lunes, 8 de mayo de 2023

Una guerra empantanada.

Del entorno, lo interno.
Catorce meses de conflicto nos han generado un cierto grado de indolencia ante la guerra, lo que no deja de ser normal, ya que la responsabilidad de lo cotidiano nos embarga de tal manera que poco o nada le dedicamos a lo remoto. Así entonces: ¿por qué detenernos a analizar un conflicto que geográficamente nos queda tan lejos? Pues porque la guerra está en una encrucijada de muy difícil solución, en donde la forma en que está se resuelva, determinara muchas de esas partes del entorno que incidirán en lo doméstico.

Estatus del conflicto.
Pocos pensábamos, previo a la guerra, que esta se fuera a dar, No solo atentaba contra la lógica comercial del momento, sino que además era, geopolítica y militarmente hablando, una decisión que podría meter al mundo en un conflicto tan grave como el de la segunda guerra mundial… Y, sin embargo, se dio.

Ya una vez que esta comenzó, se pensaba que sería de corta duración (los mercados de futuro así nos lo dejaban ver). Después se pensó que en invierno se definiría todo, cosa que no aconteció. Y hoy se espera que la contraofensiva ucraniana defina todo, cosa que tampoco va a suceder.

La lógica geopolítica nos indica que el problema es mucho mayor de lo que alcanzamos a ver. Para nadie es un secreto que la OTAN jamás admitiría en sus filas a Ucrania (el segundo pais más corrupto del mundo, después de Rusia). Lo cual significa que los motivos de la guerra están mucho más allá de una aparente adhesión.

El que Finlandia se uniera a la OTAN y que posteriormente lo haga Suecia no es tan relevante como el que lo haga Ucrania, la cual siempre ha sido considerada la frontera roja de Rusia. Todo indica que a lo más que puede llegar a Ucrania es a estar en la Unión Europea, pero no la OTAN.

También es importante considerar que Rusia no ha lanzado una guerra total contra Ucrania. Tan es así que el nivel de producción agrícola del país es el mismo que tenía previo al conflicto. La guerra no va dirigida a toda Ucrania. Está enfocada en la frontera entre ambos paises (Donetsk; Luhans; Zaporiyia y Jersón). Por otro lado, el grado de aprobación de Vladimir Putin en Rusia es del 83% (febrero 2023). La guerra no lo esta debilitando.

Ante lo expuesto, se ven tres posibles escenarios:
Que el conflicto se prolongue de uno a dos años, llevando a los contendientes a una guerra de agotamiento, en la que nos les quede otra más que sentarse a negociar, tal como sucedió en la primera guerra mundial. Occidente ha apoyado a Ucrania con poco más de 73 mil millones de dólares (cosa que ya cuestiona el 40% del electorado), no obstante, se prevé que estos apoyos puedan aumentar o disminuir en función de las presiones político electores que se avecinan en el 2024.

Otro escenario es que Occidente apoye la perdida territorial de la franja fronteriza de Ucrania y la compense, sino con una entrada a la Unión Europea, si con un mayor intercambio comercial, amén de que Occidente le facilitaría créditos blandos. Ucrania requiere 350 mil millones de dólares para su reconstrucción.

Un tercer escenario y el menos deseable de todos es de la derrota total de Rusia. Escenario en el que es posible que el país, para evitar su derrota y fragmentación, haga uso de armamento nuclear, lo que implicaría que el conflicto se pueda extender a más paises, con los consabidos costos humanitarios, comerciales y económicos.

De aquí a las elecciones del 2024 se definirá un entorno de estabilidad o de zozobra; de crecimiento o de contracción.

Nos leemos en el siguiente artículo.

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