domingo, 16 de octubre de 2022

Un amor de mentiras.

El titulo de este artículo es poco afortunado, ya que el amor, en cuanto amor, no puede ser de mentiras. Estaría faltando a su esencia. Así pues, el artículo debería intitularse: la ficción en las relaciones de pareja, pero como es muy posible que este nombre no capte la atención de los dos lectores que tengo, decidí, en aras de la mercadotecnia, intitularlo como reza en la cabecera: un amor de mentiras.

Realización y responsabilidad.
El amor, en cuanto amor, se sustenta en dos pilares: realización y responsabilidad. No obstante, la gran mayoría de las parejas se centran en una sola de ellas: la realización. Lo que buscan es que la pareja las realice, es decir, que esta gire en torna a ellas y que las priorice sobre todas las cosas, como si su pareja no hubiese tenido una vida antes de conocerle.

Esto no es privativo de uno u otro género. Se ve en ambos géneros y tiene que ver más con la madurez emocional que con el genero de la persona. Cierto que todos necesitamos encontrar un cierto nivel de realización en la pareja, tanto por lo que esta o este nos hace sentir, por lo que para ella o él somos. No obstante, es menester reconocer que la pareja no te puede dar lo que no tienes.

La pareja ocupa y puebla una gran parte de nuestra vida, pero no toda la vida. De tal suerte que si nuestra pareja no se siente bien consigo misma, no habrá en el mundo persona alguna que le pueda brindar lo que busca y necesita. Todo lo contrario, su exigencia será tan castrante y abrumadora, que terminaremos escapándonos o minimizándonos.  

Reitero lo dicho, ese otro u otra del que nos enamoramos tenía una vida antes de conocernos. Y si lo que nosotros queremos es que esa persona pierda esa vida para estar con nosotros, terminaremos perdiendo a la pareja y a nosotros mismos.

Los seres humanos tenemos una ingente necesidad de realizarnos a través de actividades secundarias a nuestro oficio, ya sea pintando, leyendo, escribiendo o haciendo algo que nos realiza y construye.

Cuando la pareja nos impide realizar eso en lo que nos reflejamos y somos, no solo nos perderemos a nosotros al permitirlo (lo que se permite se repite), sino que además la pareja terminara dejándonos, porque eso en lo que nos estamos convirtiendo, no es lo que la o lo enamoro. La monotonía encuentra cabida justo en el momento en la pareja se pierde a si misma.   

La pareja es para crecer, no para disminuirse.
El primer obstáculo para la realización es la responsabilidad. Una relación de pareja conlleva realización y responsabilidad. Somos responsables del bienestar y de la felicidad de nuestra pareja y del bienestar y realización de nuestra persona. Renunciar a lo que somos por la pareja es caer en irresponsabilidad ante nosotros y ante ella misma.

La pareja no tiene que ser exactamente igual a nosotros, ni compartir nuestras mismas aficiones y realización, pero si respetar las nuestras tanto como nosotras las de ella. Lo correcto es hablar y mediar, pero no marginar.  

Las parejas no parejas.
Cada vez es más común encontrar parejas sustentadas en la realización, es decir, parejas que deciden no asumir la responsabilidad de vivir juntos. Parejas que se ven solo para realizar actividades que tienen que ver con las necesidades de realización de uno u otro, ya sea la relación sexual o salir a tomar un café, viajar o platicar (por mencionar algunas), pero no para hacer la vida juntos. En otras palabras, son personas que lo único que no quieren es tener pareja.

El que esto escribe es un diletante de las artes y de las letras, amén de que me gusta ejercitarme y canalizar a través de la extenuación física, esos impulsos que, no dirigidos, me pueden llevar a cometer actos que no me suman, pero si me restan.

Utilizo el ejemplo de mi persona por ser el más próximo y para no enunciar los de mis cofrades y socios. Si a mi pareja le incordia el tiempo que uso para leer, escribir y ejercitarme, deberé llegar a un acuerdo con ella para mediar entre sus necesidades y las mías, pero si lo que mi pareja desea, explicita o tácitamente, es que yo deje de hacer lo que me realiza por estar con ella, justo en ese momento perdemos la esencia de la relación en aras de la monotonía, ya que el nexo pierde ilación para convertirse en una relación de un solo lado.

Seremos compañeros de cama y tal vez de techo, pero no pareja. El objetivo de vivir en pareja es construirse a través de la realización y de la responsabilidad, pero esta debe ser dual, no solo de una de las partes. Una pareja que exige que sea de un solo dado, no es pareja. Es compañera de cama o de techo, pero no pareja.

Nos leemos en el siguiente artículo. 

5 comentarios:

  1. Podrías escribir acerca de la definición del amor. L

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  2. O que es lo que entiendes tu con esa palabra?

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  3. Cuando la pareja, no es pareja

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  4. Maestro ¿es usted simpatizante del pensamiento objetivista? Que opina de Ayn Rand

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Comentarios y sugerencias