lunes, 12 de diciembre de 2016

Donald Trump.

La llegada de Donald Trump al escenario político de Estados Unidos y del mundo, ha llevado a mucha gente a preguntarse si este hombre debiera ser el próximo presidente de Estados Unidos.

Pregunta que la gente se hace a manera de paliativo psicológico, es decir, como un pretexto que les permita hablar del tema para poder sacar sus miedos por la boca, ya que nos guste o no, Trump va a ser, salvo alguna situación fortuita en contra, el próximo Presidente de Estados Unidos.

¿Por qué Trump, a diferencia de sus antecesores que casi todo lo ocultan, ha generado y genera tantas dudas y polémicas si es un hombre que siempre nos deja ver su pensar y hacer?

¿Qué no debiera, dadas sus características antropológicas, hacernos sentir más tranquilos que con cualquier otro?  

Trump es un hombre al que se le ha acusado de muchas cosas, algunas con razón y otras sin ella, siendo estas últimas de las que más se le acusa. No obstante si algo ha demostrado Donald Trump en el devenir de su vida, es que es un hombre inteligente, aguerrido y osado.

Es una persona que violenta todos los paradigmas de la hipocresía social, la cual dicta que para ser socialmente aceptado, es menester que la persona calle lo que piensa y diga lo que no es… Y más si este pensar pone en evidencia uno que otro cáncer social.

Trump no solo es un hombre que tiende puentes a sus enemigos, sino que entiende a la perfección que una cosa son los negocios y los desacuerdos personales por diferencia de criterios, y otra muy distinta el valor de las personas.

Tan es así que es de los pocos empresarios que ha logrado hacer alianzas con casi todos sus adversarios, ya que lo que valora de estos es su independencia de criterio y su valor para defenderlo, aun cuando este criterio este en contra de él.  

Muchos de los que ayer se enfrentaron con él en los tribunales o que emprendieron acciones financieras y jurídicas para quitarle el control de sus propiedades, son, junto con muchos otros que se enfrentan y enfrentaron a él como acérrimos competidores, parte esencial de su equipo de asesores en el mundo de los negocios.

Es conocido de todos el hecho de que muchos de ellos, siendo actualmente socios de Trump en algunos negocios, se opusieron públicamente a su campaña e invirtieron fuertes sumas de dinero en otros candidatos, lo que en ningún momento hizo que Trump se alejara o enemistará con ellos, al grado de que muchos de sus oponentes están considerados en lo que será su equipo de gobierno.

Donald Trump, a diferencia de muchos, se ha distinguido por decir lo que piensa, y lo ha dicho fuerte y claro. Por supuesto que no todo lo que piensa lo pueda llevar a cabo, pero si de algo podemos estar ciertos es de con él, a diferencia de sus antecesores, sabremos, casi siempre, lo que piensa y quiere hacer.

La razón por la cual intencionalmente hago uso de la palabra “casi”, es debido a que cómo Presidente se verá en la ineluctable obligación de callarse muchas cosas, ya que el pueblo de Estados Unidos, como el de cualquier otra nación, no solo no necesitan de la verdad, sino que además no desean saber nada de ella.

Regresemos al tema. Esta agreste forma que tiene Trump de decir las cosas, le ha acarreado un sin número de problemas con los medios y con las autoridades.

Se ha enfrentado, desde temprana a edad, con todo tipo de autoridades. Todas, en su gran mayoría, con mucho más fuerza que él. La suficiente como para acorralarlo y obligarlo a callar. Y sin embargo la realidad es que no ha habido una sola que lo logre... La pregunta es ¿por qué?

Una de las razones es que casi siempre ha tenido la razón. Tanto que no ha habido autoridad oficial con la suficiente autoridad moral para obligarlo a callar. Un ejemplo de ello es Obama.

Obama lo ha acusado de racista, segregacionista y muchas cosas más.
La campaña presidencial de Obama estuvo centrada en la reforma migratoria (cosa que nunca llevo a cabo) y en el apoyo a los migrantes (cosa en la que hizo todo lo contrario).

La realidad es que Obama, entre sonrisa y sonrisa y entre discurso y discurso, llevo a cabo el mayor despliegue en contra de los migrantes. Es el presidente que más migrantes ha sacado del país. Mucho más que cualquier otro con discurso en contra. 

¿Porque entonces no nos incordiamos con Obama y si con Donald Trump?
La razón es muy simple, Obama, con su carisma, su mágica sonrisa, su lágrima fácil y su discurso benevolente, sedujo a los medios y al electorado para que estos, en una nube de romanticismo político, centraran su atención en sus palabras y no en sus hechos. 

Lo paradójico es que hoy, una muy buena cantidad de personas, están más preocupadas por el decir de Trump que por el accionar de Obama.

Otro de los grandes logros de Trump es el hecho de que la gran manzana tiene el rostro que él le quiso dar. Trump cambio el rostro arquitectónico de Manhattan en el peor momento de su historia.

Inicio la transformación de Manhattan cuando nadie apostaba por ello. Todo el mundo le decía, incluido su padre, que invertir en la transformación de Manhattan equivalía a comprar un boleto directo al Titanic.

Su padre y sus asesores le decían que dicha decisión no solo ponía en riesgo el capital de la familia, sino que además era un acto suicida. Ya que lo que él quería hacer era iniciar, con fuertes inversiones de riesgo, la transformación de una ciudad que tenía el índice delictivo más alto de la nación y el indice de inversión mas bajo del país.

Empresarios de todos los ramos, así como políticos, sociólogos y demás expertos del ramo le auguraban el más rotundo fracaso. Entre ellos su padre.

Donald sopeso el riesgo, vio que la oportunidad era mayor que lo que ponía en juego, y que lo único que esta necesitaba era a un hombre como él. Un hombre dispuesto a arriesgar todo por una visión.

Ignoró a su padre y a todos sus detractores, incluido el poderoso Alcalde de la ciudad. Tomo lo que tenía, lo cual era muy limitado para el tamaño del proyecto, y se aboco a buscar las oportunidades que la ley le ofrecía en el combes de lo fiscal e inmobiliario para el desarrollo de su proyecto, cosa que no había hecho ningún otro en esa magnitud.

Genero trabajo. Era un buen patrón. Los obreros lo protegían y agradecían que les diera trabajo, al tiempo que cambiaba el rostro de su barrio y de la ciudad.

Hoy la ciudad tiene el rostro que él le quiso dar, amén de que son muchos los empresarios e inversionistas que han seguido su tarea, no obstante el visionario, el que tuvo la capacidad de ver lo que nadie veía y de hacer lo que nadie hacía, fue él.

Por supuesto que esto le hizo ganar mucho dinero y obtener grandes ventajas fiscales, pero también es cierto que gracias a él la gran manzana cambio su rostro, amen de que genero una economía que nadie había logrado generar. 

Cien hombres brutos no hacen un inteligente.
Los yerros y aciertos de un hombre son del tamaño de su inteligencia. Un hombre de inteligencia limitada, produce aciertos y errores limitados. Pero cien aciertos de este hombre no suplen el acierto de uno inteligente.

Cierto que cuando el inteligente se equivoca, se equivoca en grande, pero también es cierto que tendrá más herramientas para enmendar y resarcir su error. Cosa que el otro jamás podrá hacer.

Donald Trump no nos ha dejado ver la totalidad de su proyecto de nación. Lo que sabe de ello obedece a lo que enuncio en su campaña.

Nos hizo saber que desea que Estados Unidos vuelva a tener el lugar que tenía antes en el concierto de las naciones.
Que va a estimular al inversionista estadounidense para que vuelva a invertir en su país.
Que va a disminuir impuestos a la riqueza vía la creación de fuentes de empleo.
Que va a controlar la entrada de inmigrantes a su país.

No sabemos si va a poder hacer todo esto. Lo que sí sabemos es que mucho de lo que se ha propuesto lo ha logrado.

Brindemosle el derecho de la duda para ver qué es lo que logra en sus primeros años de gobierno, al tiempo que le pedimos a nuestros políticos la entereza, claridad y coraje de este hombre.

Tal vez no nos guste lo que nos digan, pero si de algo podemos estar ciertos es de que estos, a diferencia de sus antecesores, nos van a decir mucho de lo piensan y mucho de lo que quieren. Lo que nos permitirá crear las reservas y estrategias que necesitamos para hacerles frente o para capitalizar las oportunidades.

No estoy defendiendo a Trump. Lo que estoy diciendo es que siempre será preferible negociar con alguien con sus características, que con alguien que dice una cosa y hace otra.

Nos leemos en el siguiente articulo con un tema de antropología empresarial. 

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