían 278 votos electorales; los Republicanos, 204.

4 Agosto. Los Demócratas tendrían 308 votos electorales; los Republicanos,128.

El Senado en este momento está en manos de los Republicanos. Este año se someten al voto electoral 35 candidatos al senado. Si las elecciones fueran hoy, cada uno (demócratas y Republicanos) tendrían 47 votos. Los Republicanos necesitan hacerle ver al electorado que no están de acuerdo con las políticas de Donald Trump. De no hacerlo así, corren el riesgo de perder la Presidencia, El Senado y la Cámara de Representantes.     

La elección bienal para la Cámara de Representantes de los 435 distritos del Congreso tendrá lugar el 3 de noviembre. El Partido Demócrata actualmente controla la Cámara de los Estados Unidos, donde se necesitan 218 escaños para su control (cuando no hay vacantes).

Si las elecciones fueran hoy, los Demócratas tendrían 224 escaños, Los Republicanos, 192.

Nota: Es muy posible que en estos meses veamos a un Donald Trump errático, solo y desesperado.

Las elecciones en Estados Unidos van a ser el disparador de los problemas sociales en todo el mundo. Esto no quiere decir que los fenómenos sociales se van a dar en cuanto estas se lleven a cabo, sino que el resultado de estas es lo que va a acelerar o ralentizar los movimientos sociales a nivel global.

El mundo entero espera que Biden gane las elecciones. No porque sea el mejor candidato (no lo es), sino porque la llegada de este al poder, implica un cambio de rumbo en donde la colaboración sea la norma.

Colapso Social. Las cosas empiezan a cambiar cuando aprendes a vivir… Y aprender a vivir es vivir en la realidad.

El problema, no obstante, es que no estamos hechos para la realidad. A esta le hacemos frente cuando no tenemos otra opción. Por otro lado, está el hecho de que los seres humanos, cuando estamos ante un problema que no sabemos ni podemos resolver, creamos otro mayor. Uno que no solo sea culpa de nosotros, sino de todos los demás.

Un ejemplo de ello es él o la estudiante que, al reprobar todas las materias, prefiere embarazarse que enfrentar el enojo de sus padres… Para él o ella el embarazo es la solución, ya que este es problema de todos; las calificaciones, no. Estas competen a él o a ella, pero no a los demás.

Sirva esta disgregación para explicar lo siguiente. Es muy posible que los estallamientos de violencia (un problema mayor) se agudicen conforme se agravan las consecuencias económicas de la pandemia. El desempleo crece día a día y no se ve una pronta recuperación. La gente no va a tener dinero para alimentar a los suyos, pagar los servicios, la renta y demás menesteres. Amén de que el abandono escolar en las bases va a ser muy alto.

La violencia va a estallar y no para exigir una solución de los problemas (la violencia no resuelve nada, lo agrava). La violencia es el instrumento no consciente por el cual la Masa le da cauce a su frustración. 

Los gobiernos de todo el mundo sean de derecha o izquierda, van a gravitar hacia la izquierda. La Masa no quiere realidades, quiere fantasías y el líder que se las venda, será el que mayor éxito tenga. No importa que las promesas sean irrealizables, lo que importa es que las haga. Siempre habrá como demostrar porque no se pudieran hacer, porque eso es exactamente, una promesa: una mentira sujeta a confirmación.

La única forma de evitar el colapso social es a través de la reactivación de la economía o a través de las ayudas gubernamentales. Las primeras resuelven, las segundas, postergan. Y todo parece indicar que este año y el próximo, gravitaremos hacía la izquierda, pues en ella está la fantasía.

Nos leemos en el siguiente artículo.