En el artículo anterior explicamos las razones antropológicas por las
cuales la mujer elige al hombre que escogió para crear familia. En este
hablaremos de las variables antropológicas que inciden en la elección de pareja
por parte del hombre.
Es importante anotar que las razones o variables antropológicas tienen que
ver con la especie, no con la razón, ni con los valores o cultura. Tienen que
ver única y exclusivamente con la especie, con aquello que ha sido, es y será común
a todos los hombres y mujeres del planeta sin importar época, idioma, religión
o color.
Las variables antropológicas se matizan en función de la edad,
inteligencia, educación y cultura. Los motores y motivaciones terminan de darle
mayor o menos colorido a las variables, pero estas están ahí, en lo más profundo
de nosotros, incidiendo en el núcleo de todas nuestras decisiones.
En el artículo precedente explicábamos que dado que la mujer es la que
preferentemente crea y forma familia, le es menester voltear a ver ligeramente
hacia abajo para poder tener imperio sobre el hombre que elige para tal efecto.
Explicábamos que la mujer admira al hombre superior, pero no lo quiere a su
lado. Podrá trabajar, platicar, cenar con él, pero no vivir con él, salvo que
este en una edad en la que la reproducción y crianza dejaron de ser el tema. Si
les interés ahondar un poco más en esto de la admiración, les recomiendo leer:
el Interesante, el Admirable y el Bruto.
Regresando al tema. En esta entrega vamos a hablar del hombre. De ese
bípedo implumedo que constantemente coquetea con su ancestro el orangután. Seguro
estoy que así como el artículo anterior incordio a más de una mujer, este
incordiara a más de un hombre. La vanidad de mis congéneres se sentirá
agraviada y la razón también, no obstante les pido de favor que analicen lo
aquí expuesto desde la especie y no desde la razón, cultura o valores.
Vean, razonen y mediten lo que sigue desde la biografía de los otros, no
desde la propia. Lo más probable es cuando lo vean desde la biografía de los
otros, encontrarán que las razones antropológicas del porque hacemos lo que
hacemos al elegir pareja, les queden más claras.
Que busca un hombre en una mujer.
Lo que el hombre busca en una mujer es proyección. Una mujer que lo
proyecte física, psíquica y económicamente.
El hombre cuando busca una mujer para formar una familia, volteará a ver siempre
hacia arriba. Ocasionalmente a nivel horizontal y nunca hacia abajo. Cierto que
es común ver que el hombre voltee a ver hacia abajo en el ámbito de lo sexual,
no obstante esto lo hace solo cuando desea satisfacer el instinto. No el
instinto de la reproducción, sino el sexual.
El erotismo tiene que ver con la cultura. Entre más culta es una persona,
más erótica es. Más exige. Más tiempo y atenciones necesita. El hombre común,
ese que al verlo nos rememora al eslabón perdido de Sir Robert Charles Darwin, sabe
de sexualidad, pero no de erotismo.
El hombre es exógeno, la mujer endógena. El hombre nace de útero para
regresar al útero (casa). La mujer, en cambio, nace de útero siendo útero
(casa). Ella, en sí misma, es casa, hogar, nido, útero. El hombre sale de útero
pero no es útero (casa). Toda su vida sentirá una enorme necesidad de estar con
una mujer (nido). Primero la madre, después de la novia, esposa o hijas, pero
siempre necesita regresar a una mujer. El hombre necesita de la mujer mucho más
que lo que la mujer necesita al hombre.
El hombre para formar familia, para formarse a sí mismo, para nutrirse,
curarse y hacerse de las herramientas que necesita para luchar y hacerle frente
a la vida, necesita a su lado una mujer superior a él.
Una mujer que lo impulse, que lo proyecte física, psíquica y
económicamente. Una mujer que psíquica, emocional, espiritual e
intelectualmente lo aliente, lo guié, lo apoye. El hombre no necesariamente
busca que la mujer haga o provea más que él. Lo que busca es que lo soporte, lo
cure, lo salve de sí mismo y de los demás.
Es cierto que la cantidad de hombres que han delegado la responsabilidad
patrimonial en la mujer, va en aumento. No obstante esto se debe a otros
factores que comentaremos si así lo desean en otro artículo. Un hombre, en
cuanto hombre, no tienen como objetivo buscar una mujer que provea más que él.
Su objetivo es encontrar una mujer que sea psíquica y emocionalmente, más que
él.
El hombre es un hacedor por excelencia. Siempre está compitiendo, consigo
mismo, con los demás. Algunos centran su competencia en el Logro (los menos),
otros en el Poder y los más en la Afiliación. Cada uno buscara una mujer superior
a él que posea los atributos que le permitan competir en los motores (Logro;
Poder; Afiliación) que se sienta más cómodos.
El Hombre Masa (Afiliación; Confort; Placer; Sexualidad) necesita de una
mujer que le brinde ternura. Una mujer que al mismo tiempo que le tolere su
medianía, lo impulse a superarla. El Hombre Masa es pródigo en pretextos.
Necesita una mujer que lo escuche, que le crea, sino todos, si una parte de sus
pretextos.
Estos hombres buscan a esa mujer que emocional y psíquicamente le dará más valor
a la familia que a las cosas materiales. Una mujer que este para él y para los
demás (familia, hijos, amigos, compadres, etc.)
El Hombre Periférico (Poder; Reconocimiento; Sexualidad; Erotismo) necesita
una mujer que lo soporte, que lo impulse, que lo lleve a más. Una mujer que no
lo acote en demasía. Que no lo quiera tener siempre consigo. Una mujer que lo
único que necesite es que él regrese constantemente a ella. Una mujer que
cargue sobre sus hombros la crianza y formación de los hijos, ya que la
intermitente presencia de él no es suficiente para la crianza y formación de
estos. Una mujer que lo acoja y lo deje ir. Una mujer que posea el carácter
para estar las más de las veces sola.
El Hombre Anómalo (Logro; Realización material; Adrenalina; Erotismo)
necesita una mujer que además de ternura le brinde cobijo, comprensión. El
Anómalo es el más creativo, el más productivo, pero también el más frágil de los
tres. Es el que más necesita de la mujer, de su erotismo, de su dedicación,
comprensión y apoyo. El Anómalo es emocionalmente inseguro. Necesita una mujer
que lo proyecte y que le haga sentir que él es todo el mundo de ella. Necesita
una mujer que centré en él, sino toda su atención, gran parte de ella.
En conclusión:
Todos los hombres, sin importar si son Anómalos, Periféricos o Masa, siempre
voltearan a ver hacia arriba para buscar y elegir una pareja que los proyecte física,
psíquica y económicamente.
El Hombre Masa volteara a ver hacia arriba para buscar una mujer para la
que sea más importante lo espiritual que lo material.
El Hombre Periférico volteara a ver hacia arriba para buscar una mujer para
la cual lo espiritual (formación de hijos) y material importan por igual.
El Anómalo volteara a ver hacia arriba para escoger una mujer para la cual
él sea el todo de su universo.
Nos vemos en el siguiente artículo con la Evolución del Matrimonio.