La tribulación y la tranquilidad son propias de la edad, la inocencia y, en la gran mayoría de los casos, de la ignorancia. Las personas que ya tuvieron la oportunidad de constatar las consecuencias de las decisiones erráticas de sus gobiernos y de ellos mismos, se atribulan ante ciertos aconteceres de una forma que resulta inexplicable para quien no han vivido lo que ellos visualizan que podrá acaecer.
Cierto que el grado de tribulación de estás personas está subordinado a su carácter, conocimiento y herramientas. Una persona puede ser atribulada por natura y, sin embargo, haber desarrollado el conocimiento y las herramientas que le permitan salir adelante ante lo que el devenir le anuncia. Otros, aun con herramientas, se centrarán solo en lo malo, mientras que los más, es decir, esos que por edad y experiencia no han vivido nada similar, verán el futuro con ojos de oportunidad y hasta con optimismo.
Sirva esto para explicar lo que esta aconteciendo en México. El partido en el poder logro tener mayoría calificada en la cámara de diputados y se quedo a dos votos de lograrla en la de senadores. Dos votos que se pueden comprar coercitiva o económicamente, lo que le permitirá modificar la constitución y formas de gobierno sin obstáculo real de la oposición y de la sociedad.
Lo que esto anuncia es la posibilidad de que lleguemos a tener un gobierno que podrá tener control de las elecciones, de las leyes y de los juzgadores. De tal suerte que no solo podrá perpetuarse en el poder, sino que además el ciudadano, el empresario y el inversionista no podrán contar con un marco legal de certidumbre que los proteja ante cualquier atropello de sus gobernantes.
Justo es reconocer que llegamos a esta situación por las urnas, es decir, el voto popular le brindo al partido en el poder un nivel de fuerza y de legitimidad que le permitirá hacer lo que desee, más allá de lo que el inocente votante pudiera llegar a fantasear o especular.
Pero si la voluntad del pueblo es que se deje de tener en cuenta la voluntad del pueblo, qué líder va a poder actuar en contra de su voluntad o abrirles los ojos para que vean que una cosa es el resultado de sus decisiones y otra las consecuencias. El resultado, que se festejó a bombo y platillo, es que ganaron las elecciones. Las consecuencias, apenas las van a conocer. El problema es que cuando las conozcan y padezcan ya no habrá nada que hacer.
Se requerirá del paso de una a tres generaciones para cambiar el orden que la inocencia y la ignorancia estableció. Lo paradójico es que precisamente los que los llevaron al poder serán los que hartos de las consecuencias prendan la mecha para que la generación que sigue busque regresar a lo que ya tenían: estabilidad y certeza jurídica.
En el matrimonio hombre y mujer están en el mismo equipo,
pero no juegan con las mismas reglas. Lo mismo acaece entre ciudadanos y
gobierno, juegan en el mismo equipo, pero no con las mismas reglas. El problema
es que con esta mayoría que el voto inocente e ignorante le dio a partido en el
poder, lo que va a descubrir es que él y su partido están en la misma cancha,
pero no en el mismo equipo y con unas reglas que solo benefician al partido, pero
no al ciudadano.
Lo que habrá de venir esta por escribirse, pero de algo podemos estar seguros,
a Estados Unidos esto no le afecta. Le beneficia. No porque ellos busquen
propiamente que el pais pase por un agudo estado de inestabilidad, sino porque
está en su ADN sacar provecho de la inestabilidad de sus socios. Entre más
inestabilidad tengan sus socios (Unión Europea, Ucrania y Medio oriente), mejor
les va a ellos. Esto lo comento no como crítica, nadie critica al gato por maullar,
está en su naturaleza. Lo comento porque hay quienes con una perversa ingenuidad
creen que Estados Unidos va a poner orden en México.
El orden que va a poner es el que le convenga a su país, no al nuestro. Lo cual
no es criticable. Ellos ven por su pais tanto como nosotros debiéramos ver por el
nuestro. En síntesis, lo que está acaeciendo en México lo tenemos que arreglar nosotros
y seguramente lo vamos a hacer, pero para ello va a ser menester que los que
los llevaron al poder vivan las consecuencias de su decisión y esto es algo que
probablemente requiera de mucho tiempo.
Ya nos dirá el devenir que es lo que viene, pero confieso que nada deseo más
que estar equivocado en mis apreciaciones.
Nos leemos en el siguiente artículo.
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