Antropológico
es todo aquello que es válido para el ser humano sin importar época, idioma, religión
o color. Todo lo que no pase este filtro, obedece a un uso social, a una época,
creencia o raza, pero no al hombre universal.
El
hombre, como miembro de la especie Homo Sapiens, se define por un conjunto de características comunes
a todos los seres humanos sin importar la época, geografía, raza e historia.
Como contraparte tenemos al hombre individual, ese que muestra un
comportamiento especifico en función del entorno que habita.
Así pues,
tenemos dos tipos de hombres, el universal (Homo Sapiens) y el regional, ese
que sin dejar de ser miembro de la especie humana, se ve influido por el entorno
que habita. El que nos interesa en este momento es el hombre como miembro de la
especie. Ese que sin importar época, idioma, religión o color, se rige por tres
valores antropológicos y por cuatro ejes comunes a todos los miembros de la
especie.
Valores
antropológicos.
Tres son
los valores que rigen el accionar humano:
1. La
Reproducción de la especie;
2. La
Conservación de la especie;
3. La Mejora
de la especie.
Todos los
juicios de Lesa Humanidad tienen que ver con estos tres valores. Los etcéteras que cada región crea con el
nombre de valores, son usos sociales que cambian en función de la época, la geografía,
la raza e historia de un pueblo, pero no son valores que apliquen a todos los
seres humanos.
Basta
leer el periódico o ver las noticias para darnos cuenta de todas las
aberraciones que se cometen en otras latitudes con la venia de la comunidad, ya
que son cosas que obedecen a su credo, cultura e historia, pero no a la
humanidad en sí.
Así pues, cada cultura tiene un conjunto de
usos sociales a los que llama valores, y que no son otra cosa más que los usos y
costumbres que rigen el accionar de esa comunidad, obligando a los miembros de
dicha comunidad a adoptar otros usos en función del entorno que visitan, no
obstante la Reproducción, Conservación y Mejora de la especie aplica a todos los seres humanos sin importar
geografía, raza e historia. Es por ello que los crímenes de Lesa Humanidad se juzgan
y penan de manera universal.
Ejes
antropológicos.
Así como
en los valores, hay cuatro ejes o pilares que tenemos en común con todos los
seres humanos y que tienen como fin hacernos la vida más llevadera. Estos ejes
o pilares son universales, no en cuanto a descripción, pero si en cuanto a función.
Los ejes o
pilares antropológicos son:
1. El
Símbolo;
2. El Mito;
3. La
Retórica;
4. El
Ritual.
Cada uno
de ellos tiene una función y una razón de ser. Lo que varía es el contenido, ya
que este está subordinado a la cultura, no obstante la función de los ejes es
la misma para todos los seres humanos.
El
símbolo.
Todos los
seres humanos tienen una ingente necesidad de ser y pertenecer a algo. Entre
mayor es la falta de definición personal, mayor será la necesidad de ser y
pertenecer a algo. En ninguna etapa de la vida es más notorio esto que en la infancia.
El apego a nuestros padres es mayúsculo.
Conforme
vamos creciendo vamos mutando los apegos y pertenencias. En la adolescencia, nuestros
amigos y compañeros de escuela definen la siempre turbia identidad del
adolescente. Luego, como adultecentes (21 – 35 años), la pareja, profesión, empresa
e institución en la que trabajamos definen nuestra identidad y pertenencia, y
así sucesivamente hasta que, en el mejor de los casos, creamos una identidad
ajena a todas estas circunstancias.
No
obstante la realidad es que la gran mayoría de los seres humanos transitan por la
vida sin definir una identidad personal. Lo común es que la persona defina su
identidad en función de sus orígenes. En donde el conjunto de creencias con el que
creció, y la adecuación que va haciendo de estas en el devenir del tiempo, son
las que terminan definiendo su identidad y, en función de esta, su futuro.
Este
identificarnos con algo es lo que hace que adoptemos símbolos ajenos a
nosotros, en lugar de trabajar para erigirnos en símbolo.
El
símbolo, ya sea una cruz, una estrella de David, una bandera, el logotipo de un
equipo de fútbol, de una compañía o de todos esos etcéteras que hemos creado
los seres humanos, sirven para que el que lo porta se identifique como miembro
de esa tribu.
El
símbolo es la imagen o icono que los miembros de una grey han hecho propio, ya
sea porque así se los vendieron, porque crecieron con él o porque lo adoptaron
voluntariamente en el devenir del tiempo.
A mayor
identidad, menor necesidad de símbolos, por el contrario, a menor identidad,
mayor necesidad de símbolos.
Una
persona con bajo nivel de identidad, tendrá una alta necesidad de usar y portar
símbolos. Una persona con un alto nivel de identidad personal, será en sí misma
un símbolo.
Los
símbolos tienen una sola razón de ser, hacerle sentir a quien lo porta y usa
que es parte de algo. Que existe para esos otros, que como él, portan el mismo símbolo.
Un líder
o institución que no se aboque a crear los símbolos que la Masa necesita, perderá
la masa crítica que necesita para existir.
El mito.
Ya una
vez que se crea el símbolo, es menester crear una historia que lo cobije. Esta
historia es el mito. El mito es una falsa narrativa de la realidad, que tiene
como objetivo brindarle al Hombre Masa algo en que creer.
En el artículo
de Anómalos, Periféricos y Masa, explicamos el comportamiento del Hombre Masa. Decíamos
que lo que distingue al Anómalo es que éste crea mundo, el Periférico lo
dirige, y el Masa consume y opera.
Los tres
perfiles requieren del mito, pero el Masa más que ningún otro.
El mito
es el primo idiota de la historia. Se basa en cuentos que pasan de boca a boca
y que rara vez tienen un sustento real. Y cuando lo tiene, lo ignora. El mito deforma
la realidad para hacerla más asequible a la mente del hombre.
La Masa
necesita algo en que creer y la función del mito es crear ese algo. Un algo
irracional, ilógico, pero con una fuerte carga emocional. Puede estar basado en
algo real, no obstante lo ideal es que se magnifique lo que paso. Que se tergiverse,
se idealice y se presente con una carga emocional que haga que la Masa se identifique
con la narración.
Esto solo
se podrá lograr cuando la narrativa que contiene el mito, sea común a la
narrativa de los demás. Un mito que hable de sufrimiento, esfuerzo, bondad, amor
y todos esos etcéteras que nos legó el Romanticismo del siglo XIX, es lo que hará
que el otro se identifique con él.
A la Masa
no gusta hablar de sus logros, carecen de ellos. Lo que les gusta es hablar de
los logros de los demás. De cómo salió adelante tal persona, de cómo sufrió tal
equipo, de cómo una empresa estuvo al borde de la quiebra hasta que por fin
triunfo.
La Masa
se cobija con las penas y logros de aquello con lo que se identifican. Un
Hombre Masa no habla de lo mucho o poco que ha hecho, sino de lo mucho que ha
logrado su dios, su jefe, amigo, socio o conocido.
Esta es
la razón por la cual las instituciones públicas y privadas, así como las
personas, actores, cantantes, líderes y deportistas, reescriben su historia
para hacer que esta sea mítica a los ojos de los demás. Esos demás que los van
a seguir sin pensar nada, sin ser nada.
La
retórica.
Es
importante entender que ya una vez creado el símbolo y el mito, es menester
regir el cerebro de la grey, para tal efecto es necesario darles de que hablar.
El cerebro se forma hablando y entre más les demos de que hablar, más estaremos
incidiendo en el cerebro de los otros.
Esta es
la razón por la cual las instituciones públicas y privadas, como los líderes
políticos, empresariales, religiosos y demás actores sociales, están
constantemente creando campañas, actos, lemas y puestas en escena que hagan que
la Masa hable con indignación o emoción de lo que ellos quieren y necesitan.
La Masa
hará propio lo ajeno. Siempre hablará de aquello que no le concierna ni afecte.
La Masa evita a toda costa hacer contacto con la realidad, razón por la cual
los líderes les crean una realidad alterna, al tiempo que les reestructuran el
cerebro para que estos actúen conforme a los intereses de otros, y la mejor
forma de lograrlo es a través de la retórica, de ahí la importancia de los
medios y de las campañas de publicidad y propaganda.
El
ritual.
El ritual
es lo que nos permite hilvanar el símbolo, con el mito y la retórica.
El ritual
hace que la Masa se sienta tranquila. La constante repetición de actos le hace
sentir al ser humano que todo está bien. Que nada cambia. El ritual es el
eterno retorno a lo conocido, a lo estable, a lo seguro. Es un estar en casa.
El ritual
es lo que lleva a una persona a hacer lo mismo que las demás… Es lo que les hacer
la ola en un estadio, a darse de golpes en el pecho cuando se acusan a si mismo
de pecadores. A entrar y salir de trabajar todos a la misma hora, a hacer las
mismas cosas, ir a los mismos lugares…y sentir, al hacer lo mismo que los
demás, que están en armonía y sintonía con el mundo y consigo mismos.
Las
instituciones públicas y privadas, así como los líderes y actores políticos,
religiosos, económicos y sociales, les crean a los demás un manual de
procedimientos (léase ritual) que hace que todos tengan certidumbre en el
hacer.
El ritual
o manual de procedimientos sirve para la Masa se sienta tranquila. El ritual
les quita angustias. Les hace sentir que ya saben lo que tienen que hacer, a
qué hora lo que tienen que hacer, para quien lo tienen que hacer y porque lo
tienen que hacer, aun cuando lo que hacen no les sirva más que como terapia
ocupacional, pues lo importante no es lo que se hacen, sino lo que se logran.
Estos
pilares o ejes de la humanidad: símbolo, mito, retórica y ritual, son la
materia prima de todo líder.
La sabia
y atinente conjugación de estos elementos son los que le permitirán incidir en
el comportamiento de las masas y de los individuos en particular.
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