lunes, 13 de julio de 2020

Elecciones en Estados Unidos.


En artículos anteriores comentamos que los próximos cinco, ocho años van a ser extraordinariamente álgidos en lo económico, político y social. Y lo van a ser más allá de quien gane las elecciones en Estados Unidos. No obstante, la dinámica de esta transición será una si gana Trump, y otra si gana Biden.

No es nuestro objetivo inclinar la balanza hacia uno u otro candidato (amén de que no podemos hacerlo). La realidad es que ambos poseen claroscuros dignos de tomarse en cuenta. Aquí lo que vamos a presentar son los escenarios que van a tener que enfrentar los candidatos y los grupos de poder que los respaldan.

Democracia.
La democracia es un sistema político en el que una minoría selecta elige al candidato que presentará a una mayoría profana, con el fin de que esta pueda ejercer su voto. Candidato que, en caso de ganar, gobernara con la minoría que lo eligió, en nombre de la mayoría que lo votó.

En el caso de Estados Unidos, son dos partidos y tres bloques de poder los que determinan, junto con el electorado, el devenir económico y político del país.

Los Demócratas siempre se han mostrado amables en el discurso, inflexibles en la acción. Su política es expansionista, especulativa, militar. Las presidencias de Woodrow Wilson, Franklin D. Roosevelt, Harry S Truman (la letra S no es inicial, la letra “S” es su segundo nombre), John F. Kennedy, Bill Clinton y Barak Obama así lo demuestran. Han sido presidentes carismáticos… Suaves en el discurso, duros en la acción.

Para los Demócratas es más importante lo geopolítico que lo económico. No es que la economía no les interese, les preocupa y mucho, sin embargo, en los hechos, siempre le han dado más peso a lo político que a lo económico. Su desempeño en este rubro siempre ha estado por debajo de lo que han logrado los Republicanos, a excepción de Bill Clinton y George W Bush. El primero dejo el gobierno con un superávit de 20 mil millones de dólares; el segundo, lo quebró.

Los Republicanos, por el contrario, se muestran duros en el discurso, pragmáticos en la acción. Su política es interna. Para estos lo más importante es lo económico. Lo que buscan es fortalecer la economía interna y que esta sea la que sustente el liderazgo político del país. Sirva como ejemplo Alemania. El liderazgo económico que ha logrado en Europa, le ha permitido ostentar el liderazgo político de la Unión Europea… Hoy más que nuca cabe el dicho de que: Un político pobre, es un pobre político. Lo mismo aplica a las naciones.

Regresemos al tema…
Las guerras, pues, se han suscitado con los Demócratas en el poder. Si Barak Obama hubiese invertido en la economía real (transformación de materia prima en producto terminado) los seis billones de dólares que gastó en guerras, lo más probable es que Estados Unidos hubiese alcanzado cotas de desarrollo inimaginables. Cotas que el impopular e incorrecto Donald Trump, alcanzo en solo tres años.

Donald Trump no es Republicano. El Partido le dio juego creyendo que jamás lograría la nominación. Lo que paso después es del dominio público, gano la nominación y lo hizo ante el azoro del mundo, de los Republicanos y de los Demócratas. Llego a la Casa Blanca con fuertes resistencias de los Republicanos (conscientes de que tenían un Presidente con su propia agenda); y con el rechazo de los Demócratas, que estaban ciertos de que este se centraría en la economía real, descuidando la especulativa militar.

Estamentos de poder.
En Estados Unidos hay tres estamentos de poder que por décadas han pugnado por el poder:
I)                   El primer grupo es el conformado por la triada de:
Wall Street (fondos especulativos, aseguradoras y reaseguradoras);
La burocracia militar y la de Washington;
Hollywood (la máquina de divulgación del sistema) y la Prensa.
Este estamento es, por decirlo así: el estado software.

Este grupo le da un alto valor a la economía especulativa, la que se produce a través de la creación de productos financieros que no generan valor, pero si altas utilidades (especulación de acciones, contratos de futuros, opciones financieras, hipotecas, bonos, tipos de interés, divisas, y una suma de etcéteras más).

También están las intervenciones militares. Estas generan un alto flujo y rendimiento a un sector muy definido de la población, pero no son instrumentos que echen a andar la maquinaria económica del país.

Este grupo (especulativo financiero militar) genera diez veces más dinero del que genera la economía real. Veamos un ejemplo…

Con la llegada del COVID, las ventas y utilidades de las empresas cayeron a niveles no vistos en décadas, sin embargo, el índice Nasdaq (por mencionar un solo caso) subió de marzo a junio un 67%. Cierto que en este índice hay empresas que fundamentan su valor, pero son las menos. Las demás están creciendo en Bolsa, pero no en la empresa. En otras palabras, es un crecimiento que más temprano que tarde va a explotar (una burbuja).

II)                 El segundo grupo es el que está conformado por la economía real.
La que produce la economía de la transformación (empresas trasnacionales, producción, construcción, energía, petróleo, comercio, servicios). Este sería el estado hardware.

III)               El tercer estado es el de los intelectuales, innovación, ciencia, tecnología y telecomunicaciones.
Es el estado que crea la vanguardia y el liderazgo tecnológico en el mundo.
Es un estado mixto en donde lo importante es crear el hardware que permita la competencia del software.

Donald Trump llego apoyado por estos dos estados: el de la economía real y el del desarrollo tecnológico… Y a los dos los hizo crecer.

Los Demócratas han llegado al poder apoyados por el Estado Software y es menester reconocer que este estado ha crecido mucho con los inquilinos Demócratas de la Casa Blanca. Los mercados bursátiles han sido muy rentables, así como la industria militar.

En noviembre sabremos quien será el inquilino de la Casa Blanca, en el intertanto, presentaremos los retos que este tendrá que afrontar…

Retos del Entorno:
1)      La posibilidad de una depresión económica global (de tres a cinco años), sustentada en una fuerte disminución del comercio mundial (contracción del PIB en el 90% de las naciones);
2)      Una fuerte reducción del comercio mundial (el 70% de la economía global se basa en el consumo y este va a tener una muy lenta recuperación, amén de que va a ver una fuerte relocalización de empresas con el fin de asegurar las cadenas de suministro).
3)      Bancarrota de empresas y corporaciones emblemáticas, amén del fracaso de sectores de la economía antaño fuertes (hotelería, turismo, aviación, textil, etcétera);
4)      Altos índices de desempleo global, lo cual va a generar fuertes presiones sociales y políticas.
5)      Fuertes presiones económicas y sociales de las economías emergentes, las cuales van a sufrir una retracción económica de más de una década.
6)      La posibilidad de enfrentar una segunda ola de COVID más fuerte que la primera.
7)      Recrudecimiento de las enfermedades mentales a nivel mundial.
8)      Fuertes tensiones en el reacomodo geopolítico, con dos bloques en pugna: EUA e INDIA en un bloque, China y Rusia en el otro.
9)      Incertidumbre con la Unión Europea. Alemania exporta el 21% de todos los vehículos del mundo, sin embargo, se espera una contracción del sector automotriz del 20% para los próximos cinco años, lo que afectaría el liderazgo económico de Alemania en la Unión Europea.
10)  Crecimiento en los índices delictivos a nivel mundial, con una fuerte incursión en lo digital (el 15% del capital del mundo proviene del crimen organizado).

Los ciudadanos estadounidenses deberán evaluar más allá de filias y fobias cual candidato tiene el conocimiento, las herramientas y el equipo para enfrentar los retos que se avecinan…

En el intertanto a nosotros nos corresponde analizar, evaluar y decidir lo que nos toca hacer.

Nos leemos en el siguiente artículo.

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