lunes, 25 de mayo de 2015

La importancia de los Con-quienes.

Hacer empresa no es cosa fácil. No solo nos preparan para ser empresarios, sino que ademas tenemos una idea equivocada del quehacer empresarial. Cierto que el oficio empresarial esta en constante reestructura, sin embargo hay variables que son constantes en él.

En esta ocasión mencionaremos solo tres de ellas, centrándonos de manera particular en una de ellas, la de los Con-quienes.

Tres son las tareas de empresario: definir el Qué, el Cómo y los Con-quienes de su negocio.

La más importante de todas es el Qué. Si este esta equivocado, el resto también.
Definir qué es lo que se quiere, puede y debe es responsabilidad del empresario. Las filias y fobias están al orden del día, no obstante al empresario le es de suma importancia hacer a un lado ambas y decidir desde la realidad el Qué de su negocio.

El Qué es la definición del negocio, y esta, aunque de suma importancia, la explicaremos en otro artículo.

El Qué define el Cómo. 
Ya una vez definido el Qué del negocio, nos vemos en la necesidad de definir el Cómo del negocio. 

El Cómo instrumental no es otra cosa más que la estrategia, y esta, para ser efectiva, debe estar subordinada al Qué. El Cómo siempre obedece al Qué.

Cada Qué tiene un Cómo. 
No hay un cómo universal. Es por ello que en el ámbito empresarial se dice, y con mucho tino, que el secreto del quehacer de negocios es que no hay secreto. Cada caso es único y se debe resolver como tal. 

El Qué y y el Cómo son las dos variables en lo que más aciertan los empresarios, no obstante donde más se equivocan es en la definición de los Con-quienes.

Así pues, el Qué, define el Cómo, y en función del Cómo se reclutan, contratan y forman a los Con-quienes que se requiere para hacer lo que se requiere.

Cada puesto, responsabilidad y función demanda una caracterología antropológica especifica. 

Si el candidato no posee las características antropológicas que demanda el puesto, no podrá, por mucho que se afane, hacer lo que se necesita para que el Cómo de la empresa nos lleve al Qué de la misma.

Una cosa es operar negocios, otra dirigir negocios y otra crear negocios.
Lo que normalmente hacen los empresarios y la gente especializada en el área, es buscar gente que tenga experiencia y la instrucción técnico académica requerida para el puesto.

El resultado es que terminan contratando un Operador de negocios. Alguien con el conocimiento y la experiencia necesaria para hacer lo que cualquier otro puede hacer.

Lo que en realidad se debe hacer es definir las características antropológicas que demandan cada uno de los puestos del negocio.

Podemos contratar a un candidato que tenga la carrera, maestría y doctorado necesarios para el puesto, amen de cinco o más años en puestos similares, pero si este no posee las características antropológicas que demanda el puesto, poco es lo que va a lograr.

Por ejemplo, si el cuartil en el que esta la empresa y las funciones a realizar demandan que el ocupante del puesto sea una persona con un 60% de capacidad de riesgo; 40% de estabilidad; 20% de creación; 70% de fuerza y determinación; 35% de método y estructura; 70% de liderazgo racional; 80% capacidad de seguimiento; 70% capacidad de control; 65% sentido de realidad y 85% de sentido de negocio, de muy poco nos va a servir que tenga la instrucción y la experiencia, si no posee las características antropológicas para hacer lo que tiene que hacer en la forma en que lo tiene que hacer. 

Podrá estar perfectamente definido el Qué, y los mejores consultores del mundo le podrán demostrar y validar que efectivamente el Qué su negocio es inmejorable...

Podrá diseñar el mejor Cómo del mercado. Un Cómo que lo posicione por arriba de sus competidores...

Pero si no tiene definidas las características antropológicas de los Con-quienes que requiere para hacer lo que requiere, entonces esta condenado a operar, dirigir y crear al mismo tiempo, ya que sus Con-quienes no pueden hacer lo que deben hacer, en la forma en que lo deben hacer, no porque no quieran, sino porque no pueden. ya que nadie puede ser lo que no es.

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