En artículos anteriores hemos hablado del
Hombre Masa, el Periférico y el Anómalo. Hoy hablaremos de las variables que nos
definen como tal, ya que además de la genética, es la educación y lo que
hacemos con nosotros lo que nos define como Masa, Periférico o Anómalo.
La gran mayoría nacemos Masa. Hay algunas
excepciones que nacen con una carga genética que los posiciona como Anómalos
(el 2% de la población), no obstante es la educación que nos dan y que nos
brindamos a nosotros mismos, lo que, junto con nuestros actos, nos posiciona en
uno u otro perfil.
Hay, no cabe duda, un determinismo
genético. No obstante este no nos asegura o nos exime del éxito. La genética se
tiene que trabajar, magnificar. Si la persona confía todo su devenir a la
genética, encontrara que esta, por si sola, no le asegura nada.
Otro factor a tomar en cuenta es la
oblicuidad. El mundo no es lineal, es oblicuo. Una cosa es lo que vemos,
planeamos y esperamos que acontezca y otra, muy parecida o diametralmente opuesta,
lo que en realidad sucede. La oblicuidad no es otra cosa más que la
incertidumbre, y esta no la podemos prever, no del todo. Siempre está en ella
el azar, con algo agradable o desagradable, pero no previsto. No solo debemos entender que la oblicuidad es omnipresente, sino que además debemos adaptarnos
a ella y responder en tiempo y oportunidad para maximizar o minimizar sus
coyunturas.
Lo que queremos decir con lo anterior, es que no todo es
preparación, también hay que tomar en cuenta la incertidumbre y lo que hacemos
con ella. Sirva para ilustrar lo anterior el siguiente ejemplo: recién
platicaba con varios amigos sobre la preparación y formación de los líderes.
Entre otras cosas se comentó que cuando los padres cifran todas sus esperanzas
en los títulos universitarios de sus hijos, descubrirán, demasiado tarde, que
el titulo era solo una parte del camino, pero no el camino.
Pedro, un cofrade de nuestros círculos intelectuales, nos decía que los títulos son una suerte
de commodity, si lo tienes no pasa nada y si no lo tienes te afecta.
En otras
palabras, si apostamos todo solo a la preparación académica, descubriremos que
esta es una parte importante, pero no determinante. Esta tiene que ir
acompañada de inteligencia, voluntad y carácter. Variables que poseen una
determinada carga genética, pero que es el trabajo que se haga con ellas lo que
determinara el quehacer de la persona y con ella el perfil en el que se ubique.
Educación y formación.
Antes de hablar de la educación y formación
que demanda cada perfil, es menester entender que toda educación es contra
natura. El objetivo de la educación es domar nuestra naturaleza, para que seamos nosotros los que dirijamos a nuestra natura, y no esta la que nos dirija a nosotros.
De ahí el enorme grado de dificultad del docente para enseñar y del discente para aprender. Pretender que el
discente se deje educar es tan iluso como pretender que el fugitivo se deje
atrapar. La educación y la formación siempre van en sentido contrario a la
naturaleza del otro, y por natura, el otro, se va a resistir.
A nada tiende más el ser humano que al confort.
Nuestra naturaleza nos hace buscar lo cómodo, el menor esfuerzo. Observe usted
a sus parientes y amigos. Lo común es que estos, en sus días de descanso, se
echen frente al televisor con una cantidad de comida y bebidas que no necesitan
y que nos les hacen nada bien. Contados son los que aprovechan sus días de
descanso para trabajar en algo alterno, educarse, formarse o ejercitarse. Lo
natural en el ser humano es el confort, no la lucha.
Es importante entender esto debido a que lo
que nos define como Masa, Periférico o Anómalo, tiene que ver más con la
educación y nuestros actos que con la genética. La genética tiene un peso importante,
mas no determinante, salvo en aquellos casos en los que la anomalía es tal, que
no hay forma de ocultarla, pero estos casos son contados y exclusivos de esos a
los que llamamos genios...
Características de la formación de los
perfiles.
Mi editor, quien afirma que
mi forma de escribir es un cuanto más tanto hostil, vive demandando modificaciones en la
estructura de mis artículos con el fin de que estos sean cortos, amables y de
fácil lectura. Esto me ha llevado a realizar cambios en la forma y fondo de los
mismos, ya que lo que mi editor pretende no obedece a mi natura, no obstante haré el
intento de explicar las características de formación de los tres perfiles,
cuidando en todo momento que estos no resulten incómodos al lector.
La sociedad es un yo, indeterminado y
anónimo, que cuando se gobierna, gobierna.
Cuando una persona (indeterminada y anónima) define sus reglas de vida, estas se convierten en reglas de vida para todos
aquellos que deseen ínter actuar con él. No obstante las reglas de los otros
también se convierten en reglas de vida que él deberá respetar para poder ínter actuar con los demás.
Este ser y suprimir que demanda la convivencia
social es lo que hace que la "sociedad te premie cuando te castiga".
Te premia aceptándote como uno de los suyos, siempre y cuando suprimas algunas
partes de tu yo (castigo) para poder convivir con los demás.
La sociedad en su conjunto, siempre ha estado
definida por dos fuerzas antagónicas: una minoría que piensa y una mayoría que
opera. La mayoría que opera está conformada por el Hombre Masa. Este, en
cuanto tal, no se diferencia ni busca diferenciarse de los demás. Se repite en
sus iguales, frecuenta los mismos lugares, hace las mismas cosas, se expresa y siente igual que los demás, y, aunque en el decir trata de ser diferente a los demás, en el hacer es igual que los demás. Ser igual a los
demás le da sentido de pertenencia, le hace sentir que es miembro de una tribu (muy grande por cierto), que es parte de algo basto de lago mayor a él mismo.
El Hombre Masa es aquel que fue educado en un conjunto de fantasías y quimeras que rigen su vida más allá de lo que él mismo piensa...
Fue educado en la tradición, que no es otra cosa más que la democracia de los muertos; en la igualdad, que no existe, es contra natura; en la humildad, que básicamente consiste en aprender a no valorarse; en los mitos, que son creencias sin hechos que
las respalden; y en el ideal, es decir, lo que no es, lo que no existe.
El Hombre Masa, en cuanto tal, no solo no se
diferencia de los demás, sino que se repite en los otros para ser igual que los
demás. No es protagonista, es comparsa. No es tripulación, es pasaje.
El Hombre Masa cree lo que siente, no lo que es.
Es alguien que ignora y renuncia al
deber y derecho de dirigir su propia existencia. Ese idéntico a los demás. Le
es más importante lo espiritual (ser una buena persona -lo que signifique eso) que lo material (construir un patrimonio).
El Hombre Masa le da un alto valor a los respetos
sociales (la opinión de los demás) y a los convencionalismos sociales. Es alguien que olvida que aquel que vive de los respetos sociales, termina siendo esclavo de la opinión púbica. Y esta se gana y se pierde con cualquier minucia.
El Masa está lleno de fantasías, de
irrealidades. No se detiene a pensar nada. Para él todo es normal.
Es normal
estudiar una carrera y subordinar su futuro y el de su familia al libre
albedrío de las decisiones de un tercero. Es normal casarse y tener hijos que
subordinen su futuro a las decisiones de un tercero. Es normal casarse con una
persona para la cual sea más importante la convivencia con la familia
(parientes, primos, etc.) que el desarrollo del individuo (del ego) y la construcción de
una plataforma cultural y económica que proyecte a los hijos a nuevos y mejores
horizontes.
El Masa no piensa, el Masa siente y
cuando siente, siente que piensa…
No obstante lo anterior, es menester reconocer
que hay Hombres Masa que se separan de la Masa. Son los que la redimen. Esos
que nos demuestran que se puede dejar de ser Masa. Esos que muy probablemente van a aportarle a la sociedad, los hijos Periféricos y Anómalos que esta necesita.
El hombre que se separa de la Masa es ese que se
siente mal con su medianía.
Es ese que consiente de que no posee un talento o
distingo que lo separe de los demás, se aísla, se separa, se escucha, se
piensa, se construye y así, sin estar del todo consciente de la magnitud de lo que está
haciendo, empieza a crear y trabajar un distingo que hará que
sobresalga de los demás: su mente, su conciencia.
El Masa que se separa de los demás no es, como
muchos pudieran pensar, un presuntuoso que se cree superior a los demás... Es
alguien que quiere ser superior a los demás.
Es alguien que se exige, que acumula sobre sí
retos intelectuales, espirituales y materiales. Retos que demandan disciplina, dedicación y constancia.
Casi todos nacemos Masa (98%). Lo que nos va
separando o uniendo a los demás, es el si optamos por una vida de máximas
exigencias o una de mínimas exigencias. Una de retos e incertidumbres o una de
estabilidad, confort y seguridad.
El término Masa, Periférico o Anómalo no habla
de una clase social, habla de una clase de ser humano.
Lo que distingue al Hombre Masa del Periférico y Anómalo, es que el Masa tiene una enorme capacidad para minimizar retos y dificultades, tanto propias como
ajenas.
Para el Hombre Masa todo, por ignorancia, les es fácil. Crítica, con la
autoridad moral del que no sabe. Critica a todos por igual, al
Presidente, al emprendedor, al exitoso, al genio, artista o creador. En su
crítica hay una sensación de que él lo podría hacer mejor.
El Masa no conoce su lugar en la sociedad. Las
Redes Sociales le han vendido la ilusión del protagonismo. La transitoria, fatua y estéril ilusión de sentir que ocupa un primer
plano en la sociedad. De ser, a través de sus comentarios y publicaciones, uno de los que dicta y norma opinión. Las Redes sociales le hacen sentir que es parte de esa minoría que rige el destino de
los demás.
La diferencia entre el Hombre Masa, el Periférico y Anómalo, es que estos, como él, se reúnen con aquellos con los que
comulgan en ideas, deseos y modos de ser, salvo que las ideas y propósitos del
Periférico y del Anómalo son tan diferentes a los del Hombre Masa, que éste,
por natura, queda excluido de la convivencia con estos dos.
El Anómalo, por ejemplo, se separa de los
demás por una alta necesidad de estar consigo mismo. Su coincidencia con los
otros Anómalos es secundaria. Se da ya una vez que éste ha formado su
singularidad, no antes.
El Masa que se separa de los demás Masa, es
alguien que edificara en su interior una mente y una conciencia que le permitirá
convivir y aprender de los otros dos perfiles...
Tal vez nunca llegue a ser un
Periférico o un Anómalo, pero cierto es que si podrá brindarle a los suyos una
educación que los posicione como Periféricos o Anómalos.
Todo, no obstante, inicia con una separación: aislarse de la Masa, para encontrarse como individuo y construirse como tal.
En el siguiente artículo hablaremos de las
características de educación que reciben los tres perfiles y la forma en que se
puede incidir en el propio y en el de los nuestros…
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