miércoles, 11 de enero de 2017

Leonardo da Piero da Antonio da Vinci.

El mundo occidental ha transitado por varias etapas o estadios, los cuales han recibido un nombre a posteriori. Nadie en el Medievo (siglo V - XV) identifico dicho estadio como tal. Todos los que vivieron esa etapa la veían tal como nosotros vemos la nuestra: vanguardista y vigente.

Este estadio de tiempo que nos tocó vivir recibirá a posteriori un nombre que explique lo que en este intervalo aconteció, tal como nosotros identificamos a posteriori con el nombre de Edad Media a ese espacio de tiempo que oscilo entre los siglos V y XV. Intervalo en el que Oriente brillaba en todas las ramas del saber y de las artes, mientras que Occidente moría encerrado en un conjunto de criterios religiosos que nada tenían que ver con su fundador.

En el Medievo el mundo occidental era Teocentrista.
Todo giraba en torno a la idea que la iglesia tenía de dios. El poder estaba en manos de sus representantes. Estos preclaros intérpretes de la voluntad de dios, eran los que normaban la acción en todos los ámbitos de la vida humana. Ellos tenían la autoridad y el conocimiento para dictar lo que la grey, sin importar el campo del saber, debería hacer.

Afortunadamente los avances de Oriente llegaron a Occidente vía las cruzadas y el comercio. La caída del imperio Bizantino y el descubrimiento de américa le dieron el golpe de gracia al teocentrismo del medievo y la bienvenida al antropocentrismo del Renacimiento (siglo XV - XVI).

El Renacimiento (re -nacer).
En el Renacimiento el mundo se centró en lo que el hombre podía hacer, dejando a un lado el falso saber de los hombres de dios, los cuales habían sumido a Occidente en una edad oscura donde la ignorancia, la cerrazón y el retraso eran la norma.

El Renacimiento fue testigo del nacimiento de un grupo de genios que marcaron el derrotero del mundo hasta nuestros días, siendo Leonardo da Antonio da Piero da Vinci el más ilustre de ellos.

Leonardo da Vinci ha sido considerado el epítome del Renacentista. Es uno de los tres grandes polímatas que ha habido en la historia de la humanidad: Aristóteles, Erasmo de Róterdam y Leonardo da Vinci.

Leonardo, por razones que se explican por si solas, ha sido considerado el personaje integral del Renacimiento, estadio de tiempo en el que como su nombre lo dice, renació el hombre en Occidente, y con él el desarrollo de nuevas formas de expresión del ser, donde la belleza, la grandeza y el espíritu de investigación científica eran la norma.

Leonardo es una de las personas más plenas en la historia de la cultura, semejando a lo que en su tiempo fue el estagirita de Tracia (Aristóteles). 

Leonardo nació en el poblado del que llevaría el nombre (Vinci), centrado en el corazón de la Toscana a solo unos kilómetros de Florencia. Fue hijo natural del Magistrado Piero Fruosino di Antonio y de Caterina, una campesina que laboraba como sirvienta en la cocina del palacio.

Leonardo creció en el Palacio de su padre con los derechos de un hijo legítimo, pero sin la presencia salvífica de la madre. A Caterina no se le permitió ver a su hijo, por lo que tuvo que regresar al campo para ver de lejos y a escondidas los primeros pasos de su vástago.

Leonardo, como muchos de sus coetáneos, fue eso que mal llamamos bastardo o ilegitimo, ya que en estricto sentido ningún ser humano nacido de mujer puede ser llamada ilegitimo. No obstante en esa época los hijos que los grandes señores tenían fuera de matrimonio, eran considerados ilegítimos.

Lo curioso del tema es que si usted toma los últimos seiscientos años descubrirá que el mundo lo han hecho los hijos nacidos fuera de matrimonio. No vayamos lejos, los dos grandes polímatas del Renacimiento -Leonardo da Vinci y Erasmo de Róterdam, fueron concebidos fuera de matrimonio y los dos revolucionaron su tiempo.

Leonardo fue por poco más de veinte años el único hijo varón del Magistrado Piero, razón por la cual la esposa de su padre lo tolero en la casa con la condición de que expulsaran a Caterina de sus vidas... La cual, a ojos de la esposa, era la única culpable de la infidelidad de su marido. Como podemos ver, las cosas no han cambiado mucho.

Las sucesivas señoras Da Vinci, cinco para ser más exactos, consideraron a Leonardo como un incordio que tenían que soportar, ya que la presencia de este les hacía patente lo que a ojos de ellas era la infidelidad de la sirviente y la debilidad humana del amo y señor.

Las madrastas sucesivas que tuvo Leonardo, mantuvieron con él una relación cordial pero distante. Ninguna de ellas se aboco a criarlo o a atenderlo. La prioridad de estas eran sus hijas, no Leonardo, por lo que creció sin el cariño salvífico de la mujer.

A Leonardo lo criaron, entre tarea y tarea, las otras sirvientas del palacio. Le adaptaron un espacio en la cocina en donde lo amamantaba una u otra, cosa común en la época, al tiempo que lo cuidaban y educaban a su buen entender.

Tal vez la orfandad filial y sentimental que padeció Leonardo, hicieron de él un acucioso observador de la naturaleza humana, dándole un especial énfasis al estudio de los rostros y gestos de las personas. 

La orfandad lleva a las personas a leer en el rostro de sus semejantes, lo que una persona que crece en un ambiente normal no necesita leer. Pues esta tiene a su papá y mamá que le protegen y cuidan de los demás, mientras que el huérfano siempre tiene que anticipar las intenciones del otro. 

De este leer para descubrir y anticipar es que Leonardo dedujo que su madre era esa campesina que a hurtadillas se asomaba a verlo por las ventanas de la cocina de palacio... Así Leonardo se acerca a Caterina, platica con ella y se percata del cariño que emana de su voz y de su mirada... Eso fue suficiente para buscar años después a su madre y llevársela a vivir con él. Una madre que no solo no entendía a su hijo, sino que además descubría que este podía hacer cosas que nadie más podía hacer.

Renglones arriba decíamos que Leonardo se vio en la necesidad de leer los rostros y gestos para anticipar las intenciones del otro… Esta habilidad quedo plasmada en sus obras. Los rostros que pinto son tan vivos y expresivos que parecen decirnos en su expresión lo que piensan y sienten.

Tenía quince años cuando se le permitió salir de la casa para ir a Florencia y empezar, lo que a ojos de su padre, era una vida impropia para su abolengo: la de músico y artista. Así vivió hasta pasados los veinte años de edad en que su padre logro tener un hijo varón dentro de matrimonio, olvidándose así de Leonardo y de su manutención. Quedando este en libertad de hacer lo que deseaba sin la constante recriminación y escarnio de su progenitor.

Andrea del Verrocchio.
En Florencia entro a trabajar como mozo al taller de Andrea del Verrocchio, uno de los pintores preferidos de Lorenzo De´ Medici. El taller del Verrocchio no solo era el más completo de Florencia, sino era el que mejor se adaptaba a la versátil genialidad de Leonardo, ya que Verrocchio era pintor, escultor, orfebre y comerciante en sedas, tapices y armaduras.

El bazar de Verrocchio, que en sí mismo era un caleidoscopio de las artes, de las antigüedades y de lo mejor de Florencia, fue para Leonardo el caldo de cultivo en el que desplegó su imaginación y sensibilidad por lo bello y lo estético.

Pronto destaco de sus demás compañeros por su trato, distinción, benevolencia y amabilidad, amén de que estas gracias iban acompañadas de una creatividad y capacidad artística sin parangón, por lo que en muy poco tiempo pasó de mozo a aprendiz y de aprendiz a colaborador personal del Verrocchio.

El secreto para ser interesante es interesarse.
Leonardo poseía sobre todos los demás una personalidad asaz interesante. Como ya lo hemos dicho el secreto para ser interesante es interesarse… Interesarse en todo y Leonardo así era. No había rama del saber que no le interesara, por lo que era imposible que no llamara la atención. Se le veía el saber en todo: en el porte, en la educación, en el hablar, escuchar y callar.

Observe usted a ese otro que a primera instancia le parece interesante… Tan pronto hable usted con él descubrirá que es interesante en uno o dos temas a lo sumo, sin embargo en esos otros ámbitos del saber en los que nunca se interesó, se mostrará tan llano y común como los demás. Para ser interesante, hay que interesarse…, pero nada más en todo.

El que esto escribe es un diletante de las artes, en especial del ballet. Y como tal sigo las presentaciones de varias compañías en México, Canadá y Estados Unidos. Lo que me ha permitido conocer a varias Primas Ballerinas de esos y otros países. He observado que diferencia real entre ellas y las demás ballerinas es, además del talento, el esfuerzo y la disciplina.

Los entrenamientos de Ballet son de seis a ocho diarias. Por lo que lo más normal es que las ballerinas aprovechen los recesos para descansar. No pasa lo mismo con las Primas Ballerinas. Estas aprovechan los recesos para trabajar en aquello que tienen que corregir. Así era Leonardo. Nunca descansaba y hasta cuando se le vía no hacer nada, estaba observando, pensando, diseccionando y descubriendo nuevas ramas del saber.

Tal era la capacidad de observación, análisis, disección y deducción de Leonardo, que hasta bien entrado el siglo XX los mejores mapas topográficos de la Italia central eran los de él. Leonardo era matemático, literato, pintor, escultor, músico, crítico histórico, inventor, ingeniero, arquitecto, cocinero, botánico y muchas cosas más.

El ángel de Leonardo.
El Verrocchio manda llamar un día a Leonardo y le pide que le de los últimos toques a un cuadro ya terminado: El bautismo de cristo. No obstante, le comenta, va a ser necesario que le agregues un angelito al cuadro que pinte, ya que el cliente así nos lo está solicitando. Pinta algo simple, le sugiere, ya que lo importante no es el ángel sino el cristo y el Bautista.

Fue tal el ángel que le puso, que desde ese entonces la pintura se conoce por el ángel de Leonardo en un bautismo de cristo de un tal Andrea del Verrocchio.

Permítaseme una disgregación, pero la pintura lo amerita…
Les recomiendo buscar en Internet la pintura arriba mencionada. Inmediatamente notaran la diferencia entre los personajes que pinto Adrea del Verrocchio y los que pinto Leonardo. En ese momento entenderán porque el cuadro en si es conocido por el ángel de Leonardo.

Leonardo decía que no se podía expresar pictóricamente a un personaje, si no se expresaba lo que el personaje estaba pensando y sintiendo al momento de pintarlo. En la pintura de Andrea del Verrocchio se nota en la expresión del ángel una sublimación y una vida que no tienen los personajes de Verrocchio.

Los apuntes de Leonardo.
Hay, en los museos y colecciones privadas, más de cinco mil folios de apuntes de Leonardo.
En ellos sorprende, además del contenido, su muy particular forma de escribir ya que éste escribía de derecha a izquierda, amén de que su escritura era especular, ya que es menester verla frente a un espejo para poder leer lo escrito ahí.

Leonardo decía que escribía así debido a que tenía muy mala ortografía… Se definía así mismo como Uomo senza lettere (hombre sin letras), lo cual a todos luces es falso, ya que era un poeta consumado. Escribía así debido a que era muy reservado con sus cosas y lo único que no quería es que sus apuntes fueran leídos por cualquier persona.

En sus apuntes podemos leer su composición poética, literaria, filosófica y musical, así como una muy detallada descripción de la ingente cantidad de aparatos que invento, y de las ciudades que diseño.

Leonardo, como todos saben, era ambidextro. Usaba las dos manos por igual, tanto al escribir como al pintar. No tenía preferencia por una u otra mano. Podía escribir de un tema con una mano y de otro con la otra. Así como escribir de un tema al tiempo que hablaba de otro.

Esta capacidad se debe a que las conexiones cerebrales de los ambidextros se dieron en él en grado sumo. El 89% de las personas somos diestros (hemisferio izquierdo), el 10% zurdos (hemisferio derecho) y el 1% ambidextros (ambos hemisferios).

Los ambidextros y una parte de los zurdos poseen un cerebro en el que ambos hemisferios cerebrales tienen el mismo grado de dominio y en algunos casos esta cualidad les permite desarrollar la sinestesia (ver sonidos y escuchar colores), tal como le sucedió a Leonardo.

Estas capacidades eran palpables en todas sus obras, incluso en sus divertimentos. Veamos un ejemplo de esto…

Leonardo gustaba de la equitación. Al tiempo que montaba y degustaba el movimiento del caballo, estudiaba, con el tacto y roce de sus piernas, la estructura ósea y muscular del equino. Así, mientras los demás solo montaban a caballo, él hacía un profundo estudio de la locomoción del animal. A él le debemos los primeros estudios que existen sobre la locomoción humana y animal.

Poseía, entre otros dones, el de la visión cinemascopica. Él no veía volar un pájaro. Lo que hacía era percibir cada instante sucesivo del vuelo del ave. De esas observaciones surgieron esos bocetos del estudio de las aves y los planos técnicos del primer avión, adelantándose varias centurias a su realización.

El Verrocchio fue llamado a Venecia para realizar la estatua ecuestre del Condotiero Coleone, dejando a Leonardo como responsable del taller, de sus compañeros y de todo lo que en el taller se habría de producir. Esta felicidad le duraría poco. Fue vetado por la iglesia y por las familias nobles de Florencia debido a sus investigaciones sobre el cuerpo humano.

Leonardo, en aras de entender el cuerpo humano, se dedicó de lleno a la necropsia, la cual estaba prohibida por la Iglesia. Leonardo se llevaba los cadáveres a su departamento, los lavaba, los tendía afuera en el balcón para que se orearan, lo cual seguramente incordio a más de un transeúnte.

También fue molestado por utilizar los servicios de modelos varones para sus obras, lo cual derivo en varias acusaciones de homosexualidad, aun cuando en sus apuntes dejo claro su aversión al contacto sexual. En sus notas se lee lo siguiente: 

El acto sexual es sublime, bello y sacro en cuanto está basado en el amor. Es la pasión de los amantes lo que hace que este sea bello, ya que si lo analizamos como lo que es, un mecanismo fisiológico de la naturaleza para asegurar la perpetuación, es en sí mismo un acto repugnante. Tan repugnante como las partes de cuerpo humano involucradas en el acto.

Leonardo tuvo que abandonar Florencia, cambiando su residencia a Milán para trabajar bajo las ordenes de Ludovico Sforza.

Ludovico contrato a Leonardo no solo para que pintara los cuadros de todas sus amantes (20 para ser exactos), sino para que este le resolviera todos los problemas de ingeniería civil que tuviera en su castillo y en la ciudad, sí como el diseño y fabricación de las armas que perpetuaran la seguridad del Conde.

Como dato anecdótico me sirvo transcribir un párrafo del currículo que Leonardo redacto para presentárselo al Duque de Milán:

Puedo construir puentes tan altos y tan largos como leves y fácilmente transportables.
Puedo fabricar cualquier otro instrumento o máquina para sitiar una ciudad hasta por medio de túneles y subterráneos con la finalidad de privarle el agua potable, obligándola a rendirse.

Sé extraer agua de los pozos en asedios.
En batallas navales puedo levantar cortinas de humo, construir carros blindados, bombas portátiles. Acabo de inventar un gas toxico que acaba con los enemigos, pero no con los nuestros, los cuales tomarían una pastilla que también he inventado.

Se cavar túneles sin hacer el menor ruido y puedo llegar por debajo de sus muros y fosos al centro de una ciudad enemiga en un día y hora determinados.
Puedo construir cualquier arma conocida o imaginada, ya sea para el ataque o para la defensa.

En tiempo de paz puede fungir como arquitecto y como ingeniero de edificios públicos y privados.
Y sé cómo llevar el agua de una comarca a otras mucho más elevadas…

Y al último, como quien no quiere la cosa, dice: Y también pinto y hago esculturas en mármol, bronce y terracota.

Ese fue el currículo de presentación que diseño Leonardo para el Duque de Milán. Un currículo donde le dice al Duque lo que éste quiere oír… Poniendo el arte al final y la utilidad al principio. El resultado fue el esperado: lo contrataron.

En ese currículo no dice que ya tenía los planos completos del primer avión; del primer helicóptero; del primer submarino; del elevador hidráulico; del salvavidas náutico; de la ametralladora; de la calefacción central; los lentes de contacto y el semáforo. Los otros inventos vendrían después.

Leonardo descubrió dos décadas antes que Miguel Servet, el mecanismo de la circulación de la sangre. Localizo e identifico las válvulas que regulan el corriente sanguíneo, aplicando el mismo modelo a los canales de Venecia, para que los Turcos pudieran entrar pero no salir.

Descubrió, con casi dos centurias de anticipación, el principio y las leyes fundamentales de la hidrostática que harían tan famoso a Blaise Pascal.

Descubrió cien años antes que Galileo que la oscilación de un péndulo, por su regularidad, puede servir para mover máquinas de relojería o de cualquier otro instrumento de precisión. Y antes de la revolución industrial del siglo décimo octavo, Leonardo ya movía sus artefactos a vapor, adelantándose casi trescientos años a James Watt.

Dibujo las ilustraciones del primer libro de arte, llamado la Divina Proporción. Libro en que se hablaba sobre los cánones del cuerpo humano según el arte clásico. Construyo el anemómetro al tiempo que no dejaba de pintar y crear piezas y artefactos musicales.

Fue en Milán donde pinto la Virgen de las Rocas. Una virgen con su niño en el fondo de una cueva oscura en la que la luz entra a la cueva a través del arroyo que la cruza. Razón por la cual podemos ver a los personajes como si la cueca estuviera iluminada. 

Preparo, para darle le bienvenida al Rey de Francia al Ducado de Milán, un león de oro de tamaño natural...

El rey de Francia estaba sentado junto al Duque de Milán cuando ve que el león de oro de Leonardo se yergue en sus cuatro patas, camina leoninamente hasta donde está él. Se detiene frente al rey. Abre sus fauces y empieza sonar el himno nacional de Francia, al tiempo en que salía de la boca del león una lluvia de flores de Liz de plata. Ya imaginarán ustedes el susto y azoro del rey.

Por cierto, y solo como nota, el león de Leonardo término en los hornos de fundición del Duque. Este pensó que era más valioso el oro que la obra en sí.

El rey de Francia, admirado ante el la creación de Leonardo, se lo lleva a Francia donde moriría a los 67 años de edad.

En sus últimos años dejo de pintar y crear. Se dedicó observar y pensar todo lo que le rodeaba. Cuando el Rey de Francia le pide que trabaje, que aún es joven, este le dice que no. Que no tardará en tener dos ataques de los cuales quedará paralitico, por lo que sus últimos años los quiere dedicar a estudiar para aprender.

Los últimos años de su vida fue catedrático de medicina y cirugía en París.

Más que el pintor, escultor, científico y filósofo del Renacimiento. Leonardo viene a ser la figura que nos recuerda que no nos es dable emprender obra alguna si no está respaldada por una garantía espiritual… Pero que al propio tiempo, todas las garantías espirituales deben estar respaldas por un irrestricto conocimiento y apego a la realidad.

Y más si estamos conscientes de nuestra dualidad, ya que el rumbo de nuestro espíritu siempre corre en una dirección contraria a los intereses de la materia, siendo nuestra responsabilidad de que materia y espíritu caminen, como en Leonardo, siempre unidos.

Nos leemos en el siguiente artículo…

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