viernes, 30 de octubre de 2015

¿Trabajar o ganar dinero?

Uno de los problemas con los que más topo en el ejercicio empresarial, es el hecho de que la gente no tiene clara la diferencia que existe entre trabajar y ganar dinero.

Una cosa es trabajar y otra ganar dinero. Se da por sentado que el que trabaja gana dinero, no obstante la realidad es que el que trabaja subsiste, pero rara vez gana dinero. Unos subsisten con un poco más, otros con un poco menos, pero casi todos viven al día y en algunos casos con la posibilidad de crear un fondo de renta inmobiliaria o financiera que les permite vivir la vejez con ajustes, pero sin problemas.

No obstante la realidad es que ninguno gana más allá del nivel de vida que posee. Una persona de la clase alta logra, en el mejor de los casos, crear un fondo de retiro que le permita seguir en la clase alta, no obstante se va a ver en la necesidad de ajustar sus gastos, ya que sus ingresos no tendrán la misma dinámica de crecimiento que tenían cuando estaba activo.

Lo mismo pasa en los demás niveles sociales. El fondo de retiro que logran crear después de muchos años de trabajo, corresponde al nivel de vida que tienen. En ningún caso los lleva a un nivel mejor.

Así, la pregunta obligada es: ¿Por qué después de muchos años de trabajo, la gente no vive mejor cuando se retira que cuando está en activo?

A la gente se le enseña a trabajar, no a ganar dinero.
Uno de las razones por las cuales la gente no vive mejor cuando se retira, es debido a que tenemos una cultura de trabajo que esta sobre valorada. A la gente se le enseña a trabajar, no a ganar dinero. Desde infantes les dicen que se deben ganar el sustento con el sudor de su frente, cuando se lo pueden ganar con el sudor del de enfrente.

Una de las preguntas que le debiéramos a hacer a los infantes, adolescentes y adultos es: ¿qué quieres, trabajar o ganar dinero?

Para trabajar es menester tener un oficio, una carrera técnica o profesional y conseguir un empleo. Ya una vez que se tiene el empleo, se debe respetar la dinámica del puesto, de la compañía y, en el mejor de los casos, generar un valor agregado distinto al de los demás. No obstante la realidad es que el sistema termina por absorber al individuo convirtiéndolo en un burócrata más. Y en la burocracia, pública o privada, es más importante la eficacia aparente que la real, haciendo de esto un segunda naturaleza.

Con esto lo que queremos decir es que la persona, al paso del tiempo, termina confundiendo lo que hace con lo que logra. Hace muchas cosas, pero la realidad es que logra muy pocas. Los cambios en su nivel de vida son mínimos y, en la gran mayoría de los casos, topados por un escalafón.


Las encuestas que hacen las empresas sobre clima laboral o las que hacen los países sobre felicidad, muestra que la gente es feliz con lo que hace. Está por demás explicar que las encuestas obedecen a la cultura. Cultura es la forma en que hacemos las cosas. Y la forma en que hacemos las cosas está centrada en el trabajo, no en la ganancia. Razón por la cual las encuestas se centran en el hacer, no en el ganar.

Socialmente hablando está muy mal visto que una persona se centre en el dinero. Lo correcto es que se centre en el trabajo. Que sea trabajadora y entre más trabajadora mejor.

Este cuidar las formas le brinda al ocupante del puesto, una estabilidad y seguridad irreal. Estabilidad y seguridad que moran en la mente de la persona pero que no tienen cabida en la vida real, ya que las condiciones y circunstancias de la empresa cambian en cuestión de días o semanas.

La realidad es que la salud financiera de una empresa, así como su subsistencia, está subordinada a los productos complementarios y sustitutos que inciden en la dinámica del producto o servicio que esta ofrece. A las condiciones macro y micro económicas del mercado en el que compite. Al quehacer comercial de los competidores y a todos los demás etcéteras que inciden en el mercado.

El empleo que la persona ocupa, es un engrane más de muchos engranes internos y externos que conforman e inciden en la salud de la empresa. Los engranes internos los conforman todos los puestos de trabajo que existen en la empresa, mientras que los externos son todos los que están en el extrarradio de la misma: el entorno económico, el mercado y los competidores.

De estos dos, ¿usted cuál cree que es el que más incide en los resultados de la empresa: los engranes internos o los externos?

La verdad es lo que es, aunque la gente lo piense al revés.
Una persona puede estar haciendo todo lo que debe y hacerlo bien, pero si alguno de los engranes externos generan una falla mayor, el funcionamiento de la maquinaria empresarial se puede ver afectada al grado de que el empleo de la persona se pierda en automático, aun cuando esta haya hecho todo lo que debía hacer.

La estabilidad y seguridad que la persona persigue es una fantasía que esta sostenida de hilos que no dependen de ella y que por ende no puede controlar.

Todos tenemos que trabajar. Unos ganando dinero y otros subsistiendo. Lo que debiéramos hacer es detenernos a pensar que es lo que queremos: trabajar para subsistir o trabajar para ganar. Capitalismo viene de capitalis (mando), caput (cabeza).

La cabeza es la que manda, pero a esta hay que enseñarle a pensar. El cerebro no está hecho para pensar, está hecho para adaptarse y sobrevivir, pero no para pensar. Es menester enseñarle a pensar, de lo contrario va a pensar puras estupideces.

El cerebro usa la información que tiene almacenada para conformar ideas acordes a su base de datos. Lo hace de tal forma que estas le pueden parecer lógicas, aun cuando no tengan sustento en la realidad. Sirva como ejemplo una pregunta que constantemente se hace un cerebro al que se le ha enseñado a pensar: ¿dónde es más rentable el único recurso que tengo, mis ocho o diez horas de decisiones y aplicaciones?

Esta pregunta no se la hace un cerebro al que no le se ha enseñado a pensar. Al contrario, este lo que haría es crear un pensamiento que lleve a la persona a buscar un trabajo que le ayude a cumplir con los gastos y obligaciones que tiene, pero no un trabajo que le genere un mayor nivel de rentabilidad en su jornada laboral.

El que hace dinero también trabaja, pero trabaja en aquello que le permite maximizar la rentabilidad del único recurso que tiene: el tiempo.

Una persona puede trabajar ocho horas limpiando zapatos, vendiendo zapatos o fabricando zapatos. El producto es el mismo: zapatos. Lo que cambia es el trabajo y la rentabilidad.

Cuando el individuo se centra en el trabajo y no en el dinero, terminará siendo uno más de los muchos que integran el sistema. Un sistema lleno de falacias fértiles que lo alejaran de la realidad.

El sistema que hemos creado, ennoblece el trabajo, la vocación, la entrega y demás menesteres del ideal romántico de las cosas, pero no a la vida real.

Frecuentemente vivo invitando a gente a hacer negocios que les generan un alto nivel de rentabilidad, sobre todo si se compara con la que generan con un mes de trabajo operacional. Uno de cada cien, toma la oportunidad. Los otros noventa y nueva la rechazan debido a que esta no encuentra cupo en su dimensión de credibilidad y en su dimensión de posibilidad.

Su historia biográfica, la de sus padres, amigos y conocidos, dice que tienen que trabajar muy duro para ganar unos centavos, de tal suerte que cuando les ofreces la oportunidad de trabajar inteligentemente, más que operacionalmente, terminan rechazando la oferta debido a que esta se sale de todos sus esquemas.

La palabra trabajo viene de tripaliere (tres palos). Era un yugo de tres palos en los que se amarraba a los esclavos para azotarlos. Originalmente era una palabra que se usaba para cualquier cosa que generará dolor en el cuerpo, y lo cierto es que lo sigue generando.

Un buen amigo, que toda su vida se dedicó a hacer dinero, dice que si el trabajo fuera bueno, ya lo hubiesen acaparado los ricos (cosa que no ha sucedido).

La realidad es que el trabajo es muy bueno, siempre y cuando se oriente a ganar dinero y no a trabajar por trabajar.


Nos vemos la siguiente semana con un artículo en el que hablaremos de la pasión y el negocio.

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