sábado, 19 de agosto de 2023

El secreto está en el origen.

El problema en los actos humanos es que el origen de lo que queremos es más una suposición que una certeza. Suponemos que queremos tal o cual cosa. Determinada cantidad de dinero, casa, carro, trabajo o negocio. Vivir solo, en pareja o con especifica persona, pero en estás, como en todas las cosas del querer humano, siempre hay más espacio para la suposición que para la certeza.

Esta suposición o falta de claridad en el querer nos hace tomar decisiones sin en el debido análisis de lo que intrínsecamente somos y necesitamos, así como del objeto o sujeto de decisión, lo que al paso del tiempo nos llevará a descubrir que las cosas no son como las habíamos conceptualizado, aun cuando las señales estaban ahí.
 

Las razones por las que no vemos las señales, es debido a que al principio de todo querer hay un enamoramiento que nos ayuda a minimizar defectos y atribuir virtudes a todo aquello en lo que hemos centrado nuestro querer. No importa si es una persona, una situación o un objeto. Nosotros siempre las vamos a ver mejor de lo que son.

Es importante anotar que, en el querer, el análisis más importante no es el del exterior (persona, circunstancia u objeto), es el del interior (lo que somos y necesitamos). Y la mejor forma de acceder a esto último es a través del análisis nuestros actos. En estos y no en las historias que nos contamos, está el lugar en el que vamos a encontrar la realidad de lo que siempre hemos buscado.

Así, pues, mi recomendación es que no le haga caso a las historias que se cuenta a usted mismo. Estas son, amén de engañosas, peligrosas, ya que le pueden hacer sentir y pensar que eso que imagina sobre tal persona, circunstancia u objeto lo va a hacer feliz. Nada más lejos de la realidad.  

Su cerebro le va a decir que va a ser feliz cuando viva con tal o cual persona, cuando compre la casa, el departamento o la finca de sus sueños. Cuando vaya de vacaciones o a conocer tal lugar, ciudad o país. Cuando tenga tranquilidad económica y muchas cosas más, pero lo único que no le va a decir su cerebro es que usted nunca dejara de ser usted y que las decisiones que tome basado en las historias que su cerebro le cuenta, generan un cambio en su exterior y una incomodidad e insatisfacción en su interior.  

El que el que viaja muda de clima, no de carácter.
Hay a quienes creen que aman a una persona, cuando lo que en realidad aman es lo que esta les da y no a la persona en sí. Vivir con alguien no es lo mismo que vivir a alguien. Vivir a una persona demanda compromiso, entrega, reciprocidad y sacrifico. Mientras que para disfrutar a alguien solo hay que estar ahí. Es un querer unilateral. Un estar para recibir, no para dar.  

Definir con toda claridad el intrínseco querer, demanda honestidad, reflexión y tiempo. No es algo que se pueda hacer de un día para otro. Hay muchas cosas que se pueden evaluar y decidir en el momento, pero se espera que sean las intrascendentales. Las trascendentales demandan tiempo, objetividad y honestidad.

Puede ser que usted sienta una fuerte atracción por una persona y que esa atracción le lleve a construir historias fantásticas en su mente, pero antes de tomar una decisión pregúntese que es lo que sus actos le indican: que lo que ha buscado y busca es una intermitencia o una permanencia. Si lo que necesita es formar un hogar, adelante, pero si no es así, no se haga daño ni dañe a los demás.

Es el origen el que define el destino.
Cuando usted tensa el arco para disparar una flecha, debe tomar en cuenta que el lugar donde esta va a caer se define justo en el momento en que esta sale del arco. Puede ser que en el trayecto un objeto o una ráfaga de viento cambie su destino, pero esto depende más del azar que de la elección. Es el origen (lo que usted es) lo que define el destino. Y esto aplica en todos los ámbitos de la vida.

Identificar la razón que motiva un querer que no necesita, le permitirá darle una mejor dirección a su vida y a la de los demás, no por que vaya a influir en ellos sino porque no los va a dañar.

Nos leemos en el siguiente artículo.

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