lunes, 15 de junio de 2020

El nuevo orden.


El artículo previo a este: Las protestas en Estados Unidos; genero un aluvión de correos. La gran mayoría de ellos defendiendo el hecho de que las protestas obedecían exclusivamente al tema del racismo… Pienso, sin demeritar el hecho, de que menudo reto vamos a tener para explicarle a nuestros hijos que en Estados Unidos el racismo es contradictorio, ya que previo al actual presidente, una mayoría blanca seudo racista, eligió a un Presidente negro en un país donde la población afroamericana representa el 13% de la población…

Tampoco vamos a poder explicar cuál o cuales fueron las razones por las que Barack Obama, estando ocho años en la máxima esfera del poder de Estados Unidos y del mundo, no haya hecho nada, de hecho y de derecho, para eliminar el problema del racismo en su país.

El racismo es un problema cultural que tenemos la responsabilidad de subsanar, no obstante, en el caso de Estados Unidos, nos es menester ver más allá de lo obvio para poder decidir en función de lo que la cosa Es y no en función de lo que aparenta ser.

El líder debe dirigir hacia lo que se ve y a hacia lo que no se ve. Lo que se ve es el síntoma (la apariencia). Lo que no se ve es el problema (la sustancia). La solución está en el problema, no en la apariencia.

El problema del problema.
Es muy común que en la vida y en las empresas confundamos síntoma con problema. Un problema genera muchos síntomas, los cuales suelen ser llamativos, sonoros y dolorosos, tanto que de inmediato nos abocamos a ellos. Sin embargo, resolver el síntoma no equivale a resolver el problema. El problema persiste y con él la generación de nuevos síntomas, cada uno distinto a los anteriores, pero todos llamativos, sonoros y dolorosos.

Un síntoma no resuelto se convierte en problema, por lo que nos es menester atenderlo, conscientes de que lo que estamos resolviendo es un síntoma, no el problema. Así, pues, ante el surgimiento de un síntoma, la pregunta que nos debemos hacer es: ¿Cuál es el problema – problema? ¿Qué cosa es esa que, al resolverla, resolvemos casi todo?

Lo que aconteció en Estados Unidos es el síntoma de un problema que ni manifestantes ni autoridades quieren ver, mucho menos nombrar. De tal suerte que lo que van a resolver es un síntoma. Legislarán para que de hecho y de derecho se resuelva el tema del racismo, sin embargo, la realidad es que el problema – problema no se va a tocar… Permanecerá ahí, latente y silencioso como todo problema.

Los próximos años nos veremos en la necesidad de hacerle frente a una gran cantidad de síntomas, los cuales serán cada vez más alarmantes, sonoros y dolorosos… Cada uno de ellos nos acercará o nos alejará más del problema, no obstante, al resolver cada uno de esos síntomas, le estaremos colocando una bandita medicinal a la sociedad, los que nos hará creer que estamos avanzando… Lo cual es cierto, pero solo en apariencia.

Es importante entender que estamos viviendo un acontecimiento único en la historia de la humanidad. De la noche a la mañana el mundo se detuvo noventa días, llevándonos a vivir algo que solo pasaba en las novelas de ciencia ficción.

Quino le hace decir a Mafalda la frase: “Paren el mundo que me quiero bajar”, pues bien, el mundo escucho y paro. Nos bajamos todos y al bajarnos y perder nuestra febril actividad, ya no nos fue posible omitir los monstruos que teníamos encerrados en la caja, por lo que salieron a la palestra todas aquellas cosas que intencionalmente habíamos decidido ignorar en lo individual, en la pareja, en lo familiar, social, político y empresarial.

Una empresaria muy querida para mí me dijo:
- Sabes, siempre supe que me casé con un buen hombre, pero nada más. Solo que ahora que no cuento con la herramienta del auto engaño del diario quehacer, me es extraordinariamente patente el hecho.
-Al preguntarle qué porque después de tantos años había decidido seguir ahí, me contestó: que prefirió (y prefiere) lo que hay a lo que Es… Terminando lo dicho con la siguiente locución: Si así es para todos, es porque es así.

Cuantos de nosotros hemos preferido en todos los ámbitos de la vida lo que hay en lugar de lo que Es…, escudándonos en la frase: Si así es para todos, es porque es así.

Este conformarse con lo que hay en lugar de luchar por lo que Es, se debe a que no sabemos negociar con nosotros mismos. Nos enseñaron a negociar con nuestros padres, hermanos, amigos, pareja, socios y demás, pero nunca con nosotros mismos. De tal suerte que preferimos conformarnos con lo que hay, que ya lo tenemos (que está a la mano), a luchar por lo que Es, que no lo tenemos y que no sabemos si lo vamos a tener.

Una joven ejecutiva que labora en una de las empresas en las que participio, me decía, al hablar de estos temas, que lo que ella está haciendo es no soltar el hay, por lo menos no hasta que esté segura de haber logrado el Es. Estará usted de acuerdo de que sus posibilidades de éxito son nulas. Para lograr el Es, es menester soltar el hay.

El parón que nos dio el mundo para que nos bajáramos de él, puso en evidencia mucho de esas cosas que no queríamos reconocer y mucho menos nominar. Algunas de ellas estallarán en estos tiempos de aislamiento, escudándose bajo tal o cual pretexto (síntoma), pero recuerde, en el sótano de ese pretexto está escondido el problema -problema, es decir, ese que no queremos ver y mucho menos nombrar… Las cosas, cuando las nombras, ya no tienen retorno.

Así como esto, están surgiendo en todo el mundo síntomas que anuncian la creación de un nuevo orden, el cual no tiene que ser distinto al anterior (ninguno lo es), pero si un orden que sufrirá reestructuraciones profundas, algunas inmediatas, otras de corto plazo (cinco años) y otras de mediano (diez años) y largo plazo (veinte años).

El nuevo orden.
El ser humano no gusta de la realidad. No está hecho para ella. Lo que nos distingue como especie es la fantasía, el chisme y el rumor. Así que, cuando por accidente nos topamos con ese otro al que se le da bien la realidad…, de inmediato le sacamos la vuelta, no vaya a ser y se nos contagie algo.

No obstante, en nuestra calidad de Vértice, debemos decidir desde la realidad, dirigir desde el poder y vender y operar desde la fantasía. Así, pues, acerquémonos a la realidad y veamos los monstruos que están pugnando por salir de la caja…

Donald Trump amenaza retirar el 33% de las tropas de Estados Unidos en Alemania (9,500 efectivos), lo que en Europa será visto como un golpe a la OTAN, sin embargo, la realidad es que lo que Donald Trump haría es mover un tercio de las topas que tiene en Alemania a Polonia, a la India o a algunos de los países bálticos, donde Donald Trump es mejor visto que en Alemania, sin contar con el hecho de que con ello reforzaría los límites fronterizos con Rusia y con China.

Esto obligaría a Alemania y a los demás países de la Unión Europea, a tener que aumentar considerablemente su gasto militar, en un momento en donde la prioridad es rescatar la economía, no gastar en defensa. Por supuesto que Angela Merkel; Emmanuel Macron y otros explotaran electoralmente este hecho, poniendo a Donald Trump como el malo de la película, lo que sin duda dificultara aun más sus posibilidades de reelección.

Todo esto son síntomas…. Ahora centrémonos en el problema. Imagínese por un momento en que usted es el Presidente de Estados Unidos y que se enfrenta al hecho de que la seguridad militar de la Unión Europea corre a su cargo. La Unión Europea, desde finales de la Segunda Guerra Mundial, gasta entre el 1% y el 1.5% de su PIB en defensa, ya que la defensa militar de la misma corre a cargo del erario americano.

Ahora bien, le preguntó: si usted paga los gastos de defensa de la Unión Europea, ¿no espera usted que, a cambio de ello, estos lo apoyen en sus negociaciones contra Rusia y China? ¿Qué haría usted si además de que estos le condicionen el apoyo, se la pasan coqueteando y haciendo alianzas con Rusia y China, mermando su poder de negociación?

Donald Trump piensa que, si estos son buenos para hacer negocios con China y Rusia, y no con Estados Unidos, también lo deberán ser para asumir la responsabilidad de su defensa.

El problema no es de fácil solución, ya que, si esto llegará a suceder, minaría aún más el poder de Estados Unidos en países como Alemania, Francia, Italia y España, amén de que la OTAN debilitaría al tiempo que Rusia y China se fortalecerían. Aunado a lo anterior, habría que estar atentos a las reacciones de estos dos países ante la proximidad de las tropas americanas en sus fronteras, ya que eso es lo más próximo a una declaración de guerra (lo cual es otro de los monstruos que lucha por salir de la caja).

Lo que en realidad buscan las manifestaciones y protestas en Estados Unido, es minar la posibilidad de reelección de Donald Trump. Por supuesto que no sabemos quién financio tales protestas, lo que si podemos educir es que muchos países y personas estarían encantadas si Joe Biden llega al poder. La continuidad estaría asegurada amén de que ellos podrían seguir viendo por sus países al tiempo que le exigen a Estados Unidos que siga siendo el Policía Moral del mundo…, asumiendo, claro está, el costo económico de dicha responsabilidad.    

Las protestas se están extendiendo por todo el mundo y, me lo crea usted o no, estas poco tienen que ver con el tema del racismo. Repito, este es un problema que debemos solucionar, sin embargo, lo que esta atrás de las protestas es algo que está más allá del racismo. Lo que mueve a los manifestantes es el miedo al futuro; lo que mueve a los que están atrás de ellos, es la instauración de un nuevo orden que mine el poder de Estados Unidos en el mundo.

El otro monstruo es China.
Mucha gente piensa que China va a ser el nuevo líder del mundo. No dudo que lo llegue a hacer, pero es importante considerar que ni China ni Rusia tienen alianzas políticas como las de Estados Unidos. Lo que tienen son Estados clientes y algunos de ellos muy onerosos (Iran, Venezuela, Nicaragua, Cuba, Siria, Kazajistán, Kirguistán...). China, consciente de esto y de lo que implicaría ser el líder financiero del mundo, ha centrado su objetivo en el liderazgo económico.

Ni duda cabe que, si Estados Unidos no hace lo suyo, China se convertirá en el líder económico del mundo, con la India pisándole los talones. Esto no quiere decir que China no esté tratando de minar el liderazgo financiero de Estados Unidos, tan lo está que ya saco al mercado una moneda digital respaldada por su Banco Central, sin embargo, su objetivo es el liderazgo económico, no el financiero.  

El líder económico genera su riqueza transformando materia prima en producto terminado. El líder financiero genera su riqueza convirtiendo la utilidad operativa de la transformación en utilidad financiera, multiplicando varias veces esa utilidad a través de instrumentos financieros, y Estados Unidos es un maestro en esto.

La razón por la que China no desea asumir el liderazgo financiero del mundo es porque esto la obligaría a cambiar su régimen de gobierno, cosa que no va a hacer, ya que considera que la democracia es un sistema caduco Ni China ni Rusia consideran viable un sistema que hace igual a los desiguales, en donde, el voto del que no sabe y no puede, pesa tanto como el voto del que sabe y puede.

Así, pues, el objetivo de China es lograr el liderazgo económico, para lo cual le va a ser menester debilitar interna y políticamente a Estados Unidos, al tiempo que frena a la India (militarizando su frontera) y toma el control de Hong Kong y Taiwan.

Una Europa y una OTAN debilitadas, menguaría más el ya de si por si debilitado poder moral de Estados Unidos, el cual se ha visto seriamente disminuido en los últimos doce años, los ocho primeros con un presidente para el que era más importante conciliar que posicionar a su país, y los últimos cuatro con un presidente que no da margen de negociación.

El otro monstruo que esta pugnando por salir es el de los nacionalismos. Antes de que la globalización tomara carta de naturalización en el mundo, el nacionalismo era la norma. Los países veían hacia dentro. De tal suerte que el objetivo era vender lo más que se pueda al exterior, comprando fuera, solo lo que no se podía hacer adentro,

El objetivo era fortalecer la economía interna. Los sistemas de gobierno, aunque democráticos, operaban con una dictadura simulada, por eso cuando la sociedad se veía en la necesidad de reclamar inequidades o injusticias, lo hacía a través de una revolución, la cual siempre iba dirigida hacia un rostro: el del gobernante de turno.

La globalización abrió las fronteras de los países obligando a las empresas y a los individuos a reinventarse y reestructurarse para poder competir. La competitividad subió en todo el mundo, sin embargo, la parte gris de la globalización es que limito la capacidad de reclamo de la sociedad. El enemigo ya no tenía rostro…, era un sistema, por ende, la revolución ya no era viable, pero si el terrorismo.

No obstante, el nacionalismo recupero un cierto grado de espacio en todos los países del orbe. Y en estos noventa días, se agudizo. Por supuesto que no volveremos al nacionalismo de antaño, debido a que la globalización no lo va a permitir, pero si es un hecho que esta se va a tener que reestructurar.

Lo importante aquí es tomar en cuenta que más allá de la forma en que la globalización se reestructure, vamos a vivir pequeñas revoluciones en todos los países, algunas derrocando al gobernante de turno, otras buscando alianzas externas.

Los racionalistas, buscando gobiernos a los que medirán por resultados. Los idealistas, instaurando gobiernos a los que medirán por sus intenciones. Los racionalistas exigirán resultados a corto plazo; mientras que los idealistas medirán las intenciones a largo plazo, dando cabida a gobiernos que estarán en el poder entre veinte y treinta años, es decir, hasta que llegue una generación que no entienda de intenciones, pero sí de resultados… ¿Le suena familiar?

Así, pues, los próximos cinco, diez años van a ser tumultuosos en lo individual, familiar, social, político, económico y geopolítico, al grado que es muy posible que veamos escaramuzas militares que, si no se atienden adecuadamente, puedan devenir en un conflicto mayor, aun cuando sea algo que ninguno de los contendientes desea… Ya que lo que están buscando es estirar la liga para ver hasta donde pueden ejercer un espacio de poder en el Nuevo Orden.  

Por lo pronto, lo que suceda en las elecciones de Estados Unidos nos va a decir mucho de por dónde va el mundo…

Nos leemos en el siguiente artículo.

Jaime Ramos.

2 comentarios:

  1. Cómo siempre comentarios dignos de analizar. La parte que mas llamo mi atención por obvias razones es la de los votos; entre votar "parejo" o darle el privilegio y responsabilidad solo a los que saben. Me hace pensar dónde estaría México si se siguiera ese principio? Claro, asumiendo (malamente) que se seleccionaria sabiamente esa "elite".

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