jueves, 23 de junio de 2022

La nueva dinámica poblacional.

El siglo XXI enfrenta tres retos que darán forma a naciones e individuos. Algunos de orden global y otros de carácter individual. La forma en que naciones e individuos resuelvan estos retos es lo que determinara su rol en el nuevo orden mundial.

El primer reto es de orden global: la demografía.
El índice de fecundidad de reemplazo es 2.1 hijos por mujer, índice que esta muy por arriba del que tiene Corea del Sur (0.81); Hong Kong (0.87); España (1.19); Italia (1.24); Japón (1.34); Alemania (1.53); Reino Unido (1.56); Estados Unidos (1.64); China (1.70) y Francia (1.83). En Francia y Alemania se fabrican el doble de ataúdes que de cunas. En Japón el mercado de pañales de adultos rebasa por mucho al de pañales de niños y China y Corea del Sur van por el mismo camino. 

El problema no es menor. En algunos de esos países la mayoría de la población está próxima al retiro o en el retiro, generando un menor nivel de consumo, de emprendimiento y una mayor proclividad a votar por lideres autoritarios (populistas) de derecha o de izquierda que les aseguren su pensión y bienestar. Cosa que estos lideres no podrán hacer sin aumentar el impuesto sobre la renta de los jóvenes que incursionan al mercado laboral o sin llevar a sus países a situaciones de déficits e insolvencia. 

Algunos de estos países crearan leyes que favorezcan la migración (países occidentales), lo que cambiara el rostro de su país. Otros intentarán ocupar tierras ricas en población y materias primas (países asiáticos). Otros instalaran sus empresas en países próximos a ellos al tiempo que otros emprenden un acelerado camino a la robotización.

El segundo problema es la Desglobalización.
La pandemia y el conflicto de Ucrania hicieron evidentes las fisuras de la globalización. La desglobalización es obligada tanto por cuestiones políticas (nacionalismos y populismos en países de fecundidad negativa), como por cuestiones geopolíticas (conflictos bélicos por materias primas y población) y comerciales (garantizar la cadena de suministro). 

Las naciones industrializadas buscarán instalar su cadena de suministro en países próximos al suyo, lo que abre enormes oportunidades para estos, pero estos deberán garantizar el acceso a energías limpias y certidumbre legal. El siglo XX fue el siglo del petróleo, el XXI será el de la electricidad. Las empresas se van a instalar en aquellos países que les garanticen un abasto de electricidad libre de hidrocarburos. Los países que no logren capitalizar esta coyuntura sufrirán un retroceso de años en el progreso mundial. 

El tercer problema es el de la educación.
En un mundo en el que la carencia de mano de obra se recrudece, la robotización se convertirá en la norma. Los países que centren sus planes de estudio en las nuevas tecnologías serán los que más puedan influir en el concierto de las naciones. Por el contrario, los países que centran su educación en el pasado, serán los que ofrezcan mano de obra operaria, de baja instrucción y de bajo valor.  

China.
Me han cuestionado mucho el tema de China. Este país enfrenta problemas que limitan en mucho sus posibilidades como líder mundial. Su tasa de fecundidad es negativa. Año a año tendrán más muertes que nacimientos. En cuatro décadas habrán reducido su población a la mitad, lo que debilitara su posición geopolítica con India (su eterno enemigo) y su papel en la economía mundial. Este año encerró a 350 millones de habitantes por problema del Ómicron, lo que hará que su economía no crezca más allá del 2%. Otra variable es el tema de su deuda interna la que equivale a tres veces su Producto Interno Bruto. A esto hay que sumarle el hecho de que tienen tres mil millones de metros cuadrados de propiedades vacantes que no tienen mercado ni colocación. Todo esto hace que no se vea un futuro prometedor para China.

Cierto que Estados Unidos tiene problemas parecidos en lo referente a la demografía y una muestra de ello es que el mercado laboral femenino ha bajado sensiblemente, debido a que limitaron la entrada de migrantes, lo que hizo que la carencia de nanas obligara a las mujeres a quedarse en casa. No obstante, Estados Unidos está abierto a legislar y regular la entrada de migrantes para subsanar sus necesidades demográficas y de mano de obra, amén de que su sistema educativo esta cien por cien orientado a la generación y producción de nuevas tecnologías de automatización y robotización.

En síntesis, las naciones y personas que estén constantemente actualizándose en el uso y generación de sistemas de automatización, serán las que se conviertan en generadoras de riqueza. Los que no lo hagan serán usuarios y pagaran el precio de usuario.

Nos leemos en el siguiente artículo. 

jueves, 2 de junio de 2022

La inevitable guerra.

En algunas conferencias sobre entorno mundial hemos analizado el comportamiento, trascendencia e impacto de los cuartiles.

 En este momento estamos ante el telón del primer cuartil, el de la “Crisis de las instituciones” (2001 – 2025). La historia nos ha demostrado que los años previos al término del primer cuartil se caracterizan por una suma de actos previsibles para unos e inesperados para otros. Actos agresivos e intempestivos que acaecen al final del primer cuartil y que preparan la violenta entrada al siguiente cuartil: el de la “Crisis de la Crisis” (2026 -2050).

 El primer cuartil se distingue de los demás debido a que es en el que se derrumban las instituciones que imperaron en los cuartiles precedentes. Es un cuartil en el que las cosas se empiezan a degradar hasta que llega el momento en que nada funciona bien. Los primeros veinte años del primer cuartil se muestran álgidos en lo comercial, económico y político. Deviniendo los últimos cinco en problemas de orden geopolítico, lo que ineluctablemente hará que se reestructuren las fronteras y naciones. En algunos casos por presiones internas (escisiones) y en otras por presiones externas (obligados por las potencias hegemónicas). 

En esta ocasión la “Crisis de la Crisis” (año 26 – 50) va a estallar en Eurasia. Vamos a vivir el fin del poderío franco germano y el nacimiento de un nuevo eje de poder en Europa del este, siendo Polonia y Turquía los que se disputen el liderato de la zona, sin que ninguno de ellos lo logre en totalidad (Estados Unidos no la va a permitir).

Lo que se permite, se repite.
Francia, Alemania, Polonia y Rusia libraron guerras que no resolvieron los problemas geopolíticos (definición de fronteras). Lo que inevitablemente hará que se vuelvan a enfrentar.

Rusia (porción oriental de Europa) ha chocado innumerables veces con Europa occidental: las guerras napoleónicas, las dos guerras mundiales, la guerra fría y la de los países bálticos. Rusia tiene a su favor recursos naturales y tierra, pero no gente (soldados). Lo que ineluctablemente la debilita a ojos de sus contendientes, quienes tienen mucho interés en los recursos naturales que esta posee. Y la mejor forma de apropiarse de ellos será dividiendo a Rusia.

La gente se azora ante la resistencia del pueblo de Ucrania, sin embargo, la realidad es que Rusia no está luchando contra Ucrania. Está luchando contra Estados Unidos y Europa en la tierra de Ucrania. 

Para comprender el accionar de Rusia es menester estar conscientes de que sus debilidades están en sus fronteras. Cuanto más al oeste extienda sus fronteras, mayor será la distancia que tendrán que recorrer sus invasores para llegar a Moscú.

En tiempos de la URSS, la OTAN estaba a mil quinientos kilómetros de San Petersburgo. Hoy está a menos de ciento cincuenta. Vladimir Putin (que tiene tierras, pero no soldados), está obligado a extender sus fronteras para protegerse ante cualquier invasión. No es lo mismo reaccionar con mil quinientos kilómetros de anticipación que reaccionar con ciento cincuenta. El tema es que Estados Unidos y Europa comentaron que no van a reconocer las nuevas fronteras, lo que en si mismo anuncia una guerra larga y desgastante.  

Una guerra que terminara dividiendo a Rusia y debilitando a Europa occidental, al tiempo que se fortalecen los nuevos contendientes de Europa del este. Cierto que en una guerra todo es incierto y que todo puede cambiar de un momento a otro, por lo que es muy difícil predecir lo que va a ocurrir, pero lo que si es seguro es que enfrentaremos dos décadas de cambios e incertidumbres.

En estas dos décadas China jugara un papel determinante y lo jugara en China. No demerito la importancia del país en el comercio mundial y en la política, pero estas dos décadas van a ser muy difíciles para la estabilidad y continuidad del país. Las fracciones internas son muy fuertes, tanto en el poder político como en la nación en sí y a esto habrá que sumarle la presión que Japón ejercerá sobre China para hacerse de una parte de ella. Esto no va a ser inmediato, pero es muy probable que se de en el devenir del siguiente cuartil (2026 – 2050).  

Serán dos décadas en las que la lucha por los recursos naturales y los mercados van a redefinir las fronteras en Eurasia, así como las estructuras comerciales y financieras en todo el mundo.

Cierro el artículo con las palabras de un cofrade:

Son tantos cambios y tantos sucesos en todas partes, que las personas se preocupan más por lo que sucede a miles de kilómetros que por lo que sucede en la mesa de su cocina o en las habitaciones de su casa. Pienso, me decía mi cofrade, que lo mejor que podemos hacer es empezar por resolver lo propio, para que el futuro nos encuentre preparados y no preocupados.

Nos leemos en el siguiente artículo.