viernes, 26 de agosto de 2022

La nueva dinámica familiar

Somos, sin estar conscientes de ello, testigos y actores de acontecimientos que, en apariencia, no tienen precedente alguno. Y si bien es cierto que nuestros ancestros pensaban lo mismo, también lo es el hecho de que estamos por vivir una tormenta perfecta. Tormenta que se conforma de variables que no veíamos desde hace ciento setenta años y que analizaremos en el siguiente artículo.

En esta ocasión nos circunscribiremos en dos cambios: el de la dinámica familiar y comercial. Las otras variables (macroeconómicas y de entorno) las analizaremos en el siguiente artículo.

En México la cohorte demográfica de los baby boomers esta conformada por doce millones de habitantes. Los que, por obvias razones, están más preocupados por su salud, el precio de las cosas, la sociedad y el planeta (este último como algo extraño, distante y ajeno a ellos). El tema de la acumulación de experiencias les tiene sin cuidado, tanto por la edad en sí como por lo que ellos definían como experiencia: aquello que les ayudara a progresar económica y socialmente.

Los miembros de esta generación crecieron dándole un alto valor al sacrificio personal. Para ellos era y es más importante el “deber ser” que el “ser”. Trabajaban y ahorraban arduamente para progresar empresarial, laboral y socialmente, lo que les permitía crear una plataforma patrimonial que le brindara a sus hijos mejores oportunidades que las que ellos tuvieron. Es una generación con un sentido de familia diferente al de las nuevas generaciones.

Muchos de ellos se vieron en la necesidad de trabajar y convivir con gente que no querían en aras de conseguir mejores medios para su familia, ya que esta era mucho más importante que su realización personal. Centraban su realización en la realización de los suyos. La responsabilidad y el compromiso tenían más peso que la innovación, acumulación de experiencias y romanticismo. La rutina, el ritual y el deber ser antes que el ser.  


Lo mismo que te lleva al éxito, te lleva al fracaso.
Esta ortodoxia termino generando un cambio estructural que se vio reflejado en las nuevas generaciones, las cuales rompieron con la idea romántica de que la felicidad está en el desarrollo económico. Lo paradójico del caso es que estas generaciones consumen veintisiete veces más que la de los baby boomers.

Para los millennial y centennials es más importante el ser que el deber ser. Los primeros le dan más valor a la acumulación de experiencias que a la construcción de una plataforma familiar y patrimonial. El tener no representa para ellos garantía de un futuro mejor. Viajar, vivir y conocer les es más importante que el crear a temprana edad un compromiso que limite su libertad personal, lo que de suyo cambia el concepto de matrimonio y la construcción patrimonial. Para los millennial el ideal del igualitarismo social es más importante que la realidad social.

Para los centennials el ser es tan importante como la naturaleza, el cuidado del medio ambiente y la acumulación de experiencias. Estos buscan plasmar todas sus experiencias en las redes sociales. Viven y se comunican a través de ellas. El concepto de matrimonio y familia esta en último lugar, no obstante, se dan más permisos que las generaciones anteriores, por lo que se aventuran a vivir en pareja, sin que ello implique necesariamente un compromiso. Es un interinato que puede cambiar en función de las necesidades y circunstancias, cambiando de origen la idea del matrimonio y de familia.

Dinámica comercial.
Es importante anotar que los millenials y centennials representan sesenta millones de habitantes en el pais. Son una masa crítica que no está centrada en el tener patrimonial, sino en el consumo. Su motor es el cambio, lo nuevo, lo del momento. Este amor por lo nuevo los lleva a comprar una prenda nueva de ropa cada cinco días. Pagan por estilo, no por calidad. Lo importante no es cuanto les va a durar la ropa, sino como se les ve.

Este afán por lo nuevo los ha llevado a tener un nivel de consumo diferenciado. Compran cosas desechables y de bajo valor. Cosas que, por definición, duran poco tiempo.

Para estas generaciones todo es experiencia, no obstante, esta debe ser versátil y cambiante, de lo contrario perdería sentido. Lo que los llevaría a buscar experiencias humanas y comerciales en otros lados.

Uno de los fenómenos en los que participamos como actores y testigos en el primer cuartil de este siglo, es de la creación de un nuevo concepto de relación (con objetos y sujetos) en el cual la pareja y los hijos no son necesariamente el motor, sino una circunstancia meditada, en el menor de los casos; accidental, en la mayoría de ellos.

En el segundo cuartil de este siglo vamos a vivir, amén de una implosión demográfica, cambios radicales en la dinámica de pareja y cambios extraordinariamente novedosos en la venta y el consumo de productos y servicios. Además, claro está, de las fuertes presiones sociales que estas generaciones van a ejercer, pero de esto y de las otras variables hablaremos en el siguiente artículo: el de la “Tormenta perfecta”. 

1 comentario:

  1. Muy interesante reflexión, para los baby boomers aplicaba le versículo bíblico de "por sus frutos los conoceréis" en dónde el "que dirán" rige sus vidas. Y pretenden tener la familia perfecta a la vista.

    Las generaciones actuales viven de Instagram.... "Instant Gratification"
    Todo es desechable y buscan la inmediatez de las cosas ya que así es su vida.
    Son Hedonistas nato's,

    Mil gracias por compartir
    Sensei

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