jueves, 17 de septiembre de 2015

Dirección y negocios.

Sentido de Dirección.
Las personas son como las palabras, detentan su poder al dar significado a las cosas que enuncian.

Veamos algunos ejemplos históricos que ilustran lo arriba mencionado:
·         Lo mejor que le pudo pasar al país, es que su destino coincidiera con el mío. Carlos Salinas de Gortari.
·         No te preocupes por las circunstancias: yo soy la circunstancia. Napoleón Bonaparte.
·         ¿Francia? Yo soy Francia. Charle De Gaulle.
·         La única razón por la cual no compito con nadie, es porque no tengo rivales. Alejandro Magno.
·         La historia va a ser amable conmigo. Yo voy a escribirla. Winston Churchill.

Pocas son las personas que le dan significado a las cosas que enuncian. Una de las razones por las cuales no pueden significar las cosas que dicen es debido a que la gran mayoría de la gente tiene una idea muy pobre de sí misma, de tal suerte que les es muy difícil comprometerse a lograr algo que en apariencia excede lo que hasta hoy han logrado.

La identidad de un ser humano no la define su pasado. La define su futuro.
Una persona que posee una visión magnánima de su futuro, creará una identidad acorde a lo que ya sabe que va a lograr, debido a que su querer es mayor que cualquier óbice o contratiempo que se le presente. Por el contrario, una persona que posee una visión pobre de sí mismo, creará una identidad y un campo de acción, tan limitado como su propia visión.

La realidad es que la gran mayoría de la gente carece del Sentido de Dirección. Este emana de la Visión, y si no tienen una visión de futuro de lo que será su vida, mucho menos una dirección.

La gran mayoría de la gente vive inmersa en una rutina que les da seguridad y tranquilidad, amén de que les hace sentir que su vida tiene una dirección. No obstante lo cierto es que esa dirección no es más que un diario quehacer que se repite un día sí y otro también. Quehacer que, en la gran mayoría de los casos, no depende de ellos sino de lo que terceras personas les han asignado como función.

Napoleón decía que el liderazgo es un enorme teatro, donde los actores hacen sus papeles, confiados, sin saber a dónde les llevará el director.

Esto que decía Napoleón es cierto hasta un grado, ya que los actores inmediatos al líder saben, porque así se los hace saber el líder, qué es lo que se quiere lograr y a donde se quiere llegar. No obstante la realidad es que la intención primera y última del accionar del Director, solo la conoce él, razón por la cual Napoleón lo expreso así.

Como ya mencionamos, el sentido de dirección emana de la visión o idea que si tiene de sí mismo. Entre más grande es la visión o idea de sí mismo, más ambiciosa será la dirección.

El sentido de dirección implica tener la capacidad de elegir un futuro y llegar a él.
Para lograr esto es menester tener claro dónde estamos y a donde queremos llegar, amén de conducir a los actores que nos acompañan en nuestro viaje a un escenario en el que cada uno de ellos pueda desarrollar al máximo su carácter, así como sus capacidades intelectuales y empresariales.

El Sentido de Dirección conlleva la grave responsabilidad de brindarle un destino a la organización, conscientes de que en esa elección de destino, habrá algunos que nos quieran acompañar, otros a los que haya que llevar y otros más a los que tengamos que dejar atrás.

Los problemas humanos son tres: saber, poder y querer. Cuando la persona no sabe, enséñale. Cuando no puede, ayúdale, pero cuando no quiere, dale las gracias y déjalo ir.

Por otro lado es importante entender que cuando alguien se queja de que no hay rumbo en la empresa, lo que te está diciendo es que no encuentra su rumbo en la organización.
Él no puede saber el rumbo de la empresa, eso es algo que solo conoce el Hombre Vértice. Los demás tienen una idea del rumbo, no obstante la realidad es que este va tomando forma en la mente de los demás, conforme la empresa va logrando sus objetivos.

Líneas arriba decíamos que el Sentido de Dirección es una elección de futuro. Esto que en letras se lee tan fácil, es, en la vida real, algo difícil de lograr. La razón por la cual la gente no puede concebir el futuro, es porque no piensan en él. Esto se debe a que la gran mayoría de nosotros hacemos del futuro un presente continuado. Dando por sentado que todo seguirá más menos igual. Que no habrá cambios, sorpresas o avatares que nos lleven por un camino distinto.

La elección de futuro es una tarea que demanda intensas horas de reflexión y análisis, amén de una determinación y un carácter que exigirá lo mejor de nosotros mismos.

La elección de futuro es un faro que nos muestra el camino y que nos ofrece un abanico de oportunidades reales e imaginarias que nos pueden acercar o desviar de él. Para llegar a él nos es menester apegarnos a él sin dejar de evaluar las alternativas complementarias que se presenten en el camino, ya que el mundo es oblicuo y como tal nos puede presentar coyunturas o desviaciones que deberemos evaluar y resolver.

Usted posee Sentido de Dirección cuando:
Tiene la capacidad de llegar allí, donde por lo adverso del entorno, nadie cree que sea posible llegar.
Cuando tiene la capacidad de hacer que la gente logre lo que jamás pensó que podía lograr.
Cuando posee la capacidad de hacer que la gente subordine su logro al logro de usted.

Veamos algunos ejemplos del Sentido de Dirección:
·         Vamos a ser una empresa con ventas de 125 billones de dólares en el año 2000 (Walmart, 1990).
·         Vamos a destronar a R.J. Reynolds como tabacalera No. 1 del mundo (Philip Morris, 1950).
·         Vamos a lograr que Adidas sea una marca más. En 30 años la gente solo va a pensar en Nike (Nike, 1960).
·         Nos vamos a convertir en el Nike de las bicicletas (Giro Sport, 1986).
·         Vamos a ser el Harvard del Oeste (Stanford University, 1940).
·         Vamos a ser el número 1 - 2 en todos nuestros mercados y revolucionar nuestra compañía, teniendo la fuerza de una corporación y la agilidad de una pequeña empresa (General Electric, 1980).
·         Mi automóvil será tan económico que todo ser humano con un salario decente podrá adquirirlo y disfrutar con su familia la bendición de pasar horas en el campo con la naturaleza. Cuando yo termine mi tarea, todo el mundo podrá poseer un automóvil y lo tendrá en nuestras calles y carreteras. No habrá más caballos. El automóvil será lo más normal. Como consecuencia, ofreceremos buenos empleos a miles de personas (Henry Ford, 1900).
·         Vamos a durar hasta que se acabe el mundo, y cuando llegue ese día, cubriremos la noticia y cantaremos: Más cerca mi Dios de Ti. Y luego echaremos el cierre (Ted Turner. CNN.)

Sentido de Negocio.
Si el trasero de tu ropa se desgasta más rápido que la suela de tus zapatos, es porque estás haciendo negocios en el lugar equivocado.

No cabe duda que tratar de hacer negocios leyendo teoría empresarial, es tan útil como hacer el amor por correo. Se aprende a hacer haciendo. La teoría empresarial es más una hipótesis que una teoría. La realidad es que los negocios tienen poco que ver con lo que los libros dicen.

Los negocios demandan de una alta conjugación del sentido común y del sentido de la oportunidad. No obstante estos por si solos no garantizan nada. Si estos no van acompañados de una alta capacidad de riesgo y de una alta capacidad e enfoque, para lo único que le van a servir es para identificar las oportunidades y dejarlas ir.

No obstante lo anterior nos vamos a centrar en uno solo de los atributos arriba mencionados, ya que este nos va a ser de suma utilidad, más allá de que seamos empresarios, coempresarios o empleados.

Se dice y se dice bien, que el cementerio está lleno de gente que se consideraba imprescindible, y es cierto, el panteón no sería lo mismo sin ellos. Mucha gente se cree indispensable en la empresa en la que trabaja, cuando la realidad es que muy pocos lo son.

Una pregunta obligada que usted se tiene que hacer como empresario, es: ¿qué porcentaje de su nómina incide de manera directa en el resultado de su empresa? En mis devenires como consultor de negocios conocí una empresa en donde el director de finanzas generaba el 20% de las utilidades de la empresa.

Los demás, aunque importantes, eran reemplazables. Sin embargo el director de finanzas era clave. Si éste se iba de la empresa, esta se vería afectada nada más en el 20% de los resultados de la empresa. Ni que decir que esta persona tenía un trato preferencial en la empresa, ya que no todos somos iguales y justo es reconocer las diferencias.

El problema con el sentido de negocios es que muy pocos tienen clara la diferencia entre lo que hacen y lo que logran. Hacemos muchas cosas, logramos pocas.

La gente lo que quiere es trabajar, no ganar dinero.
Recién realice un experimento, en el que invite a un buen número de personas a invertir en un negocio que en apariencia se percibe de alto riesgo. Tanto por lo novedoso del tema (un tema que la mayoría de ellos desconocían), como por la incertidumbre que este les generaba.

Recordemos que la gente lo que quiere es trabajar, no ganar dinero. Cuando se les invita a un negocio en el que tienen que invertir para ganar dinero sin trabajar en una rutina en la que hay horarios, responsabilidades operativas, días de trabajo y descanso, lo perciben como algo dudoso o engañoso.

Me queda claro que toda su experiencia está en el quehacer operativo. A esta gente se le dificulta tomar el rol de un inversionista y mucho menos el de un especulador.

Un inversionista es inversionistas debido a que no le gusta operar, no obstante esto no quiere decir que no trabaje. El análisis de la inversión, la revisión de los resultados y la definición de rumbo que deberá tomar el director operativo, es una tarea que compete al inversor.

Lo mismo pasa con el especulador. Este, amén de investigar, estudiar, analizar toda la información del mercado, del entorno, de la empresa, de los directores operativos y de la competencia, debe decir si compra o no acciones de dicha empresa o si invierte en operaciones de riesgo ante una posible venta o fusión.

Esto, que no se ve como trabajo operativo, hace que mucha gente no tome oportunidades por el solo hecho de que operan en formas diferentes a las que están acostumbradas.       

Regresemos al experimento… A todos los que se les invito, se les hizo saber que la venta del producto que tenían que comprar era segura. La incertidumbre estaba en el tiempo de respuesta, ya que yo no me podía comprometer a una fecha de pago.

Lo único a lo que me podía comprometer es a reconocerles el porcentaje de utilidad acordado. Porcentaje que se les respetaría a mes a mes. De tal suerte que si la utilidad de un mes era del 2%, y la operación se llevaba tres meses, la utilidad que ellos recibirían seria de 6%.

Muchos de los considerados optaron por declinar la invitación, para continuar su diario quehacer, inmersos en una rutina llena de actividades, horarios, reglas y procedimientos. Lo cual está muy bien, pero difícilmente los va a sacar del lugar donde están.

Son personas que nunca se preguntan: ¿qué aporto, de manera clara, precisa y concisa, a los resultados del negocio? ¿Lo que aporto hace de mí un elemento reemplazable o un elemento clave? ¿Lo que hago me va a servir para construir la plataforma patrimonial que los míos necesitan para el futuro?  

El sentido de negocio demanda una alta capacidad de enfoque. Tal vez usted no tenga la madera de inversionista o de especulador, no obstante si usted constantemente cuestiona la utilidad de lo que está haciendo, podrá delegar lo que aporta poco para centrarse en lo que aporto mucho, mejorando con ello su posición dentro de la organización empresarial en la que labore y con ella su posibilidad de construir un futuro mejor.  

Veamos algunos ejemplos del enfoque de negocios.

John D. Rockefeller.
Hijo de un hombre que vivía de engañar a la gente y que poco o nada se ocupó de él, se dedicaba de niño a recolectar piedras, las cuales pulía, pintaba y vendía a sus compañeros. Llego a juntar $50 USD, los cuales se los presto a un amigo de su padre al 7% anual, llevando un registro de sus ganancias así como del dinero que colocaba a préstamo.

A los 16 años de edad consiguió un empleo como corredor de granos y contador, con un sueldo semanal de 4 dólares. Detallaba los movimientos de la compañía en el libro mayor y en la noche los estudiaba para buscar oportunidades en el precio de compra y venta que se le hayan pasado en el momento.

Esto, que para todos los demás es un simple registro del Debe y del Haber, lo llevo a ver en los números el Debiera Haber del negocio, captando así las complejidades y oportunidades de lo que hacía en su calidad de corredor de granos.

Jhon Pierpont Morgan.
Toma posesión de la dirección general del banco a los 19 años de edad, creando con su dirección un nuevo orden mundial. Es el artífice de la globalización de las finanzas. En lugar de centrarse en las operaciones tradicionales de la banca, se aboco a estudiar las oportunidades que esta ofrecería en el ámbito internacional.  

Lo que le llevo a crear algo impensable para la época. Es el creador de las fusiones empresariales. Llevando a cabo fusiones empresariales en Europa, India, África y América.

J.P. Morgan fue el primero en organizar conferencias y sindicatos empresariales, patrocinando el costo de los mismos con la intención de crear una cultura industrial que contemple el largo plazo como concepto de riqueza.

Crea la General Electric en 1891, la Federal Steel Company, la Corporación de Acero de Estados Unidos y la International Mercantil Marine.

Se especializo en comprar empresas con problemas, tanto en Europa como en los Estados Unidos. Las compraba no para venderlas, sino para hacerlas rentables a través del rediseño de sus procesos operativos, administrativos y financieros. Lo que significa que compraba los pesos a centavos.

En la quiebra de Estados Unidos, le vende la idea al Presidente de crear un sindicato privado en Wall Street, prestándole a la nación el 65% de las reservas de oro que el país necesitaba para la emisión de Bonos, culminado esto con la creación de FED (Sistema de Reserva Federal).
Muchos antes y después de él, han tenido bajo su responsabilidad la dirección de un banco, circunscribiéndose la gran mayoría de ellos a las transacciones financieras. Él, sin descuidar lo anterior, se enfocó en algo más que eso, en desarrollar una política económica que sigue vigente hasta nuestros días.

Henry Ford.
Ford abandona su casa a los 16 años de edad para iniciar como aprendiz de mecánico en Detroit. A los 15 gozaba fama de relojero. Podía armar, desarmar y mejorar cualquier reloj que le pusieran enfrente.

Creo tres empresas y las tres las llevo a la quiebra, ya que para él era más importante mejorar las unidades que venderlas.

Su objetivo era crear un carro sin caballos que pudiera comprar todo el mundo. La libertad de movimiento que lo hizo salir de casa y no conservar ningún empleo, fue la misma que quería darles a todos los demás.

La investigación de mercado le decía que lo que la gente querría eran caballos más veloces. Ford ignoro lo que le pedía el mercado y concentro todas sus energías a desarrollar un carro sin caballos que revolucionara al mercado y a la sociedad.

Charles Merril.
Merril se inició como corredor de valores a los 22 años de edad. Oficio en el que se requerían tres cosas que él no tenía: apellido, relaciones y contactos.

Esta carencia, en conjunto con su antropología, lo llevo a buscar otros mercados; así, cuando los demás corredores de bolsa veían solo el mercado de la gente con dinero, Merril se enfocó única y exclusivamente al enorme mercado de la gente sin dinero.

Esto le permitió convertirse en la segunda casa de corretaje más grande de Estados Unidos.

Walter Elías Disney.
Disney creció en un entorno de extremada violencia. Con un padre que lo golpeaba y trataba peor que a un esclavo. Este entorno comando en él y en sus hermanos diferentes reacciones.

Los hermanos mayores de Walter huyeron de casa al tiempo que él se refugiaba en su imaginación, construyendo una realidad alterna a través de garabatos en los que caricaturizaba los animales con los que jugaba.

Lo álgido de su entorno combinado con su estructura antropológica, lo llevo a crear un mundo nuevo.

Muchos antes y después de él han vivido en ambientes sumamente hostiles, y muchos otros han tenido que trabajar en su propia casa como peones de granja, durmiendo con los animales que cuidaban, no obstante él tuvo la capacidad de evadirse de la realidad creando una nueva realidad a través de la fantasía, pero sin vivir en ella.

Elías Disney vio en esto una oportunidad, al entender que todos tienen necesidad de evadirse intermitentemente de la realidad a través de la fantasía. Se enfocó en ella y gracias a ello es que hoy los niños de casi todo el mundo disfrutan de las películas y personajes de Disney.


Nos vemos la siguiente semana con un tema de carácter antropológico.

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