jueves, 21 de septiembre de 2023

Un cambio de sentido en el amor.

El amor, en sus inicios, opera en la parte dionisiaca (novedad, ilusión, emoción, placer); cuando está se va satisfaciendo, migra a la parte apolínea (análisis, juicio y razón), que es cuando empezamos a ver y a darnos cuenta de lo que antes no veíamos. La esencia del amor no cambia, lo que ha cambiado es el sentido que le damos al amor.

Este ha sufrido mutaciones en el devenir de las generaciones y de las circunstancias socioculturales y económicas que han enfrentado. Para entender las mutaciones que ha tenido el sentido del amor es menester que hagamos un pequeño viaje a través del tiempo para recordar lo que cada generación vivió y la forma en que estos accidentes incidieron en él.

Luto y Gris (1945 – 1960).
Después de la Segunda Guerra Mundial el mundo vivió un periodo de luto y gris (1945 -1960). Las personas no solo habían perdido a sus seres queridos, sino que además habían perdido sus casas, trabajo y forma de vida. La ropa la heredabas a tus hermanos. Te comías lo que había y no existía el úsese y tírese. Las personas y las cosas tenían un valor.

El amor, en este entorno de tanta carencia y dolor, se convirtió en uno de los más importantes sentidos de realización. La gente soñaba con el amor, con casarse y formar una familia. Los ejes de la unión eran el amor, la trascendencia (eternidad) y la responsabilidad.

En esta época el amor alcanzo las cimas de la poesía escrita, hablada y cantada.

La explosión del color (1961- 1975).
La generación de la explosión del color no vivió las tragedias de la guerra ni sus carencias. No solo no entendían el luto y el gris de sus padres, sino que además la vida les parecía rígida y acartonada. La generación se rebeló contra la ausencia de opinión y color, lo que dio pie las revueltas del 68 (explosión de opinión) y el nacimiento del movimiento Hippie (explosión de color).

El resultado de estos movimientos fue una transmutación en el sentido del amor. Este seguía siendo importante, pero ya no era la responsabilidad el eje rector. Esta, sin dejar de ser importante, le empezó a dar más espacio a las sensaciones del amor.

En esta época la poesía escrita, hablada y cantada mostro sus primeras mutaciones. Ya no hablaban de la eternidad, sino lo de que este les hacia sentir.    

La explosión de las Masas (1976 – 1990).
La dinámica poblacional cambio, permitiendo que irrumpieran al mercado una gran cantidad de jóvenes con un nivel de estudio y preparación que no tuvieron sus padres. Fue una generación que no solo tenía voz, sino que además no padeció las carencias de las anteriores. Vivian en la bonanza austera de sus padres, pero con un mercado laboral que les daba la posibilidad de construir un futuro en base a su preparación, tenacidad e inteligencia.

En este estadio la mujer irrumpió con fuerza en el mercado laboral, encontrando, a pesar de la cultura y de los obstáculos, oportunidades de desarrollo impensables años antes. El amor seguía siendo importante, sin embargo, el entorno ofrecía, ajeno al amor, espacios de realización que no tuvieron las generaciones precedentes

En esta época la poesía escrita y cantada empezó a hablar de la importancia del sexo en el amor.

El ascenso del Hombre Masa (1991 – 2001).
La proletarización de la educación permitió que llegara al mercado un gran masa de graduados con poca o nula comprensión del entorno económico y de negocios. Jóvenes que buscaron la titulación como un medio para conseguir acomodo en un mercado laboral cada vez más exigente en lo referente a competencia y competitividad. Ocupando puestos en los que antaño no se requería titulación.

Para el Hombre Masa la percepción es realidad, y lo que estos percibían era un mundo de pocas posibilidades de desarrollo y de mucha frustración.

El amor era deseable, pero no necesariamente trascendente (eternidad). Muchos de ellos veían muy difícil independizarse y mucho más vivir en pareja. Y si lo hacían debía ser bajo condiciones de equidad económica y conscientes de la inestabilidad laboral. Los hijos eran más accidente que objetivo.

La poesía escrita y cantada empezó hablar más de los instantes del amor que del amor en sí.

La disrupción social y tecnológica (2002 – 2017).
El mundo cambio de raíz después de la Torres Gemelas, de la irrupción de las Redes Sociales y de la crisis del 2008. Lo primero hizo que tomáramos conciencia de la inseguridad política; la segunda, de la fragilidad económica; y la tercera, de la pérdida de identidad individual y polarización de la sociedad.

No obstante, la relocalización de las empresas allende sus fronteras, le brindo a obreros, técnicos y profesionistas la posibilidad de conocer o trabajar con personas de otras culturas, lo que les permitió contemplar la posibilidad de trabajar en o fuera de su estado o pais, no obstante, la competencia por dichos puestos era tal y la seguridad de permanencia tan efímera que, en la gran mayoría de los casos era menester que los o las candidatas estuvieran solteros o que dejaran a la pareja en el pais para moverse a otras latitudes.

Había tantos demandantes de trabajo que las empresas se daban el lujo de decantarse por personas que tuvieran la posibilidad de moverse o relocalizarse más allá de los límites a los que obligadamente los circunscribe pareja e hijos.

El amor, para la gran mayoría de estos jóvenes era y es una suma de instantes, pero no necesariamente una meta de realización, por lo menos no antes de haberse realizado en lo económico y en lo profesional. Muchos de ellos viven en pareja conscientes de la posibilidad de que cada uno tome un rumbo diferente en función de las oportunidades de desarrollo que consigan o se les presenten.

La poesía escrita y cantada de este periodo se tornó más sexual que erótica. El amor empezó a ser visto como una resultante de lo primero y no al revés.

La generación incierta de la IA (2018 – 2033).
Prematuro será hablar de un periodo que recién inicia, pero que avisa cambios como nunca habíamos visto, amén de que los anuncia en todos los ámbitos del ser. De lo único que podemos estar seguros es de que cambiará todo lo que conocemos (educación, trabajo, sociedad y una suma de etcéteras más).

El amor, en países donde la Inteligencia Artificial va más avanzada, crece el numero de personas que se sienten mejor con la pareja virtual que con la física. A la virtual no la pueden abrazar, pero los entiende más, ya que son parejas hechas a imagen y semejanza.

Si el futuro es incierto, el que sigue será más que ningún otro.

Nos leemos en el siguiente artículo.
 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Comentarios y sugerencias