lunes, 27 de marzo de 2023

La igualdad y la riqueza.

¿La igualdad existe? Sí, pero solo en el combes de la dignidad, no de la capacidad.

La capacidad nos separa y distingue de los demás, de esos demás que poseen capacidades diferentes a las nuestras y de esos otros que han hecho de su capacidad, un oficio. Cierto que no todos los oficios reditúan lo mismo. Hay algunos que, por su escases y especialización, son más rentables que otros, sin embargo, unos y otros poseen el mismo nivel de dignidad. No veo, por ejemplo, al mejor financiero del mundo tratando de operar un corazón, ni al mejor cirujano cardio vascular abriendo una cerradura con ganzúas. Cada oficio tiene un experto y a él debemos acudir.

La felicidad, claro está, no depende de la rentabilidad, sino de la entereza que tenga el ser humano para reconocer (de izquierda a derecha y derecha a izquierda) y aceptar en donde están sus capa-habilidades y vivir de ellas, es decir, de aprender a querer lo que se tiene.

Entiendo que el mercado haga todo lo posible por hacer que deseemos aquello que no necesitamos. Este se contraería a niveles inimaginables si no lograra crear en nosotros la obsesión por tener más. En ningún comercial o tienda te van a decir que en la vida son más los deseos que las necesidades y que lo más probable es que en tu hogar y guarda ropa tengas cosas que no usas o usas muy poco. Todo lo contrario, su trabajo es venderte todo aquello que, desde la óptica de ellos, necesitas para ser feliz.

Este vacío existencial que crea el mercado es el caldo de cultivo que permite que los autócratas (populistas que sienten un enorme desprecio por sus gobernados) vendan la idea de que su misión es mejorar la distribución de la riqueza, cuando el problema real de la riqueza no es distribuirla, es crearla.

La riqueza no se distribuye, se crea.
La riqueza, contra lo que usted se pueda imaginar, no la crea la clase alta. La crea la clase media. Esta es la que en su afán de lograr que sus hijos vivan mejor que ellos, se privan de muchos deseos para poder crear e invertir en las plataformas de despegue de las siguientes generaciones. Esto no quiere decir que las clases que están por debajo de la media no lo hagan. Todo lo contrario, lo hacen, pero salir de ese nivel les va a demandar tanto tiempo como el que les demando a los que hoy están en la clase media. El objetivo es no claudicar. Es decir, insistir y persistir aun cuando los frutos no los vayan a disfrutar ellos.

Revise usted los paises con mayor igualdad económica. Lo que va a encontrar es que aquellos paises que poseen una clase media amplia, son los que mejor igualdad económica poseen, amén de que son los que mayor nivel de emprendimiento tienen (la audacia está en la clase media, no en la alta, no en la baja).

Entre más grande es el estamento de la clase media, mayor es la igualdad en un país, sin embargo, estos paises son con los que más batallan los autócratas. Tan es así que cuando uno de estos llega al poder, lo primero que hace es minar, si es posible hasta el aniquilamiento, a la clase media.

Visualice un rectángulo vertical. Entre más ancho sea el centro, es decir, entre más tome la forma de rombo, más pequeño serán los otros estamentos. Entre más angosto sea el centro (forma de reloj de arena) más grande serán los otros dos estamentos. Los autócratas buscan que el rectángulo tome forma de reloj de arena, ya que esto le garantiza los votos del estamento inferior y la distancia del estamento superior.

La mejor forma de combatir este fenómeno, es invitar a la clase media a que se centre en lo que sabe hacer: educarse, trabajar, ahorrar y emprender, amén de salir a votar. Esto es lo que nos va a permitir transitar de la mejor forma posible estos siete u ocho años de incertidumbre que se vienen.

Al final le estaremos entregando el mando a una nueva generación de lideres que lo único que no querrán es cometer los errores de los actuales.

Nos leemos en el siguiente artículo.  

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