martes, 25 de febrero de 2025

La importancia del Hábitat.

En ningún lugar es más palpable el perene conflicto entre deseos y necesidades que en la vivienda. Conflicto que se zanja en el momento en que compramos o rentamos. Son nuestras posibilidades económicas y circunstancias familiares y no nuestras fantasías y querencias las que determinan lo que podemos hacer.

La arquitectura es el símbolo del poder.
La arquitectura siempre ha sido un símbolo de poder. Es la tarjeta de presentación que usamos ante propios y extraños como manifestación de dominio. La casa con el jardín frontal más grande o la de mayor tamaño o mejor fachada, va a destacar como símbolo de poder sobre todas las demás. Y lo hará sin importar el estrato socioeconómico. Ya sea que usted viva en un estrato alto, medio o bajo, siempre habrá una residencia que destaque sobre las demás.

La arquitectura es el símbolo de poder que usamos de cara al aparador, lo cual, en estricto sentido, dice poco de nosotros, ya que es el interior (hábitat) y no el exterior el que nos imagina y semeja.

Vivienda vertical.
Antaño a la vivienda vertical le llamábamos “Multifamiliar”, la cual era propia de personas con escasas posibilidades de hacerse de una vivienda horizontal. Lo que cambio es la arquitectura y con ella, el nombre. Ahora le llamamos “vivienda vertical”. Y es vista como un símbolo de poder. Lo que la ha posicionado como opción de vida en determinados estratos sociales.

Es un fenómeno que no solo obedece a la moda o a la rentabilidad de los inversores, sino a la geografía de muchas ciudades. En especial en aquellas donde la sobre concentración es la norma. Sin embargo, en esta ocasión nos vamos a centrar en la moda y en la funcionalidad. La primera por la efervescencia que manifiestan algunas personas por vivir en aquello que antaño se conocía como “multifamiliar”, y, la segunda, por su practicidad.


Adultos mayores y personas solas.
Para las familias monoparentales, adultos jóvenes o personas mayores que viven solas, este tipo de vivienda es una solución plausible. No solo dejan de lidiar con el constante mantenimiento que demanda una casa, sino que además ese tipo de edificios les proporcionan casi todo lo que necesitan en un entorno seguro y funcional.

La vivienda vertical, más allá de sus ventajas y funcionalidades, es propia de un segmento de mercado que posee un flujo de ingresos o una capacidad económica que le permite ese nivel de vida (símbolo de poder), ya que no solo es menester comprar o rentar el departamento, sino que además hay que pagar la cuota de mantenimiento que equivale a una renta mensual que en ocasiones compite o excede los precios del mercado de renta inmobiliaria. Se paga ese sobre precio por la seguridad, amenidades, comodidad (no escaleras) y para no batallar con el personal de servicio y con los problemas de mantenimiento que demanda la vivienda horizontal.

La comunidad se debilita frente a la sociedad.
La vivienda horizontal es la idónea cuando se tienen hijos pequeños o adolescentes, debido a que las necesidades académicas y sociales de estos nos hacen formar una comunidad mayor que la que tendríamos si viviéramos solos. Situación que muta en cuanto los hijos empiezan a construir espacios sociales más allá de la casa de sus padres y que se radicaliza cuando estos se independizan y se mudan a sus propios espacios habitacionales. La comunidad que el entorno familiar demandaba se reduce sensiblemente y con ella, las necesidades de espacio.

Otro tema por considerar son las preferencias personales en cuanto a privacidad y comunidad. En los edificios de vivienda vertical de usos múltiples se gana en comunidad lo que se pierde en privacidad. La vida, hasta cierto punto, se hace pública. Por lo menos en esa comunidad, ya que, si bien es cierto que puedes girar instrucciones para restringir el acceso a tu departamento, también lo es el que no quedas ajeno al ojo de los vecinos y a los que mantienen, guardan y custodian el edificio.

Lo que se ha de decidir en función de las preferencias personales es: si se opta por una vivienda horizontal lidiando con el mantenimiento que esta demanda en aras de conservar un mayor grado de privacidad, o si se sacrifica esta por la comodidad y el acceso una comunidad que conforme se avanza en edad se necesita más (la especie necesita ver especie).

También está el hecho de que las motivaciones cambian con la edad y que entre más se avanza en esta, más comodidad se busca. He visto grandes capitanes de la industria y de las finanzas abandonar sus fastuosas residencias para irse a vivir a lujosos edificios de usos múltiples, en donde salen de un piso para llegar a otro en el que están sus oficinas y salas de juntas, o a esos otros niveles en los que se encuentran los bares, cafés, restaurantes y demás servicios que el lugar ofrece. Huelga decir que una buena parte de ellos conservan en nómina a choferes y custodios, sin embargo, tratan de que la gran mayoría de sus citas con colaboradores, clientes, socios y amigos sea en el lugar donde habitan.

Para estas personas la decisión no estriba en las amenidades recreativas, sino en las funcionales (oficinas, bancos, restaurantes y demás etcéteras que el desarrollo vertical ofrezca). No pasa así con las familias monoparentales o con los adultos jóvenes. Estos, amén de valorar lo funcional, valoran lo recreativo. Sobre todo, si el edificio alberga una comunidad acorde a su cultura y segmento etario, ya que eso facilita la convivencia de la comunidad.

El hábitat te habita.
El hábitat incide en nuestra forma de ver y vivir la vida. Cierto que el hábitat lo construimos conforme a lo que somos, ya que no solo es menester que nos acoja, sino que podamos mantener un dialogo con él, en donde cada objeto es una proyección de lo que somos y de lo queremos llegar a ser.

Allende el interior, es menester comprender que el otro hábitat que nos forma y conforma es la comunidad. Y si bien es cierto que podemos dosificar nuestro grado de participación, también lo es que nadie está ajeno a ella. Lo que hace que sea esencial elegir con quien hacemos comunidad (todo se da por contagio), amén de que cuando el viaje del tiempo nos aleje del rostro de esos que nos acompañaron en diferentes etapas de la vida, será la comunidad inmediata la que testifique nuestro ultimo existir. Y ningún lugar mejor para ello que la comunidad de una vivienda vertical afín o próxima a nuestro oficio y cultura.

La parte gris de vivir en un desarrollo vertical es el hecho de que al paso del tiempo habrá desarrollado un cierto grado de uniformidad mental, propia al ecosistema que se ha creado en ella. De ahí la trascendencia de la afinidad y proximidad cultural.

No es tan complicado como parece el tema de la proximidad. Este se da por un proceso de selección natural. Tan es así que lo normal es encontrar que las familias monoparentales, adultos jóvenes o las parejas sin hijos, ocupen edificios con un entorno social y recreativo próximo a sus necesidades familiares y recreativas, al tiempo que los adultos mayores en retiro ocupen otros y los capitanes de la industria en cualquiera de sus giros, otros.

La vivienda vertical es un fenómeno que apenas empieza y que lenta y progresivamente ira cambiando el paisaje urbano. Pronto empezara a ver escuelas, farmacias, servicios médicos, supermercados y demás proveedores de servicios en la inmediatez o proximidad de los desarrollos verticales de adultos jóvenes, adultos en retiro y capitanes de la industria y de las finanzas.

A usted le corresponde decidir lo que sigue para usted…

Nos leemos en el siguiente artículo.

 

miércoles, 19 de febrero de 2025

Hambre de mitos.

Son cuatro los pilares antropológicos que rigen el accionar humano: Símbolos; Mitos; Retórica y Ritual. Pilares válidos para todos los seres humanos sin importar época, idioma, religión o color.

Símbolos.
Los símbolos nos dan identidad y sentido de pertenencia. Estos, por ejemplo, nos hacen creer que el ponernos la camiseta de un equipo deportivo, somos parte de él. Cuando la realidad es que nuestro papel se circunscribe a dos actos:

I.- Deshacernos voluntaria y gozosamente de nuestro dinero para entregárselo a los dueños del equipo;
II.- Canalizar nuestro sentido de irrealización, asumiendo el rol de espectador (persona que prefiere ver lo que no puede hacer).

Lo mismo acaece en todos los ámbitos de la vida. Compra identidad el que carece de ella. El que posee identidad compra función, no marca (la marca es él).

Esto no quiere decir que el o los símbolos tengan una connotación negativa. Al contrario, su función es utilitaria, ya que nos hacen la vida más simple. El símbolo no solo habla por sí mismo, sino que nos exime de tener que investigar lo que la cosa es.

La pregunta que nos tenemos que hacer en cuanto a los símbolos es: ¿Nos hemos erigido en símbolo o nos es menester comprar los símbolos (identidades) que nos permitan proyectar una identidad que no poseemos?

Mitos.
Los mitos nos dan en qué creer. Lo cual es de suma relevancia, ya que el destino de un ser humano está subordinado a un conjunto de creencias que ha seguido consciente o inconscientemente y que le han gobernado la vida. Cambia sus creencias, cambia su vida.

Si usted cree, por ejemplo, que el secreto del éxito está en el grado de estudios y no en su personalidad, optará por darle más importancia a los grados académicos que a la creación y formación de una personalidad que lo lleve al éxito.

Lo único que nadie nos da, nadie nos quita y desaparece con nosotros al morir es la personalidad (la llave del éxito) y es, paradójicamente, a lo que menos importancia le damos.

Si en lugar de dejar que nuestro diario quehacer nos la deforme de manera no consciente, nos abocáramos a mejorar y cuidar la calidad de lo que vemos, escuchamos, leemos y pensamos, cambiaríamos, para muy bien, la expresión y proyección de nuestra personalidad. Y con ello el grupo de personas con las que nos podemos asociar afectiva, social y empresarialmente (todo se da por contagio). 

Observe a su alrededor, descubrirá muchos especialistas con doctorado o postdoctorado que están plenamente conscientes de la superioridad de su saber y frustrados de la inferioridad de su poder. Un grado académico sin una personalidad que lo soporte, es papel. Una personalidad fuerte con un grado académico fuerte, hacen maravillas.

Retórica.
La retórica no es otra cosa más que los temas de los que hablamos. Los líderes cuidan mucho de proporcionarle a la masa las noticias, declaraciones y discursos que norman su cotidiana conversación. Es la herramienta más valiosa que poseen los lideres para poblar la mente de su grey, amén de que a través de esta logran desviar la mirada de sus fieles, para poder hacer lo que tienen que hacer sin la debida atención de estos.

El mismo objetivo persiguen todas esas otras invenciones para la desviación (mundiales, olimpiadas, conciertos y demás etcéteras) que llenan de ideas y conceptos inútiles a esa masa que no tienen, en calidad de rebaño, la capacidad de incidir en los acontecimientos. Pero que al hablar de ellos canalizan su impotencia a través de una retórica que les hace sentirse mejor (la energía se les sale por la boca), aun, cuando en esencia, no cambien nada. Es un ejercicio de despresurización que le ayuda al líder a atemperar la presión social.

Ritual (rutina).
Nada nos tranquiliza más que la rutina. A los seres humanos no se nos da bien la incertidumbre y si hay algo que nos permite evitarla, es el hacer siempre las mismas cosas. Usted va confiado a misa, debido a que el ritual se repite una y otra vez. Y eso le hace sentirse en casa (seguro). Lo mismo acaece con las franquicias. Conocer el procedimiento de trabajo, si uno labora ahí, o la forma de ordenar algo, si uno consume ahí, nos hace sentir que estamos en terreno conocido, sin importar si nos encontramos en nuestro pais o en las antípodas. El ritual es, en sí mismo, un regreso al hogar (a lo conocido). A eso que nos da tranquilidad y sensación de control.

Los tres capitalismos.
El mundo ha transitado por tres tipos de capitalismos. El primero de ellos fue el Capitalismo de producción. Este se instituyo a mediados del siglo XVIII y estuvo vigente hasta el principio de la Segunda Guerra Mundial. El capitalismo de producción hacía que la gente se sintiera orgullosa de lo que producía su empresa, ya sea en calidad de dueño o empleado de esta. Trabajar en una empresa que contribuía tanto al bienestar social, nos hacía sentir bien con nosotros mismos. Lo importante era producir lo que el mercado necesitaba en la cantidad que este demandaba.
El mito y sentido de este periodo fue el de la: Producción.  

Después de la Segunda Guerra Mundial, el capitalismo de producción fue desvaneciéndose lenta y gradualmente, para dar paso al
Capitalismo de consumo. La gente empezó a sentirse orgullosa por su capacidad de consumo. Lo importante ya no era en donde y en que se trabajaba. Lo importante era la capacidad de consumo.

Esto hizo que lenta y gradualmente fueran más importantes los beneficios del puesto que los retos y responsabilidades de este. La gente medía el éxito no por la capacidad que tenía el individuo de producir determinados bienes o servicios, sino por su capacidad de consumo. Capacidad que era palpable a través de los símbolos de poder que ostentará (carros, joyas, ropa).

Este tipo de capitalismo estuvo vigente de finales de la Segunda Guerra Mundial hasta la crisis de las hipotecas de alto riesgo del 2008 y el nacimiento de las redes sociales.
El mito y sentido de este intervalo fue el: Consumo.

Del 2008 en adelante empezamos a migrar del capitalismo de consumo al Capitalismo de ficción. En este tipo de capitalismo el prestigio ya no se mide por la capacidad de producción o de consumo que posea el individuo, sino por la capacidad que tenga de aparentar que es dueño de una vida que no posee. Cosa que logra a través de la publicación en redes sociales de imágenes que no solo ocultan sus carencias intelectuales, espirituales y económicas, sino que las usa para proyectar no lo que es, sino la forma en que desea ser percibido (si lo tienes que decir o publicar…, no es).

El problema del capitalismo de ficción es que carece de mitos y sentido. Carencia que genera, en las personas que han adoptado este modelo, un vació que los sumerge en una espiral a la baja y una pérdida de sentido que los impele a buscar y a aceptar a cualquier Mesías que posea la capacidad de decirles eso que necesitan para explicarse a sí mismos y a los demás, el por qué las cosas van tan mal en lo individual y en lo comunal.

Es tal el hambre de mitos y sentido que crea esta carencia, que si una persona les vende los mitos que les permitan proyectar en terceros su falta de sentido, incompetencia e irrealización, lo harán presidente… Ya sea en Estados Unidos de Norteamérica, México, Turquía, Colombia y próximamente en Alemania, Austria, Canadá, Francia, Polonia y demás países donde va a haber elecciones.

Ante el capitalismo de ficción que impera hoy, es menester que revise si sus acciones son de cara a sí mismo o de cara al aparador...

Recuerde, si eso que es intrínsecamente personal, lo que tiene que decir o publicar..., no es.

Nos leemos en el siguiente artículo.

viernes, 14 de febrero de 2025

La conspiración de Donald Trump.

Recién me compartió un compañero un artículo que circula en redes, con el encabezado: Después no digas que no estabas advertido.

El artículo en cuestión explica una supuesta conspiración de Donald Trump y Elon Musk para hacerse del poder a través de la Inteligencia Artificial. Razón por la que Trump, en su toma de posesión como cuadragésimo séptimo presidente de Estados Unidos de Norteamérica se hizo acompañar de las cabezas más representativas de la alta tecnología de su país.

El artículo, desde su encabezado, es un sinsentido: “Después no digas que no estabas advertido”. Cómo si en realidad el lector pudiera hacer algo al respecto. El autor del artículo, amante de las teorías de la conspiración, acusa un profundo desconocimiento de la naturaleza humana y de la naturaleza del poder.

Este argumenta que la razón por la que todos esos personajes estaban en la toma de posesión es porque están de acuerdo con Donald y con Elon para implementar la Inteligencia Artificial en todos los ámbitos del gobierno y de la vida pública, lo que les daría un pleno conocimiento de los gustos, fantasías y necesidades de la gente. Información que usarían para perpetuarse en el poder con Trump y su familia a la cabeza de este.

La idea de la conspiración es tan antigua como el hombre. Esta, contra lo que se piensa, no se sustenta en la ignorancia, sino en las creencias. Las personas pueden tener estudios de postgrado y creer en las ideas de conspiración.

El autor, aunque acusa un gran desconocimiento de la naturaleza humana, tiene la suficiente para entender que las personas necesitan creer en algo. Y que los seguidores de las teorías de la conspiración obedecen a un perfil y a una circunstancia. Consciente de ello escribe para su base y no le va nada mal (es comentario, no envidia).

La narrativa que argumenta no sé sostiene por sí misma, no obstante, reconozco que usa conceptos e ideas que la hacen verosímil, pero no verdadera. Es un hecho que la Inteligencia Artificial va a ser parte sustancial de nuestra vida y lo va a ser con o sin la intervención de Trump y Musk. También es cierto que está va a saber de nosotros más de lo que ya sabe Internet, Facebook, Instagram, TikTok y demás aplicaciones que usamos. De tal suerte que para lograr algo que inexorablemente va a suceder, no necesitan de una conspiración.

Otro tema para considerar es el hecho de que en la vida nadie quiere lo que tú quieres, y el que quiere lo que tú quieres, no lo quiere como tú lo quieres. No hay duda de que los padres desean lo mejor para sus hijos, pero de diferente forma. En unas cosas son más tolerantes los padres, en otras, las madres. Amén de que a ellos les preocupa más el que sus hijos esté económicamente bien. A ellas el que, en cuanto felicidad, estén bien.  

Así pues, si dos personas que se aman y que tienen hijos en común batallan para ponerse de acuerdo en lo que quieren para sus hijos, que nos hace pensar que dos amantes del poder se van a poner de acuerdo para ostentarlo y compartirlo (poder que se comparte, se pierde). O que acérrimos competidores del sector conspiren a sabiendas de que lo que más desean es aventajar al otro para hacerse de un mercado cambiante, en donde la fidelidad del consumidor está subordinada a innovaciones, precio y servicio, y no a imposibles e improbables acuerdos cupulares.

Poder dinástico.
En Estados Unidos el poder es dinástico. Se hereda del titular a familiares (esposa, hijos, hermanos) al paso de uno o dos períodos. Es una norma respetada por todos los contendientes, cuando esta no es respetada, es cuando se dan fenómenos desafortunados (atentados, acusaciones -impeachment y juicios).

Lo más probable es que Donald Trump se haya puesto de acuerdo con Elon Musk en dos temas que son consustanciales a ambos:
1) Ganar mucho dinero a través de acuerdos político – empresariales;
2) Hacer que eso sea viable a través de los apoyos mediáticos de Elon a la campaña de los posibles sucesores de Donald Trump.

En la vida lo mismo que te lleva al éxito, te lleva al fracaso.
El que se pongan de acuerdo no quiere decir que lo vayan a lograr. Ambos gustan del poder y de los reflectores. Ambos han tenido problemas por ello. La alianza a largo plazo entre dos egos de ese tamaño se antoja complicada, no imposible, pero si difícil.

La base electoral de Donald Trump le va a permitir todo lo que desee hacer los dos primeros años de su mandato. Es importante anotar, sin ánimo de restarle importancia a todos sus enunciados, que todo lo que dice es para su base, no para los países asociados ni para el resto del mundo. Esto no quiere decir que no vaya a haber afectaciones. De hecho, las hay y van a ir en aumento, pero su perorata siempre será más grande que su acción, ya que el objetivo es alimentar la narrativa de su base electoral. Esta es la que le puede ayudar a consolidar su dinastía en el poder.

Para esto va a ser menester que de resultados y ese es precisamente su punto débil. Tome en cuenta que los aranceles solo funcionan cuando el pais es autosuficiente en él rubro o rubros que los marca y Estados Unidos no lo es. No obstante, los usa para negociar y de cara al aparador, es decir, demostrarle a su base que tiene el poder de hacer lo que ellos quisieran poder hacer.

En cuanto a Elon, este se debe a sus accionistas y lo más seguro es que estos no están nada contentos con la caída de ventas de Tesla y la pérdida de valor de sus acciones. Elon tendrá que decidir en el devenir de este año qué es lo que debe hacer: convencer a sus accionistas de que la alianza con Trump va a ser rentable (y demostrarlo) o darles la espalda a estos y afectar sus negocios.

Perfil y circunstancias.
En el inter, los amantes de la teoría de la conspiración le darán su voto a cuanta idea conspirativa circule en redes. Y esto solo va a cambiar si cambian sus circunstancias. Entre más mal les va a los individuos o más miedo o impotencia sientan para enfrentar el futuro, más receptivos estarán a las ideas conspirativas. Entre mejor les vaya y más fácil perciban el entorno, menos credibilidad les darán a estas.

El que posean un cierto grado de paranoia les ha proporcionado a los convencidos de estas ideas algunas ventajas, pero también desventajas (lo mismo que te lleva al éxito, te lleva al fracaso). La parte amable de su paranoia les permite anticiparse a circunstancias que detectan en el entorno, tomando decisiones o precauciones que les afectan poco si se equivocan y que les beneficia en mucho si aciertan. No obstante, su perfil los hace proclives a considerar cuanta idea de conspiración se les presente. No por cuestión ocupacional, pero si mental (divertimento).

Estos, cuando perciben que no poseen las herramientas o alternativas de solución ante un entorno que perciben hostil, se refugiarán, en un ejercicio de invención para la desviación, en cuanta idea de conspiración se les presente. Esta les servirá de excusa para justificar (más ante sí mismos que ante los demás) su incompetencia. Por el contrario, cuando todo o casi todo les es favorable, le darán cabida a la idea, pero más como curiosidad morbosa que como un justificante.

Eventos extraordinarios requieren explicaciones extraordinarias.
Es comprensible que circulen en los medios explicaciones grandilocuentes y sabiondas sobre qué y cómo prepararse ante Trump. Analícelas y evalué que sí y que no puede hacer. Céntrese en los hechos más que en las palabras.

Tanto Trump como Elon tienen más límites de lo que usted piensa (la acción de Tesla a caído un 28%). No se desgaste por personas que gustan del aparador. En especial Trump.

Recuerde que él, en su mente, no está en la Presidencia… Está en un “programa de televisión de la vida real (Reality Show)”, donde el actor principal es él. Y, entre más ruido pueda crear en el ambiente, más televidentes y seguidores tendrá.

Nos leemos en el siguiente artículo.
 

martes, 11 de febrero de 2025

El héroe vencedor y la trascendencia.

El modelo del héroe vencedor habla de cómo los seres humanos nos enfocamos tanto en nuestros objetivos, que no nos damos cuenta de esas personas que nos han escogido como modelo a seguir en una o varias esferas de su vida. Este no ver a esas personas que están a la vera de nuestro andar, es lo que nos impele a gastar energía y tiempo en la construcción de alianzas con personas que no nos hacen en el mapa o que nos ven como adversarios o competidores, cuando las alianzas más fructíferas que podemos hacer son con esos otros que nos han escogido como marco de referencia para su hacer biográfico y que de alguna manera u otra nos lo han dejado ver.  

Poblar la mente.
Las razones por las cuales nos toman o tomamos como modelo a determinadas personas, pueden ser múltiples y variadas, no obstante, la más relevante es por la capacidad que tengamos de poblar la mente del otro o por la capacidad que este tenga de poblar la nuestra.

Lo más sorprendente del modelo es que nuestra natura, consciente de su finitud, nos impele a buscar la o las formas que nos permitan trascender más allá de nuestro espacio tiempo. Lo irónico de esta humana necesidad, es que más allá del romántico sentido y vestido con el que hemos adornado la falacia de la “trascendencia” y de los mil y un haceres que desarrollemos o ejerzamos para alcanzar su siempre efímera realización…, esta solo se consigue cuando logras ocupar un espacio en la mente de los demás. Y es algo a lo que poca o nula atención le ponemos.

Algunos buscamos trascender a través de un emprendimiento que hable de nosotros, otros por medio de un desempeño extraordinario de nuestro hacer profesional. Otros por medio de la filantropía, de la catedra o de la socialización (cosa que hacemos para no morir), no obstante, y sin ánimo de ser reiterativos, trascendemos solo cuando logramos poblar la mente del otro. Ya sea de por vida, por la constante y reiterada relación, o de manera intermitente y anecdótica por lo infrecuente de esta.

Es menester anotar que, si bien es cierto que no hay nada más difícil que poblar la mente del otro, también lo es el que ese otro puebla su mente de la misma forma que nosotros: con muy pocas cosas útiles y muchas inútiles.

Revise, por dar un ejemplo, su agenda de contactos. Cuántas de esas personas han dejado en usted una impronta que le permita visualizar su rostro, recordar su voz, su forma, olor o movimiento. Cuantos por la forma en que le trataron o por algo que le dijeron, ya sea que ese algo fue lo que usted necesitaba escuchar en ese momento o por que le revelo eso que no había visto o reflexionado.

De la misma manera encontrara que hay muchos nombres que no le dicen nada. Son personas con las que sostuvo un encuentro mercantil, laboral o social que no dejo huella ni recuerdo, es decir, son nombres que, si no están, no pasa nada. Lo mismo acaece en todos los ámbitos de la vida. Usted interactúa en un año con muchas más personas que las que sus abuelos conocieron en vida. Pero cuantas de esas han logrado ocupar un espacio permanente o intermitente en su mente. Esas son las que estarán mañana en el archivo de su memoria.

Otra de las grandes paradojas del modelo del héroe vencedor es el innegable hecho de que hay personas que están en su mente, aun cuando ellas no estén conscientes de ese privilegio, ya que ese espacio de mente que ocupan en usted equivale a acariciar por un breve espacio de tiempo la tan ansiada inmortalidad.

Tome en cuenta que el hombre no tiene miedo a morir. Tiene miedo a desaparecer…, y desaparecemos cuando dejamos de estar en la mente de los demás.  

De la misma forma le sucede a usted. Habita un espacio en la mente de personas en las que dejo una huella permanente o anecdótica, de la que muy probablemente no este consciente debido precisamente a que su energía, mente y mirada está dirigida ese objetivo o proyecto que desea coronar. El cual le sería más fácil de lograr si se rodea de aquellos que desean sumar fuerzas y talentos con usted.
 

Es la mente y no la obra lo que le hará trascender.
Esto, aunque le parezca un sin sentido, es la única forma en que logramos trascender. Cierto que la obra habla por nosotros, pero lo hace por muy poco tiempo. Cuando la obra pasa a ser del dominio público, es, lo que esta ofrece, lo que perdura en el tiempo. Su nombre como creador será un dato anecdótico. Lo importante para los usuarios no será usted, sino la forma en que evoluciona el producto o servicio. Esto aplica incluso aquellos que han trascendido hacia el mal. La posteridad habla más del sistema o exterminio que causaron que de ellos.

Por el contrario, cuando logra sembrar una frase, aforismo o anécdota que ilustre al otro la importancia de una situación o de una reflexión, es altamente probable que sus palabras se repitan una y otra vez al paso de las generaciones. Algunas veces desde el anonimato y otras desde su antónimo. Y será justo en ese momento en el que acceda a ese breve espacio de inmortalidad…

No sé cuál sea su objetivo o proyecto, pero sí sé que intrínsecamente desea que este lo trascienda. Y seguramente lo va a lograr, pero le va a hacer más fácil si puebla la mente y hace sinergia con esos que le han escogido como marco de referencia de su quehacer biográfico.

Nos leemos en el siguiente artículo.

 

 

 

miércoles, 5 de febrero de 2025

Festina lente.

Los cambios fundamentales del mundo están íntimamente ligados al cambio en los sistemas comunicacionales. Hasta antes del nacimiento de la imprenta (invento Chino), los cambios en la forma de vida se daban cuando surgía algún evento climático que cambiara las circunstancias de los habitantes, viéndose estos obligados a mudar de lugar o de formas. Más allá de ello, no había cambios. Ibas a vivir tal como habían vivido tus ancestros, sin importar que tan atrás viajaras en el tiempo.

La falacia de la división del trabajo.
No existe la división del trabajo, lo que existe es la división del conocimiento, tan es así que cuando tienes una vacante, no contratas a cualquiera, sino al que tiene el conocimiento que necesitas para hacer lo que se necesita.

La división del conocimiento empezó con la llegada de la imprenta.
Gutenberg fue un inventor alemán que alcanzó la fama por sus contribuciones a la tecnología de la imprenta. Gracias a él es que el conocimiento sale de la esfera de las iglesias para llegar al gran pueblo. La imprenta facilitó la divulgación de nuevas ideas e interpretaciones de la biblia y del mundo, lo que a su vez creo una serie de ajustes que crearon nuevas oportunidades, entre ellas: “La Ilustración”.

Así nos mantuvimos un par de siglos hasta que aparecieron los periódicos. Gracias a este cambio comunicacional es que la gente se podía enterar de lo que acontecía en otras partes de Europa, lo que les permita comparar su propio acontecer con el de los demás países. La prensa generó, como todo cambio, una serie de ajustes que crearon nuevas oportunidades: los mentideros sociales (cafés). Lugares donde la gente iba a discutir y debatir lo que se debería hacer en su comunidad, región o pais, lo que a su vez genero ajustes en la dinámica social, con revueltas y revoluciones que fraccionaron las monarquías, creando ajustes en los sistemas de gobierno.

El Tercer cambio comunicacional fueron los Mass Media (radio y televisión). La radio, caja mágica de la que inexplicablemente salían voces que te informaban de lo que sucedía casi al momento, creo nuevas formas en el quehacer individual y en el entramado social. Los divertimentos pasaron de la contemplación de la naturaleza a la escucha de noticias, música y radio novelas (nace la industria del entretenimiento). Tiempo después llego lo que se conoció como: la radio que se ve (televisión), que no solo informaba, sino que además mostraba el acontecer local y mundial. Generando nuevos ajustes en el entramado social, amén de crear múltiples y variadas formas de entretenimiento visual y auditivo (el ascenso de las Masas; sociedad de consumo).

Cada uno de estos cambios crearon ajustes en la dinámica individual, social política y económica. Los cambios que antaño necesitaban del tránsito de varias generaciones pasaron de centurias a décadas, años, meses, semanas, días y momentos. La velocidad del cambio se volvió la norma no solo en los sistemas comunicacionales, sino también en nuestra forma de vida (una vida lenta empezó a ser mal vista).

Tiempo después llego el internet, lo que no solo permitió la conexión global al instante, sino que acelero la dinámica de cambio al grado que en ese entonces se pensaba que el mundo cambiaba un cien por cien cada dos años, es decir, que tu saber y hacer de dos años atrás, perdía competitividad y vigencia el paso de dos años más. El internet genero nuevos ajustes, entre ellos el nacimiento de las redes sociales, lo que a su vez creo nuevas formas en la dinámica individual, tecnológica, social y empresarial, creando con ello un fenómeno que, si bien es cierto que se venía acentuando en cada proceso, se exacerbo con las redes sociales: el de la inmediatez y con este, el de la gratificación instantánea.

La gratificación instantánea es un fenómeno que se ve en todos los segmentos etarios y entre más joven sea la persona, más notorio es. Es algo que se está extendiendo a todos los ámbitos de la vida, lo que ha hecho que se demerite todo acto, relación, trabajo o negocio que demore la satisfacción en el momento. 

Con las redes sociales se aceleró de tal forma nuestra forma de vida, que perdimos la capacidad de disfrutar un amanecer, un atardecer, el canto de un pájaro o el llanto de un niño. Hoy todo es y debe ser inmediato. Si el otro o lo otro no posee la capacidad de producir una expedita satisfacción, desaparece de nuestra esfera de atención. Todo es y debe ser al instante. Tan es así que ahora, en el amor, se empieza por el postre… Y si este satisface lo que solo existe en el imaginario de esos dos que se ven, pero que no se conocen, se pasa al plato principal: la relación. Que es lo que nutre y da sentido al amor. Lo mismo acaece en los demás ámbitos de la vida.

Este afán por la inmediatez está generando un sentimiento de vacuidad y de soledad que ha ayudado a fortalecer la economía de muchos gurús, amén de que ha incidido en un acusado aumento en el consumo de grasas, azucares, alcohol y enervantes en un desmedido afán de obtener, a través de agentes externos de rápida absorción y de corta duración, la satisfacción que intrínsecamente no se posee.

El problema, no obstante, está en el enfoque. Ya que, en estricto sentido, todas las cosas que valen la pena y que generan una satisfacción intrínseca de larga data, son aquellas que se hacen lenta y pausadamente (
festina lente = apresúrate lentamente).

Hacer el amor con la persona que uno ama; degustar un buen plato, una buena charla y una excelente compañía, son cosas que demandan delicadeza y tiempo. Son situaciones en donde lo que más se desea es que el reloj demore su andar para disfrutar lo más que se pueda eso que tanto gusta, nutre y satisface.

 Los objetos como los sujetos tienen su tiempo y su momento.
En la vida puedes tener casi todo lo que tú quieres, pero no todo al mismo tiempo. Para lograr lo que quieres es menester dejar el carro, salir a caminar, leer un libro, llevar un diario en donde podamos plasmar tropiezos, buena venturas, reflexiones y aprendizajes. Amén de rodearnos de personas inteligentes con la que podamos establecer un intercambio dialógico que nos permita nutrirnos de su ser y saber, pero esto no solo requiere tiempo y reiteración, demanda también del espacio necesario para procesar, digerir y hacer propio lo aprendido, que es con lo que vamos a logar eso que buscamos.  

Nada de esto se hace de prisa. Se necesita voluntad, pero, sobre todo, disciplina y decisión para alejarse de la inmediatez y sembrar la semilla del tiempo que nos permitirá cosechar logros trascendentales para nuestro yo interior, que son los únicos que, en el archivo de la memoria, recordaremos con agrado.

Nos leemos en el siguiente artículo.