martes, 15 de septiembre de 2020

Los Superhéroes y el vacío de poder.

A la naturaleza no le gustan los vacíos y los vacíos los llena con excesos. Los Superhéroes son la nueva religión de una Masa que acusa un vacío interior mayúsculo. Por supuesto que no es algo nuevo, siempre ha existido, no obstante, nunca como ahora.

 El vació esta en la esencia del ser humano. No existe persona alguna que no posea un cierto grado de vacío. De hecho, el mercado existe gracias al vacío. Tan es así que cuando vamos de compras, no vamos a comprar cosas, sino a llenar nuestros vacíos. Así, si usted va de compras sin identificar el vacío que le impulsa a ello, saldrá de ahí con una gran cantidad de excesos, es decir, con cosas que no necesita y solo le agudizaran el vacío.

 Los Superhéroes y el vacío de poder. Podemos negar la existencia de los dioses, pero no de las religiones, estas son una necesidad humana y los Superhéroes son una muestra de ello. Hemos hecho de estos una nueva religión, un nuevo culto.  

Los primeros Superhéroes fueron los dioses de la antigüedad. La razón por lo que ya no pensamos en ellos es porque estos ya no viven con nosotros. Están en el panteón de la mitología, y la única diferencia entre mitología y religión, es la vigencia.

Los dioses de la antigüedad poseían características humanas. Zeus, por ejemplo, era infiel, vengativo y pasional. Hades, Afrodita y el resto de los dioses griegos, romanos, nórdicos o de donde fueran, poseían atributos que los hacían extraordinarios, pero también poseían vicios y defectos que los hacían humanos. La identificación con ellos era inevitable, tenían capacidades que deseábamos y defectos que poseíamos.

Luego llego el dios del antiguo testamento. Un dios visceral, vengativo, iracundo, cruento y sangriento (así o más humano). Después de este llego el dios de los cristianos. Un dios que nació humano (como todos los anteriores), pero que en el devenir de los siglos perdió las características terrenales que le permitían a su grey se identificase con él, al grado que hoy es cualquier cosa para ya no humano. Es un dios que no solo no se enoja nunca, sino que además es todo amor y perdón…, atributos irreales en el ser humano.

Esta lánguida perdida de sus características humanas propicio que los hombres iniciarán un largo, callado y errático éxodo en pos de esos dioses que, sin dejar de ser humanos, podían hacer todo lo que nosotros no podemos hacer. Dioses sobre los que se ha edificado un nuevo culto, y que si bien es cierto que no llenan los vacíos de su feligresía, si los representan.

 Sherlock Holmes. El primer Superhéroe de la era moderna fue Sherlock Holmes. Es un héroe que posee capacidades de observación y raciocinio que lo separan del resto de los mortales, pero también posee vicios y defectos que lo hacen humano. Es un héroe que seduce y encanta, aun cuando en la intimidad de su Olimpo se muestra misántropo, maniático, misógino, drogadicto y misógamo. Tan humano es que cuando su autor lo mató, hubo protestas en toda Europa en defensa de los derechos de los lectores. La presión fue tal, que se vio en la necesidad de resucitarlo.

 Un héroe que no sabe crear misterio no es héroe…, y Sherlock Holmes lo crea mejor que nadie. Es soltero, vive solo y ha hecho de su morada un centro de información. En él están todos los archivos y recortes de periódicos que le ayudan a resolver los casos. Tiene, como todos los héroes y como todos los dioses, un archienemigo que lo iguala o supera en capacidades, James Moriarty. Afortunadamente cuenta con un compañero, amigo, ayudante y protector que es quien lo salva cuando este se deja llevar por su humanidad, el Dr. John H. Watson.

El modelo de Sir Arthur Conan Doyle se repetirá en todos los que le suceden, desde Popeye el Marino (1929) hasta los actuales. Batman, por ejemplo, es soltero (no existen héroes casados, la mujer no los dejaría hacer tales estulticias). Vive en una mansión en la que tiene una cueva equipada con todos los sistemas de información que necesita para combatir el mal, en especial a su archienemigo el Guasón. El personaje que lo salva de sí mismo es Alfred, su amigo, compañero, ayudante y protector.

Superman tiene Louisa Lane y a su Némesis, Lex Luthor; Spiderman tiene a su tía May y a su contrario, el Duende Verde; Iron Man, el héroe del capitalismo que lucha contra los comunistas y terroristas y así como estos una suma de etcéteras más que haría la lista interminable, no obstante, lo importante es que todos repiten el patrón: son solteros, viven solos, tienen un enemigo que los iguala o supera en capacidades y tienen una persona que los salva de sí mismo cuando se dejan llevar por su humanidad.

Huelga decir que los héroes son como los dioses, no envejecen, amén de que tienen cualidades que obedecen a la época en que se gestaron. Popeye fue el héroe de la nutrición (espinacas); el Capitán América, el símbolo de la lucha contra Hitler; Batman, contra el mal; Spiderman, contra los que hacían un mal uso de la ciencia y así todos los demás. Lo importante aquí es que cada uno de ellos personifica un vacío social e individual, obsecuente a las circunstancias psicosociales de su tiempo.

 Comprenderse es quererse. Alguien que se comprende a si mismo, entiende que todos los roles son tan valiosos como el suyo y que la única diferencia entre un rol y otro es la cantidad de personas que lo pueden hacer, que es lo que marca la diferencia entre lo que se le paga a uno u a otro, sin embargo, la realidad es que el que recoge la basura es tan importante y necesario como el que dirige la empresa. El tema es que pocos se dan cuenta de esto, por lo que, en lugar de sanar sus vacíos, los acrecientan.  

Los vacíos no reconocidos y no dirigidos son los que hacen que una persona se identifique con uno u otro héroe, y esto le sucede tanto al director de la empresa como al guardia de la entrada. Los vacíos no tienen que ver con el organigrama, sino con la persona. Por ejemplo, se identificará con Iron Man aquel al que le gustaría ser genio, multimillonario y playboy, cuando la realidad es que lo que debería preocuparle es el desarrollo de su genialidad.

Más que identificarse con un super héroe, lo primero que uno debiera hacer es preguntarse qué vacíos son los que me llevan a identificarme con él. Ya una vez identificados y reconocidos, debe escoger cuál de ellos es el más fácil de subsanar. Los vacíos, ya lo mencionamos, son connaturales al hombre, lo importante es reconocerlos y dirigirlos.

Una persona que reconoce sus vacíos podrá comprenderse y dirigirse, entendiendo que no puede ser como ese otro que admira o envidia, pero si puede potencializar al máximo lo que es, en la inteligencia de que eso que él es, seguramente no lo es el otro, ya que todos somos suma y complemento de otros.  

Cuando la persona comprende, acepta y desarrolla lo que es, deja de compararse con los demás. Reconoce sus alcances y limitaciones, potenciando las primeras y acotando las segundas. Valora lo que es y lo que son los demás. La identificación no es con el personaje de ficción, sino consigo mismo, lo que a la postre le permitirá potenciar y posicionar el ser.

La felicidad está en la expresión del ser. Hay dos tipos de personas: la primera es esa que aprende a hipotecar su Ser, para Hacer algo que no les gusta con tal de cobrar los beneficios del Tener.

Este tipo de personas sienten una ingente necesidad de refugiarse en los éxitos de otros. Te platicarán de los carros, casas y bienes que determinada persona posee, pero jamás de lo que este trabajo o tiene que trabajar para lograr lo que tiene. Estas personas son y necesitan símbolos para vivir, razón por la cual les es imposible no identificarse con esos personajes de ficción que pueden hacer todo lo que ellos no.

Son miembros devotos de la religión de los Superhéroes. Jamás se perderán un estreno, producto o imagen de su Superhéroe. Sienten que al poseer algo de él, son como él.

Por el contrario, los que están conscientes de sus limitaciones y potencias y de lo que tienen que trabajar para acotar las primeras y potenciar las segundas, son personas que aspiran a Tener, económicamente hablando, aquello que les permita Hacer en función, lo que Son como personas. Estos no necesitan de Superhéroes. Ellos son su propio Superhéroe.  

Los Superhéroes responden a los vacíos y estos se pueden sanar, pero para ello es menester identificarlos, reconocerlos y dirigirlos.

Nos leemos en el siguiente artículo.

miércoles, 2 de septiembre de 2020

La economía que viene.

El cambio ha sido, es y será la constante del mundo, sin embargo, este, más allá de lo rápido, moderado o lento de su proceso, ha mantenido siempre una gradualidad que nos ha permitido fungir como acores y testigos del cambio. La irrupción del COVID rompió esta dinámica, situando a la gran mayoría de la humanidad en una posición de testigo, este, más que un cambio, fue un rompimiento.

 En la vida, lo obvio es invisible y lo invisible, transparente. En la vida de cada uno de nosotros existen cosas que son invisibles para nosotros, transparentes para los otros. Esto es lo que hace que nos sorprendamos cuando alguien nos da un consejo que, por lo obvio que resulta, nos agrede el que no lo hayamos visto.

Líneas arriba decía que el COVID, más que un cambio, es un rompimiento. Y en los rompimientos las primeras cosas que salen a la luz son todas esas cosas que, por obvias, habíamos dejado de ver. Nos está pasando lo mismo que a las parejas en el divorcio. Las parejas, en el rompimiento, descubren esa otra parte del otro que era visible para los demás, pero no para ellos. Así, pues lo ideal sería que el matrimonio empezara por el divorcio, que es cuando realmente conoces a la pareja.   

El tema que nos compete, haciendo a un lado el sarcasmo y la broma no atinente, es el de todas esas cosas que están saliendo a la luz y que muy probablemente no estemos considerando. En este artículo nos centraremos exclusivamente en el tema económico, específicamente el de la economía que viene.

Es importante anotar que la economía que viene no es una resultante del COVID, y si bien es cierto que este está demandando y generando nuevas formas de hacer negocios, también lo es el hecho de que lo que está sacando a flote, es lo que ya estaba mal.

La década que está por terminar registro un nivel de endeudamiento de las naciones de la OCDE del 4% anual, al tiempo que el crecimiento de sus economías mantenía una media que fluctuaba entre el 1% y el 2%. En otras palabras, las naciones gastaban más que lo que generaban, con el pretexto del que siguiente año sería mejor.  

La economía, no obstante, seguía operando, lo que mantenía la posibilidad de que los gobiernos enmendarán rumbo y se abocarán a generar más ingreso que gasto, que es, precisamente, lo que hizo Alemania. El crecimiento sostenido de su ingreso le permitió disminuir su deuda externa en 25 puntos porcentuales, mientras que el resto de los países de la OCDE incrementaban su deuda a niveles insostenibles.

El país que guarda la relación de Deuda – PIB más onerosa del mundo es Japón. La deuda de este país que antaño era el modelo de lo que deberían ser las demás naciones, representa el 240% de su PIB. La de Grecia, el 182%; Italia, 140%; España, 110%; Francia, 100%; Estados Unidos, 105%; Brasil, 86.5%; México, 62% y así como estos, muchos más. El gasto, obviamente, se ha aplicado al sector social, lo que de suyo hace que ese dinero no genere un solo centavo de retorno.

El COVID paralizo la maquinaria económica en todo el mundo, obligando a las naciones a asumir un nivel de deuda equiparable a la que asumieron después de la Segunda Guerra Mundial. La deuda en la que los países incurrieron para sortear las consecuencias de la cuarentena es la correcta, lo incorrecto era la deuda previa. El problema, no obstante, es que la Masa considera que la deuda pública es un problema de los políticos, no de los ciudadanos, cuando la realidad es que es todo lo contrario.

Otro tema que llama mi atención es que la Masa cree que todo va a volver a la normalidad, es decir, que cuando todo esto termine, retomaran su nivel de vida y gasto, tal como lo tenían previo a la pandemia. En México, por ejemplo, más del 80% los hogares han experimentado una reducción sensible de sus ingresos, en un entorno donde los gastos van al alza, que tienen que invertir y gastar en cosas que no hacían antes.

Una encuesta nacional de consumo arrojo los siguientes datos: el 57% de los consumidores piensan que recuperarán el nivel de consumo que tenían previo al COVID, en un lapso de dos años. El 25% de los encuestados estiman que requerirán de tres a cinco años para recuperar su nivel de consumo; el 15% considera que su nivel de consumo se mantendrá en mínimos por más de cinco años y solo el 3% considera que su nivel de consumo será igual o mayor al que tenían.

Esto, obviamente, son estimaciones, no obstante, la realidad es que a lo que todos nos vamos a enfrentar es:

Un crecimiento de la economía que oscilara entre el 3% y 4% en el primer año (2021), bajando gradualmente hasta llegar a un crecimiento descendente que oscilara entre el 1.5% y el 0.5% por los próximos diez años.

Crecimiento de la pobreza extrema ($1.90 al día), pasando de 17 millones de personas a 100 millones;

Crecimiento de la pobreza ($3.20 al día), pasando de 35 millones a 176 millones de personas; 

Los gobiernos impondrán una mayor carga fiscal para poder hacerle frente a la deuda.

Una sensible disminución de la explosión demográfica; al tiempo que se incrementa sensiblemente el número de jubilados (Japón e Italia cada año tienen menos habitantes). 

Incremento en gasto de salud y pensiones.

Fuerza laboral escasa, mal preparada, mal pagada.

Los negocios de consumo que más van a sentir la ralentización de la economía en los siguientes dos años son: restaurantes, cines, bares y centros comerciales. El turismo va a necesitar más de cinco años para recuperar a los niveles previos a la pandemia. Las oportunidades van a estar en el sector salud y en lo digital. La educación va a sufrir una contracción no vista en años, amén de que la calidad educativa se va a ser seriamente afectada.

Las empresas y los hogares se van a acoger a una estricta disciplina financiera (reducción de lo superfluo) y a una mejor gestión de sus activos (se contraerá la venta de casas y automóviles). El objetivo será liquidez y rentabilidad.

Las empresas y las personas deberán repensar su modelo de negocios, migrando en la posible a lo digital y manteniéndose cada vez más cerca de sus clientes.

Los siguientes dos lustros van a ser de un alto nivel de reto y si algo nos ha demostrado la historia es que siempre salimos adelante, no obstante, es menester tomar decisiones desde la realidad y no desde la fantasía. La fantasía nos va a hundir; la realidad, por dura que sea, nos va a salvar.

Nos leemos en el siguiente artículo