Hemos
escuchado hasta la saciedad que el cambio es la única constante del mundo, no
obstante, es una frase que poco o nada nos detenemos a pensar. La dinámica del
cambio ha sufrido, valga la redundancia, cambios en su dinámica.
Los
cambios, antaño, se sucedían a una velocidad que en ese entonces se consideraba
vertiginosa, sin embargo, estos, como los que se fueron sucediendo, no son nada
si los comparamos con la dinámica del cambio actual.
Hoy, que
vivimos en mundo que no solo es global, sino que además esta interconectado en
todos los niveles, hace que los cambios que se suscitan en cualquier parte del orbe
generen cambios más allá de sus lugares de origen, de tal suerte que hoy más
que nunca, aplica eso que llamamos efecto mariposa.
Veamos
algunos ejemplos que nos permitan entender el devenir del cambio. Para entender
el mundo es menester verlo como una casa, y en una casa, lo sabemos bien, siempre
hay alguien que manda. No vamos a entrar aquí a debate sobre quien manda en
casa, eso lo sabemos bien…, y el que tenga dudas que por favor le pregunte a su
mujer.
En el
siglo XIV y XV, para no irnos más atrás, el líder del mundo era España. Esta
definía la moda, la cultura, las ambiciones y formas de ser del resto de las
naciones y sus habitantes. Lo peor que le pudo pasar a España fue descubrir
América, ya que, en ese momento, sin estar conscientes de ello, empezaron a
migrar de una cultura creativa y conquistadora, a una pasiva y merecedora.
Los
españoles encontraron un filón de recursos en América que poco a poco los llevo
a cosechar en lugar de conquistar. Las cosas las dieron por hechas y eternas,
tal como nos sucede a todos los seres humanos cuando las cosas nos van bien.
Este filón
de recursos generó en Francia e Inglaterra un espíritu de conquista inversamente
proporcional al de España. Así, poco a poco, Francia le arrebato el liderazgo a
España, de tal suerte que en el siglo XVI y XVII, Francia se corono como líder
absoluto del mundo, imponiendo en el resto del mundo la forma de ser francés,
tal como hoy lo hace USA.
No
entraremos al detalle de lo que aconteció en Francia, pero le paso lo mismo que
a España, las cosas las dieron por hechas y eternas, lo que a la postre los
llevo a perder el poder en manos de los ingleses, los cuales rigieron el mundo en
el siglo XVIII y XIX, esparciendo su cultura por todos sus territorios y con
ella la forma de ser del mundo.
Hasta aquí
la dinámica del cambio se daba cada doscientos años. El caos se manifestaba de
manera violenta y brutal en el transito de la estafeta, lo cual duraba de una a
dos décadas, no obstante, pasado este intervalo el mundo regresaba a su
dinámica con los ajustes de aprendizaje que demandaban las nuevas formas.
En el
siglo XX Inglaterra dominaba el mundo. Inglaterra era dueña del 25% del mundo,
no obstante, los cambios se avecinaban en el entorno. Alemania necesitaba
acceso a recursos y expandir su comercio, y el único medio para lograrlo era a
través de la confrontación bélica, para lo cual le era menester debilitar a sus
contendientes, principalmente a Rusia.
Conforme a
este objetivo, el Kaiser decide apoyar a Vladimir Ilich Uliánov, quien usaba el
seudónimo Lenin debido a que el rio Lena era el más largo de Rusia y corría en
sentido contrario a Volgin (rio Volga), que era el seudónimo que usaba Gueorgui
Valentinovich Plejánov, anarquista contrario a Lenin.
El Kaiser
financia a Lenin con diez millones de marcos, amén de proporcionarle la salvaguarda
y el tren que lo lleva a Rusia con la intención de desestabilizar el Imperio
Ruso, evitando, así lo creía él, que esta participara en la guerra.
Lo demás
es historia. Estalla la Primera Guerra Mundial (la cual fue una guerra entre
primos) y con ella el reacomodo de fuerzas en el mundo. La derrota de Alemania
se manejó tan mal que gestaron con sus condiciones la Segunda Guerra Mundial.
Esta, como
todos sabemos, se concluyó cuando la coalición formada por Estados Unidos, Inglaterra,
Rusia y Francia venció a Hitler. Así, al término de la guerra el mundo había experimentado
un constante cambio de estafeta en el liderazgo del mundo, preludiando con ello
lo que se avecinaba.
De 1946 a 1985,
el mundo se debatía entre dos sistemas opositores que se peleaban el liderazgo
del mundo, Estados Unidos y la URSS. Para 1980 todo indicaba que la URSS ganaba
la batalla. El 75% de las naciones del mundo gravitaban bajo la influencia del
socialismo…, hasta que la realidad los alcanzo.
La URSS se
había inmerso en una debacle económica financiando a sus países satélites, lo
que a la postre la debilito a tal grado que ya no podía ni sostener a su propia
nación, quedando, en 1990, Estados Unidos como líder absoluto del mundo. Lo
curioso de este intervalo fue que Hollywood, al ya no tener un enemigo claro, se
aboco a hacer películas en las que el enemigo era la naturaleza: meteoritos, terremotos,
huracanes y demás fenómenos terrestres…, y en ocasiones, espaciales.
De 1990 al
2000, el liderazgo se lo disputaban en distintas áreas diferentes actores: EUA
era el gran policía (liderazgo político); Japón contendía por el liderazgo
económico (época en la que Japón salió de compras, tal como hoy lo hace China),
al tiempo que Alemania disputaba el liderazgo tecnológico y Rusia el militar.
Como
podemos ver, la dinámica de los cambios se trastocó en el siglo XX. En un solo
siglo, el mundo vivió el liderazgo de Inglaterra; el de la Alemania de Hitler;
el militar e ideológico del URSS, el político y económico de Estados Unidos, el
emergente de Japón y el tecnológico energético de Alemania. En los siglos
precedentes, los cambios se sucedían cada doscientos años, en el siglo XX se
sucedían en décadas.
En el
siglo XXI la dinámica del cambio se trastoco de nuevo. La revolución
cibernética cambio el mundo, como antaño lo había hecho la Industrial. Así,
pues, los cambios en el primer cuartil de este siglo (año 01 – año 25) se han
venido gestando, primero cada cinco años, después cada dos años, reduciendo
cada vez más el intervalo hasta llegar a este momento en el que se suscitan de
un día a otro.
Cierto que
Estados Unidos sigue siendo el líder del mundo, sin embargo, Rusia y China están
codo a codo peleándole el liderazgo. China, el liderazgo tecnológico y económico;
Rusia, el liderazgo militar. Cambios, todos, que se ven fuertemente afectados
por la tecnología, los mercados (financieros y comerciales), la migración y la energía
(petróleo), sin demeritar, claro está, los que gesta y va a gestar, social,
política y económicamente, el coronavirus.
Hoy usted
puede llegar a una idea determinada del acontecer mundial y verse en la
necesidad modificarla en menos de una semana. Los cambios, sin ánimo de ser
repetitivo, se suscitan a una velocidad inconcebible hace una década, amén de
que estos están generando, como ya mencionamos líneas arriba, serias
alteraciones en la estructura societaria de las naciones, de los mercados y,
por ende, en el liderazgo en sí, de tal suerte que lo que era válido hace una
semana, no lo es hoy.
Veamos un
ejemplo. Antaño los adultos mayores eran venerados en todas las culturas, cosa
que hoy ya no acontece, de hecho, son vistos más como una carga que como un oráculo.
Antaño,
cuando el mundo cambiaba cada doscientos años, los adultos mayores poseían el
saber que necesitaban las nuevas generaciones. Lo más normal era que un joven
viviera exactamente lo mismo que habían vivido sus padres, abuelos, bisabuelos,
tatarabuelos y trastatarabuelos, por lo que lo prudente era acudir a ellos, ya
que estos tenían el conocimiento que los jóvenes iban a necesitar para hacer la
vida un poco más fácil.
Todo esto
fue cambiando en el siglo XX y lo hizo de tal forma que, para la segunda mitad
de la centuria, los adultos mayores ya no tenían, en las nuevas generaciones,
el peso que ostentaban en el pasado. Ni que decir de este siglo. La dinámica
del cambio es tan acelerada, que personas que rondan los cincuentas y sesentas,
son, en su gran mayoría, material de desecho en el mundo actual.
Los adultos
mayores, es decir, los que están en los sesentas, setentas o más, ya no tienen
cupo en el mundo actual, de hecho, ni siquiera son considerados como fuente de
opinión, mucho menos en el combes de lo laboral. Su obsolescencia ante los
vertiginosos cambios de la tecnología y la cada vez más cambiante forma de
hacer negocios, ha hecho que ellos mismos se sienten fuera de lugar, tanto con
sus hijos y como con el mundo en general.
El
entorno…, o lo formas o te deforma.
Los seres
humanos nos movemos en dos entornos: un entorno socio afectivo restrictivo
y otro entorno socio racional propositivo.
Lo común
es que nos desenvolvamos en uno solo de ellos: el socio afectivo restrictivo.
Este es un entorno que nos acoge, nos salva, nos reconforta. Es un entorno
conformado por aquellos que nos quieren, que nos aceptan tal como somos, que
nos han acompañado en las buenas y en las malas, amén de que muchos de quienes
los integran son personas que han estado con nosotros de años ha. Son amigos que
hemos ido cultivando desde la primaria y en algunos casos desde el preescolar.
Este
entorno está integrado, amén de la familia, por personas que nos quieren y aceptan
tal como somos, al grado que nos tienen una tolerancia afectiva que nos permite
ser y expresarnos tal como somos, cosa que no podemos hacer en ningún otro
entorno.
Este
entorno, que debemos cuidar y salvaguardar, tuvo y tiene un gran valor en
nuestro acontecer biográfico, sin embargo, quedarnos única y exclusivamente en
este entorno, nos va a llevar a no buscar nada más, por lo que, sin darnos
cuenta, nos va a pasar lo mismo que le paso a España.
Encontramos
en ellos un filón de amor, amistad y tolerancia que, ineluctablemente, nos va a
meter de lleno en una zona de confort que nos hará migrar, sin estar conscientes
de ello, de una cultura de lucha y conquista a una cultura de confort y
cosecha, precipitándonos, sin darnos cuenta, a los brazos de la obsolescencia.
Luego, que
no nos extrañe que el mercado laboral y la sociedad en sí, no nos vean como oráculo….
Nos lo ganamos a pulso.
El otro
entorno es el socio racional propositivo. Este es un entorno conformado
por gente que está en abierta competencia con nosotros. Gente que valora
nuestra funcionalidad, más que nuestra persona, por lo menos al principio.
Para estar
en él nos es menester cambiar nuestra conducta, nuestra forma de hablar,
vestir, comer y socializar con los demás. En este entorno nos es menester aprender
cosas nuevas, estar a la vanguardia de los cambios, cambiar nuestra forma de
ver las cosas y lo que en el mundo sucede, ya que de ello depende que el
entorno nos acepte o nos rechace y con ello el que podamos capitalizar las
oportunidades que se gestan en ese entorno.
La
inteligencia, lo sabemos bien, es la falsa medida del hombre, ya que son
inteligencias diferentes para retos diferentes. Por ejemplo, la inteligencia
que se desarrolla al jugar ajedrez es muy útil para jugar ajedrez, pero no necesariamente
lo es para los negocios y para lo humano... Y en estos entornos nos es menester
desarrollar diferentes tipos de inteligencias: la social, la empresarial y la
de negocios (que es diferente a la empresarial). Una empresa esta compuesta de
mil y un negocios, y en todos ellos nos va a ser menester hacer empresa.
En estos
entornos nos es necesarios mostrarnos, a un mismo tiempo, listos e
inteligentes. Listos para captar las oportunidades del entorno (sentido de
oportunidad) e inteligentes para identificar la mejor forma de instrumentarlas
(pensamiento vertical: causa -raíz).
El entorno
socio afectivo restrictivo no nos demanda ninguna de estas capacidades,
a excepción de la inteligencia social. En este entorno las otras inteligencias son
deseables, pero no indispensables, tan es así que si tenemos amigos que no han
desarrollado las otras inteligencias, es tal el afecto que les tenemos que no
encontramos óbice alguno para estar con ellos, ya que es un grupo con el que
nos reunimos como divertimento, no como ejercicio de construcción.
No obstante, es menester apuntar que podemos lograr, a través de la creación del caos (caos creado, caos controlado), convertir nuestro entorno socio afectivo restrictivo, en un entorno socio racional propositivo.
Para ello,
por ejemplo, va a ser menester pedirles a los miembros de nuestro entorno que
nos ayuden a crear ideas disruptivas. Ideas que nos permitan a nosotros y a
nuestros hijos, irrumpir en el mercado con un producto, aplicación o servicio novedoso,
en donde lo importante no es si se cristaliza como proyecto (que lo ideal sería
que si lo hicieran), lo importante es que los moviste de su zona de confort…, y
tú con ellos.
Otro ejemplo
es organizar una visita cultural con los hijos de todos a un museo, a un pueblo
pintoresco de la localidad o a una de las empresas de alguno de los miembros de
nuestro entorno socio afectivo restrictivo. Al llegar al museo es
menester que uno de los miembros del grupo asuma la responsabilidad de ser el guía
(para lo cual se debió haber preparado muy bien) y que le explique a todos las
obras que hay expuestas y el entorno o situación en la que se hicieron, así como
lo que autor quería expresar.
En el pueblo
va a suceder lo mismo, sin embargo, el objetivo es que los presentes busquen entender
porque el pueblo es como es y qué es lo que les hace ser como son, entonces y
solo entonces habrán entendido lo que el pueblo es… No olvidemos que jamás podrás
cambiar y mucho menos dirigir, lo que no conoces.
Con la
visita empresarial sería lo mismo, el objetivo es que los hijos del grupo, así como
los otros miembros del grupo, conozcan lo que en la empresa se hace, a quien se
le vende y porque… Todo esto lo que va a generar es una apertura de mente que,
sin darse cuenta, estarán aplicando en su diario quehacer, convirtiendo su
entorno en grupo cultural demandante y constructivo.
Carlos
Slim es famoso en todo el mundo porque una vez al año organizar un congreso en
alguna parte del mundo, al que invita a los empresarios más prominentes América
Latina, para que estos acudan acompañados de sus hijos, en donde el objetivo es
conocer que hacen las empresas de los asistentes, los nuevos negocios en los
que han incurrido y los proyectos que están en ciernes, amén de que se conozcan
los hijos y trabajen en proyectos conjuntos, lo que les permite establecer alianzas
sociales, empresariales y, en algunos caos, matrimoniales. No porque se acuerden
matrimonios en dichas reuniones, sino porque al conocerse y tratarse, se han
dado algunas relaciones sentimentales que han terminado en matrimonio.
En alguna ocasión,
una maestra de secundaria les pidió a sus alumnos su colaboración para hacer
una dinámica. Les explico que la dinámica consistía en resolver anagramas. Creo
el interés y ya una vez que lo logro, repartió entre sus alumnos dos tipos de
anagramas, unos de fácil solución y otros de difícil solución, no obstante,
esto lo hizo haciéndoles creer a todos que tenían el mismo anagrama. Al
resolverlo debían levantar la mano, pero sin decir cuál era la palabra. A los
quince minutos, la mitad que tenía el anagrama fácil levanto la mano y la otra
mitad, los que tenían el anagrama difícil, se volteaban a ver con cara de
estupefacción.
La maestra les pidió que lo tomaran con calma, que iba a ver dos intentos más. Repitió el ejercicio, repartiendo dos nuevos anagramas, uno de fácil solución al mismo grupo y uno de difícil solución a los que no había resuelto el anterior.
La maestra les pidió que lo tomaran con calma, que iba a ver dos intentos más. Repitió el ejercicio, repartiendo dos nuevos anagramas, uno de fácil solución al mismo grupo y uno de difícil solución a los que no había resuelto el anterior.
El resultado
fue el mismo. Los que habían vuelto a recibir un anagrama fácil levantaron la
mano con cara de satisfacción, al tiempo que los que no habían resuelto el
primero, se encontraron con la sorpresa de que esta vez tampoco lo habían podido
resolver. La maestra insistió en que no pasaba nada. Que tal vez era cosa de
suerte. Que estaba segura de que en el tercer intento les iría mejor.
En el tercer
intento repartió un anagrama de dificultad media a todo el grupo, de tal suerte
que ahora todos tenían la misma oportunidad, ya que en esta ocasión no había segmentado
la distribución. A los pocos minutos, casi todos los que había resuelto los dos
anagramas anteriores levantaban la mano para indicar que ya lo habían resuelto
y junto con ellos dos o tres del grupo que no había podido resolver los
anteriores.
La maestra
le pregunto a los que no habían podido resolver los anagramas, que qué es lo
que ellos pensaban que había pasado, y casi todos dijeron que no eran buenos
resolviendo anagramas.
La maestra
les explico que es lo que había hecho y les dijo que hay una cosa que se llama “indefensión
aprendida” … Cuando crees que no puedes hacer algo, lo mas probable es que
termines no pudiendo, de tal suerte que cuando les dio el mismo anagrama a
todos los participantes de la dinámica, lo normal es que los que no habían podido
resolver, se atrofiaran en este último y tampoco pudieran.
Los mismo nos
acaece a nosotros cuando nos quedamos en el mismo entorno, este, sin que nosotros
estemos conscientes, al paso del tiempo nos va brindando una “indefensión
aprendida”, la cual adquirimos por contagio de los mismos miembros de
nuestro entorno. Y no porque haya mala voluntad, sino porque la media de todos
marca lo que sí y lo que no se puede hacer. En síntesis, cambias
de entorno y cambian las posibilidades.
Así, pues,
los invito a que consideren la posibilidad de crearle a su entorno socio afectico
restrictivo las variables de caos que lo lleven a convertirse en un entorno
socio racional propositivo, al tiempo que en paralelo construyen para
sí, un entorno socio racional propositivo con nuevos elementos que les lleven
a exigirse más de ustedes mismos, lo cual no solo ralentizará su (nuestro)
proceso de obsolescencia, sino que además les (nos) ayudara a construirse mejor,
tanto a ustedes mismos como a los suyos.
Nos leemos
en el siguiente artículo.
Jaime
Ramos.