miércoles, 27 de mayo de 2015

Entrevista antropológica. Primera parte.

Forma de Hacer versus Forma de Ser.
Tan importante es la forma de hacer, como la forma de ser. No obstante a la hora de asociarnos o de contratar a alguien, le damos más valor a la forma de hacer que a la forma de ser, siendo que esta última es la que marca la diferencia entre una persona y otra.

La entrevista funcional nos deja ver cuán vasta o limitada es la forma de hacer del candidato en relación a lo que se necesita en el puesto en función, mientras que la entrevista antropológica nos acerca a lo que el candidato es, sus signos, símbolos, valores, creencias, potencias y limitaciones.

Saber mucho de algo no me convierte en ese algo.
Una persona puede tener carrera, maestría y doctorado y no ser lo que necesitamos.

Lo que necesitamos poco tiene que ver con el hacer, y si mucho con el ser. La forma de hacer se aprende, la de ser se es.

No hay forma de convertir en líder al que no es líder. Podemos brindarle todo un programa de liderazgo al candidato. Mandarlo a las mejores escuelas de Alta Dirección de México y del mundo, sin embargo lo cierto es que si éste no posee las características antropológicas para ejercer el liderazgo, no podrá, por mucho que se afane, hacer lo que debe de hacer en la forma en que lo debe de hacer. Lo que la persona obtendrá de dichos programas o especializaciones, es un barniz teórico del liderazgo, impartido, la gran mayoría de las veces, por gente que nunca ha ejercido el liderazgo.

Lo mismo acontece en todos los ámbitos de quehacer humano. No podemos convertir en administrador al que no es administrador. Tendrá las bases teóricas para operar lo que debe de hacer, pero no habrá entre él y otro candidato una diferencia notable. La diferencia notable la crea ese que de natura es administrador.  

No puedes dirigir lo que no conoces.
No podemos pretender ser líder de los demás si no lo somos de nosotros mismos.
Nuestra responsabilidad es tener perfectamente claro en donde esta nuestra natura y en donde la de nuestra gente.

A nosotros nos compete completarnos y complementarnos. Y esto solo podremos hacer si tenemos claras las características antropológicas de nosotros, las que se requieren para los puestos en función, y las de las personas que estamos considerando para ocupar los mismos.

No olvidemos que ellos son los que nos completan y complementan.

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