martes, 3 de septiembre de 2024

México: posibles y lamentables escenarios.

Nosotros descendemos de cobardes. Los valientes y los osados llegaron al cementerio antes que los cobardes, por lo que tuvieron más tiempo para reproducirse. A los valientes los vemos en los libros de historia, pero lo más probable es que hayan tenido menos oportunidades de reproducción. Así es que gracias a nuestros temerosos ancestros es que hoy tenemos en nuestra genética una mayor capacidad para identificar la adversidad que la oportunidad, lo malo que lo bueno.

Sirva esto para explicar el objetivo de este artículo, el cual no tiene otro fin más que poner en la palestra los posibles y lamentables escenarios que se ven para México. Escenarios que padecimos hace décadas y que hoy regresan con más fuerza que nunca.

Las reformas que están por aprobarse ponen en riesgo la seguridad jurídica de individuos, empresas e inversionistas, pero también ponen en riesgo la propiedad privada y el desarrollo económico de las nuevas generaciones, las cuales van a enfrentar un mercado laboral, profesional y económico seriamente disminuido.

Lo paradójico es que en este momento el 80% de nuestra facturación como pais es a nuestro vecino pais del norte. Y si bien es cierto que este no va a retirar sus bienes de capital de un día para otro, también lo es que no invertirá hasta que tenga la certeza jurídica de sus inversiones.

El país registró, en el segundo trimestre del año, una salida de 8 mil 233 millones de dólares de inversión extranjera de cartera (instrumentos de deuda y acciones en México), lo cual afecto poco, pero si perdemos la calificación de inversión por las reformas que el gobierno desea aprobar y que violan la equidad en cuanto a competencia y a la certeza jurídica de las inversiones y de la propiedad, corremos el riesgo de que los poco más de 105 mil millones de dólares que hay en este momento en inversión de cartera, salgan del país.

Ante esta eventualidad, se está analizando la posibilidad de modificar constitucionalmente la operatividad del Banco Central, lo que le permitiría al Gobierno hacer uso de las reservas para pagar los instrumentos de deuda y acciones que salgan del pais y para poder mantener los estímulos sociales que lo consoliden en el poder (pensiones, becas y demás prestaciones sociales). Cierto que las reservas no están en México, sin embargo, eso no impediría disponer de ellas.

De ocurrir esto, la moneda sufriría una fuerte devaluación (oscilando entre los 25 y 30 pesos por dólar), amén de una inflación que mermaría seriamente el nivel de vida de los mexicanos. Es importante anotar que en el sexenio que está por terminar tuvimos un decrecimiento neto del PIB del 0.5% (tenemos menos dinero del que teníamos en el 2018), sin embargo, este decrecimiento nos parecería la gloria comparado con lo que viene.

El gobierno entrante no tiene dinero en las arcas, pero si muchas obligaciones de carácter social (becas, pensiones y dadivas) y muchos compromisos pecuniarios (fuerzas armadas y marina) que no puede omitir, por las consecuencias que ello implica. El dinero lo van a sacar de dos fuentes: una nueva y mayor cantidad de impuestos y, si esto no les alcanza, de las reservas del Banco Central.

Veo factible lo primero, difícil lo segundo, pero si el gobierno entrante no llega a un acuerdo con el de sus socios comerciales para trabajar de la mano en temas que competen al TMEC, la posibilidad de que recurran a la segunda alternativa es muy alta y con ella una serio retroceso político, económico y social en el pais.

Hay quienes dicen que el fenómeno de la “relocalización” que necesita y está haciendo Estados Unidos, es lo que haría que el acuerdo comercial se sostenga, no obstante, y sin demeritar lo anterior, la realidad es que le veo poca probabilidad, ya que México es un pais que no pierde la oportunidad de perder una oportunidad, tan es así que hoy producimos un 26% menos de electricidad, agua y gas que la que producíamos en 2018 (fuente: INEGI).

Las plantas que se relocalizaran en el pais demandarían un nivel de electricidad, agua, gas y vivienda que no podemos garantizar, tanto que muchas de ellas se están instalando en Vietnam y Texas, pero no en México.

De nuevo, nada me daría más gusto que estar equivocado y espero que los próximos meses así lo demuestren.


Nos leemos en el siguiente artículo.

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