lunes, 31 de marzo de 2025

Un problema psicosocial.

Siempre ha existido un cierto grado de escepticismo inteligente que nos ha llevado a negar, en el peor de lo casos, o relativizar, en el mejor de ellos, la realidad que nos presentan... Y es gracias a ese escepticismo que nos ha sido menester investigar y analizar más allá de lo que lo habíamos hecho, en eras de vender, persuadir o incidir en la argumentación del otro. Este tipo de relativismo escéptico e inteligente es el que nos ha ayudado a mejorar en lo individual y comunal.

Sin embargo, en el decurso del siglo hemos ido migrando de un escepticismo inteligente a una argumentación identitaria, emocional y dogmática, que ha dividido a los seres humanos en un: ellos o nosotros.

Esta equivoca y miope separación se radicalizo tanto, que hasta se llegó a creer que lo más inteligente era mantener distancia de aquellas personas o grupos con los que no se pudiera argumentar en base a hechos y razones. Tan es así que lo más común era escuchar la frase de: cada uno con su vida o la de aquí no juzgamos a nadie. Frases que en sí mismas no son otra cosa más que el disfraz elegante de: tu vida me importa un carajo.

El problema de esta radicalización de unos y distancia de otros es que poco a poco fuimos desarrollando una insensibilidad abúlica no solo a los abusos y violaciones a la integridad de las personas, sino también a las manifestaciones de violencia y criminalidad en la sociedad, al nulo hacer de los gobiernos y, desde hace algunos años, al poco valor que las empresas le están dando al factor humano.
 

Fenómenos psicosociales.
Cada vez es más palpable el hecho de que los seres humanos nos hemos centrado tanto en la fantasía que nos brindan las pantallas de nuestros aparatos, que hemos llegado a ser más empáticos con lo que vemos en ellas que con lo que le sucede a ese otro de carne y hueso que interacciona con nosotros en lo comunal, social o laboral (sensibilidad ante las pantallas, insensibilidad ante las personas).

Es común ver en aeropuertos, restaurantes y cafés a parejas más atentas al acontecer de sus pantallas que a la pareja en sí. Lo mismo acaece en el combés de lo familiar. Los miembros de esta han desarrollado una forma de vida en la que irónicamente están solos, juntos…, dedicándole más tiempo y atención a las pantallas de sus aparatos que a sus familiares.

A mayor vació existencial, mayor uso de las redes sociales.
Una persona con un alto sentido de misión, poco tiempo y valor les da a las redes sociales. Esto no quiere decir que no tengan valor. Lo tienen. De hecho, son muchas las empresas y agentes empresariales que las usan como lo que son: un medio para llegar a más mercado. No obstante, la gran mayoría de las personas las usan como divertimento. No para aprender, no para hacer negocio, solo como distracción.

Lo cual nos hace patente otro fenómeno más: la gente gasta más tiempo y dinero en entretenimiento que lo que invierte en educación. Lo que la postre se verá reflejado en su desarrollo personal y económico. A menor preparación, menores posibilidades de identificar y capitalizar oportunidades.

Cierto estoy de que no le estoy diciendo nada que no sepa o de lo que no esté consciente, sin embargo, lo que me impulso a escribir estas letras no es lo que está aconteciendo, sino un fenómeno psicosocial que está en gestación y que nos va a sorprender en los próximos años.

La riqueza la crean las personas, no el dinero.
La razón de mi afirmación obedece al hecho de que cada día es más patente el que la insensibilidad abúlica con la que se vacuno el ser humano en lo individual y que por obvias razones se extendió al ámbito de lo social y gubernamental, llego en el último lustro de este siglo al combes de lo empresarial. Cada vez son más las empresas a las que se les ha olvidado que los negocios no se hacen con dinero, se hacen con personas.

El factor humano, que dejo de ser importante en lo individual, en lo social y en lo gubernamental, está perdiendo valor en el quehacer empresarial. Y esto va a hacer que poco a poco las personas regresen al origen y retomen o formen nuevas creencias. Lo que los llevará a manifestarse de formas no vistas en la sociedad, en los gobiernos y en las empresas. Cuando esto suceda (y estamos en la ante sala de ello), nos va a tocar ser testigos y actores de tiempos convulsos en todos los ámbitos del quehacer humano.

Esto, aun cuando aún no estemos del todo conscientes, es algo que ya está en marcha. Pero como todos los fenómenos psicosociales va a necesitar de un amplio espacio de tiempo antes de que sea palpable a todos.

En el inter va a ir creciendo la inconformidad de las personas y de la sociedad, y con ella las presiones a los gobiernos, en donde es factible que la sociedad elija a personas cada vez más autoritarias al frente de los gobiernos o que estos, en un afán de esconder sus incompetencias, desvíen la atención de sus ciudadanos a enemigos externos, conflictuándose comercial, política y diplomáticamente con otros gobiernos (invención para la desviación).

Ante esto es menester tomar en cuenta que se nos vienen años convulsos de alta incertidumbre social, económica y política…

Le corresponde a usted decidir qué es lo que habrá de hacer para sortear los tiempos que se vienen.

Nos leemos en el siguiente artículo.

miércoles, 19 de marzo de 2025

Los empresarios ante Trump.

En un artículo previo intitulado: “El inquietante segundo cuartil”; comentó parte de lo que está aconteciendo y de lo que es posible que suceda ahora que Donald Trump regreso a la Casa Blanca. 

En el de hoy trataré de crear un espacio de reflexión para todos esos empresarios que han tenido a bien compartirme lo que está acaeciendo en sus empresas. Muchos de ellos del sector maquilador y otros con coinversiones México - Americanas instaladas en nuestro pais.

Todos, en mayor o menor medida, están enfrentando presiones de su casa matriz o de sus socios americanos para llevarse la producción a otro país, en aras de sortear los aranceles que está imponiendo el Presidente de Estados Unidos.

Entiendo que nada obstaculiza más la inversión, planificación y ejecución de un negocio que un entorno adverso en el que la incertidumbre del ir y venir del marco regulatorio de los gobiernos, cambian de un momento a otro… No obstante, si logramos poner un poco de distancia y hacemos un análisis de lo que está pasando, es posible que podamos hacer una mejor toma de decisiones respecto al devenir de nuestras empresas. 

Aranceles e inflación.
Es importante anotar que la inflación proviene de un gasto gubernamental excesivo, no de los aranceles. Estos generan una alza de precios de determinadas mercancías o productos, pero no una inflación generalizada.

El otro tema para considerar antes de analizar las variables económicas es entender que la pérdida de valor que se sufrió en Wall Street (10%), obedece más a una ajuste en la sobre valoración que han tenido las acciones y a una toma de utilidades, que el hacer político de Donald Trump. No obstante, reconozco que es una muy buena excusa atribuir la baja de mercado a la incertidumbre que genera el accionar de la Casa Blanca y no a la toma de utilidades de los grandes especuladores del mercado accionario. Estimo que el ajuste a la baja oscile entre un 2% y 4% adicional, para iniciar después el lento proceso de recuperación.

Son cinco los fundamentos económicos que conforman el PIB de un país:
Gasto público;
Gasto privado;
Inversión privada;
Importaciones;
Exportaciones.

Gasto público (gubernamental).
Según las cifras oficiales, en el periodo presidencial de Joe Biden el gobierno ejerció un gasto total de 25,98 billones de dólares, lo que representó un incremento del 36.11% y una inflación máxima de 9.06%, cifra no vista desde 1981.

El gasto público crea un falso crecimiento, ya que es un gasto circular. El gobierno le hace llegar más dinero a los hogares, estos compran más cosas y las empresas y tiendas pagan más impuestos. Es un gasto que hace circular el dinero, pero que no genera riqueza. De hecho, entre mayor es el gasto público de un pais, menor es la inversión privada que se hace en él.

El gasto publico compra votantes y a algunos empresarios (los favorecidos por las obras de gobierno), pero no crea riqueza.

Donald Trump, más allá de sus equivocadas formas y exabruptos, está haciendo lo que debe de hacer: reducir el gasto público. Lo que indudablemente generará una fuerte contracción económica, pero no una recesión. Tiene de aquí a septiembre para hacer los ajustes que necesita, ya que le es menester lograr que la reactivación de la inversión privada sea una realidad palpable en los bolsillos de los votantes a partir del último trimestre del año y todo el 2026, con la finalidad de que los votantes no lo castiguen en las elecciones intermedias.

Nota: Entre los gastos que suprimió, fue la ayuda que se le daba a los hombres transgénero para evitar que quedaran embarazados (parece broma, pero no lo es).

Gasto privado.
El gasto de los hogares y ciudadanos conforma el gasto privado. Este crece de manera sostenida si proviene de la inversión privada, es decir, de lo que ganan los ciudadanos trabajando en la transformación de materias primas en productos o en la generación de servicios. Crecen los salarios y crece también la seguridad en el empleo, debido a que este no depende del gobierno sino de la inversión de los empresarios y del trabajo de la gente. El ahorro de los hogares en estos casos llega a niveles que fluctúan entre el 6.1% y el 8.2%.

El gasto de los hogares crece de manera artificial cuando emana del dinero que el gobierno aporta a los hogares. Este tipo de gasto genero en Estados Unidos una tasa de ahorro en el 2024 de 2.2% (es de naturaleza humana estimar en poco lo que cuesta poco). 

Inversión privada.
La excusa que usan los gobiernos para incrementar el gasto publico es que estos asumen riesgos que no asumen los empresarios. La diferencia entre el gasto público y la inversión privada es que los empresarios invierten en proyectos en los que la viabilidad de futuro garantiza un retorno de inversión, que a la postre será usada de nuevo para invertir en otros proyectos, que es lo que genera un crecimiento real de la economía. 
 

Importaciones y Exportaciones.
Permítame la libertad de tratar esos dos temas de manera conjunta, ya que ambas están vinculadas a los tratados comerciales que las naciones acuerdan entre sí. Los aranceles son una medida política de corta duración (entre seis y ocho meses) y se usa más para negociar acuerdos políticos que tratados comerciales. En cuanto los paises lleguen a acuerdos, los aranceles se ajustan o se eliminan.

Si Donald Trump desea que la industria estratégica regrese al pais ante la posible crisis o enfrentamiento que se dé con otras naciones, necesita crear exenciones fiscales que estimulen el regreso de esa industria. La otra, la que no es estratégica, no tiene por qué regresar al pais, ya que le restaría competitividad en el mercado internacional y ese es un lujo que no puede permitirse. 

Los empresarios ante Trump.
Es importante que los empresarios tomen en cuenta que los aranceles son una medida política, es decir, que estos desaparecerán en un ventana de tiempo de corta duración. El inquilino de la Casa Blanca sabe que sí no elimina los aranceles, perdería mayoría en ambas cámaras y necesita de estas para consolidar su proyecto político.

La otra variable para considerar es el enorme costo que representa mover la producción y más si ese movimiento es para sortear un problema que desaparecerá en cuestión de meses. Si usted mueve su producción a otro pais, lo que va a encontrar es que los aranceles van a desaparecer meses antes de que la nueva locación lleguen a los niveles de producción y calidad que tiene en la actual.

Donald Trump es un hombre espectáculo que gusta del aparador y que trabaja de cara a sus votantes, y si bien es cierto que mucho de lo que esta haciendo en lo referente al gasto público es correcto, también lo es que casi todo lo demás que tiene que ver con el comercio, es humo.

De lo geopolítico no vale la pena hablar, ya que eso lo explicamos en el articulo anterior: El inquietante segundo cuartil.

Mi sugerencia es que haga a un lado el humo de lo que dice el hombre espectáculo y evalué lo que debe hacer, pero hágalo en base a datos duros y con una mira que este más allá de lo que dicta la cortina de humo.

Nos leemos en el siguiente artículo.

 

 

 


martes, 11 de marzo de 2025

El nuevo ciclo de la fantasía.

La fantasía es inherente al ser humano. Es ese lugar del imaginario que habitaron nuestros ancestros y en la que vivimos buena parte de nuestra infancia, adolescencia y adultez.

La fantasía fue la reina de la literatura hasta mediados del siglo XIX, que es cuando irrumpió al mercado la literatura de anticipación, la cual rebautizamos con el nombre de ciencia ficción entre la segunda y tercera década del siglo XX. Esta domino casi todo el siglo. Y, si bien es cierto que hubo momentos en los que compitió con obras magistrales de la fantasía, también lo es que la que impero fue la literatura de anticipación, por lo menos hasta la década de los ochenta del siglo pasado.

La ciencia ficción empezó a desdibujarse las tres últimas décadas del siglo pasado. Lo que causo su lenta y después acelerada perdida de dominio, fue la materialización en la vida real de muchas de sus anticipaciones. Primero en el ámbito gubernamental, después en el quehacer empresarial y, por último, en los hogares y en el quehacer cotidiano de los individuos.

El desarrollo tecnológico ha permitido que la materialización de todo eso que antaño fue ficción, sea constante, progresivo y acelerado. Lo que ha hecho que las continuas innovaciones que llegan al mercado tengan un intervalo de dominio muy corto. La velocidad de irrupción es tal, que antes de que el usuario termine de explorar todo lo que la nueva tecnología le ofrece, aparece otra mejor y más barata.

Antes de que las ficciones se materializaran en la realidad, hacer ciencia ficción era un trabajo en el que el escritor no solo debía ahondar en lo más profundo de él y de sus conciudadanos para identificar todas esas ideas que poblaban el inconsciente colectivo de la sociedad (productos que, si existieran, les harían la vida más amable), sino que además demandaba un extenso trabajo de investigación en las revistas científicas de la época y en las oficinas de patentes…, aun cuando Charles H. Duell, Alto Comisario de la Oficina de Patentes le dijera al Presidente de Estados Unidos, William McKinley, que había que cerrar la oficina de patentes, ya que “Todo lo que puede inventarse ya ha sido inventado”.   

Las oficinas de patentes presentaban un cúmulo de concepciones con las que una buena mente y pluma podían hacer maravillas. Algunos autores, con mayor capacidad para identificar y analizar lo que subyacía en el inconsciente colectivo, escribían novelas en las que la gente se podía teletransportar, comunicarse vía teléfono o video llamada desde un aparato que portaban consigo. Tener enseres domésticos e incluso programarlos para que estos funcionaran aun cuando no estuvieran en casa. Y así como estas, una suma de cosas más.

La realidad es que la materialización no solo no ha dejado de irrumpir en la realidad, sino que está ya va mucho más allá de lo que algún escritor puede imaginar o identificar en el inconsciente del mercado. Esta acelerada e irrefrenable innovación e irrupción tecnológica es lo que ha hecho que la ciencia ficción este muy por debajo de los estándares de edición que tenía a mediados del siglo pasado.

Hoy es más difícil crear una literatura de anticipación que sorprenda y atrape al lector. Son tantas las innovaciones tecnológicas que llegan mes a mes al mercado, que es posible que el escritor aun no termine de escribir su obra, cuando esta sea rebasada por la realidad. Sin embargo, la literatura de fantasía no ha hecho más que explotar.

La literatura de fantasía es un espacio de evasión que nos lleva a un mundo imaginario que nos hace cuestionar la realidad. No porque los escenarios que está presente sean mejores que la realidad, sino porque presenta facetas del hacer humano que al leerlas nos sorprende el cómo siendo tan cotidianas, no hayamos reparado en ellas con la atención que hacemos al leerlas.

Así como la literatura de anticipación debe identificar y plasmar las necesidades que subyacen en el inconsciente colectivo de la humanidad, la de fantasía debe ahondar en la mitología, en los arquetipos y, de manera muy especial, en el viaje del héroe. La primera tiene un substrato tecnológico y antropológico. La segunda, antropológico y mitológico.

La ciencia ficción es una ventana al futuro que estimula la creatividad del lector. No sucede así con la de fantasía. Esta es un viaje al pasado que reconecta al lector con sus orígenes y con esa irrefrenable e imperiosa necesidad de querer ser mejor.

Si en algún lugar destacan las cualidades del ser humano y lo que este debe trabajar para construir en sí una nueva y mejor versión de sí mismo, es en la literatura de fantasía. En ella, el Villano, ya es... Jamás vamos a ver en la literatura de fantasía a un Villano que este en proceso de construcción. Siempre nos lo presentan hecho. El Villano representa todos los males, obstáculos y contratiempos con los que nos topamos día a día. El Héroe, por el contrario, nunca nos lo presentan hecho. Este se debe construir como nos construimos todos en la vida…, a través de un largo, arduo y azaroso camino.

La inteligencia del mal, si es que eso se le puede llamar inteligencia, no es más que una elección simplista entre el bien y el mal. Entre lo difícil y lo llano. Opción en la que el ser humano renuncia a pagar el precio de la auto edificación, permitiendo que el Homo demens que habita en él lo lleve a un interminable y continuo descenso de sí mismo.

Como contra parte tenemos al Héroe. Este representa al Homo sapiens. Al hombre que trabaja día a día para domeñar sus instintos. El que escoge entre dos bienes el mejor y que brega constantemente contra esa natural tendencia que tiene el ser humano al confort y al camino fácil.

La literatura de fantasía, al capturar el pleno de nuestra atención (cosa necesaria al leer), nos hace evidente lo que por común dejamos de ver: el arduo, pero satisfactorio andar de los protagonistas para vencer cuanto obstáculo se les presente en aras de conseguir un bien mejor para sí y los suyos.

La literatura de fantasía ira de la mano con el avance tecnológico. Entre mayor sea este, mayor será la edición de nuevas obras.

Estamos pues, ante el nacimiento de un nuevo ciclo…, que lo disfrute.

Nos leemos en el siguiente artículo.

 

sábado, 8 de marzo de 2025

El inquietante segundo cuartil.

La historia no se repite; rima, sin embargo, hay ocasiones en la que los hechos nos parecen tan discordantes que nos es imposible encontrar una secuencia que los conecte con los anteriores. En estos casos es cuando decimos que estamos entrando a una nueva era, cuando la realidad es que entramos a ella entre diez y quince años antes.

No nos dimos cuenta de que estábamos entrando a un nuevo tiempo debido a que el cambio se dio de manera lenta y progresiva. Conforme estos fueron ganando lugar, el ritmo se aceleró hasta el momento en que la celeridad fue tal que lo percibimos disruptivo, pero no es así. Es un cambio que se venía gestando de tiempo atrás.

La “crisis de las instituciones”.
En esta rima de la historia vemos que el intervalo compuesto entre año 01 al 25 de un siglo, la “crisis de las instituciones” son la norma. Es un periodo en el que las instituciones construidas cincuenta años atrás se empiezan a derruir, acelerando su descomposición conforme nos acercamos al vigésimo quinto año del siglo. Al llegar al fin del primer cuartil es imposible no darse cuenta de la destrucción de las instituciones y del puntillismo e inestabilidad que esto conlleva. Lo cual no es más que el preludio de lo que se avecina. Un segundo cuartil en el que los criterios políticos y jurídicos del pasado son rechazados, pero sin un modelo o sistema que los remplace. 

 La “crisis de la crisis”.
En la segunda rima de la historia nos encontramos con la “crisis de la crisis”, la cual se suscita en el periodo compuesto entre el año 26 y 50 del siglo. Es un intervalo de alta volatilidad política, social, económica y financiera en el que la potencia dominante se enfrenta comercial, financiera, tecnológica y militarmente a la potencia entrante. Este ciclo es de suma importancia, ya que el que controla el comercio mundial, controla la moneda. Si la potencia dominante pierde el dominio de los mercados, pierde el uso de su moneda y con ella su lugar en el mundo.  
 

El enfrentamiento en este ciclo es brutal e inexorable. Y en la rima de la historia siempre ha sido la potencia dominante la que, en nombre de la paz, propicia el enfrentamiento con la potencia entrante. Esa que inteligente y pausadamente ha ido ganado los espacios de abastecimiento de materias primas, así como los espacios comerciales, tecnológicos y geopolíticos que la potencia dominante dejo atender en aras de buscar una mayor rentabilidad. O esos otros que descuido o dio por sentados.

En este intervalo la potencia entrante se retrae o enfrenta a la dominante en función de sus variables demográficas, tecnológicas, de recursos naturales y economía. A esta lo que le ocupa es el comercio, no la guerra. Y entre más tiempo logre frenar esta, mayores oportunidades tendrá de salir bien librada.
 

Aranceles y geopolítica.
Podemos ver el tema de los aranceles desde el ámbito del comercio o desde el combes de la geopolítica y la seguridad nacional. Lo cierto es que el comercio y la geopolítica son consustanciales. No puede ir uno sin el otro. Entre más comercia un pais con el mundo, más afianza su geopolítica y su moneda. Este pierde influencia y poder en la medida en que pierde cuota de mercado y con ella, presencia política. 

La potencia dominante, consciente de un posible enfrentamiento a futuro con la potencia entrante, hará lo necesario para:
1) Situar dentro de sus fronteras la industria esencial de su país, vía la imposición de aranceles o exención de impuestos;
2) Desarrollar la tecnología que le permita atenuar sus debilidades, ya sean demográficas, de materias primas o energéticas;
3) Blindar sus fronteras con esquemas de seguridad que le permitan tener control de lo que acaece en su pais y en el de sus vecinos inmediatos. El objetivo es que estos no representen un riesgo para su seguridad, aun cuando el conflicto se dé en el extrarradio de sus fronteras (en este caso, de sus mares).

La potencia entrante hará todo lo posible para provechar el intervalo de espera que se da en las negociaciones diplomáticas o arancelarias del segundo cuartil, para neutralizar los embates de la potencia dominante a través de un desarrollo tecnológico que lo situé por arriba de está, así como un mayor posicionamiento y control en el abastecimiento de las materias primas estratégicas para ambos contendientes y del establecimiento de acuerdos comerciales que les permitan lograr una simbiosis que beneficie a los dos… Y es justo en este renglón, donde puede surgir el conflicto. 

Conflicto de poder.
El presidente de Estados Unidos de Norteamérica puede concitar la paz o provocar la guerra. La persona que ocupa el Salón Oval es, geopolíticamente hablando, el hombre más poderoso del orbe. Sin embargo, el poder que este ostenta fuera de sus fronteras se ve sensiblemente disminuido dentro de ellas. 

Los lideres económicos y financieros de su nación ostentan más poder dentro de las fronteras del país, que el aparato político de este. Es cierto que los políticos pueden obstaculizar el poder de determinados agentes económicos y financieros, pero no el de estos como asociación o grupo de poder (U.S. Chamber of Commerce entre otros). 

El poder del Presidente en Estados Unidos guarda un frágil equilibrio. Tanto poder tiene este para afectar los intereses de los grupos de poder como poder tienen estos para obstaculizar su gestión.  

La posibilidad de un conflicto bélico se da cuando el poder político, militar, económico y financiero están de acuerdo…, y el mejor ejemplo de ello es Alemania en la Segunda Guerra Mundial y Rusia en la de Ucrania.

Si el hombre que ocupa el Salón Oval propicia un enfrentamiento bélico sin el apoyo de al menos dos de las tres partes, está condenado a fracasar. Necesita el concierto del poder económico y financiero y este no es fácil de lograr.

El concierto de estos no es permanente. Concordaran en algunos temas, siempre y cuando estos les representen un mejor posicionamiento de mercado y una mejor utilidad. A estos no les mueve el poder político. Cuando el empresario se mete a político, no termina bien. Un ejemplo de ello es que el empresario más rico del país está teniendo serias perdidas de mercado en su empresa automotriz. La gran interrogante es hasta cuando los accionistas de la empresa lo van a sostener o defenestrar del consejo. Si este no renuncia a su hacer político, lo único que salvaría a la empresa es su defenestración.

Los aranceles que esta imponiendo el inquilino de la Casa Blanca obedecen a un posicionamiento de seguridad nacional y geopolítica. Un ejemplo de ello son los aranceles a la Unión Europea, aliados de Estados Unidos desde la Segunda Guerra Mundial. La Unión Europea está indignada por los aranceles que le impusieron, aun cuando esta subida de tarifas deja a los que tiene está sobre USA en un 2.5% arriba.

Los aranceles a los socios del TMEC, no son comerciales, son de geopolítica y seguridad nacional en lo referente a México. Un pais que no representa amenaza alguna para la competitividad de Estados Unidos, pero si en cuanto inseguridad, narcotráfico y orden jurídico. La presión de los aranceles va a disminuir en función del orden que México ponga en casa.

Los aranceles a Canadá son de presión política y, por ende, injustificados e inoperantes. Lo que llama la atención de todo esto, amén de lo ya mencionado, es el despropósito de formas que guarda el ocupante del Despacho Oval, lo cual puede generarle una acusada pérdida de credibilidad y de poder dentro del mismo Estados Unidos. 

El intervalo de la “crisis de la crisis” es el más volátil e incierto de todos. Si hay un cuartil en donde es menester cuidar los recursos es en este. La prudencia en el gasto y en la inversión se vuelven temas de primer orden.

El problema por vencer es la inercia de gasto de los hogares. Los que lo logren podrán sortear la incertidumbre y volatilidad con más holgura, pero no se olvide…

¡Va a ser un intervalo difícil!

Nos leemos en el siguiente artículo.