jueves, 9 de agosto de 2018

Las generalidades humanas.


Explicar la universalidad de lo humano es una tarea que no tiene fin. Lo humano es insondable. Cuando crees que ya llegaste algo, te das cuenta que lo que conoces es la superficie de algo que tiene una profundidad que jamás podrás abarcar.

En esta tarea de explicar lo humano confluyen personalidades totalmente disímbolas. En un extremo están los románticos e idealistas. Esos que asumen que pueden explicar lo que el humano es, partiendo de la premisa de que el hombre tiende al bien. Su idealismo les hace ver la luz pero no la oscuridad que anida en cada uno de nosotros.

En el otro extremo están los cínicos y racionalistas. Esos que parten de la premisa de que el hombre es el lobo del hombre -frase acuñada por Plauto (254 – 184 a.C.) y popularizada por Hobbes (1588 – 1679)-. Estos basan su argumentación en la oscuridad del hombre, considerando la luz del hombre como algo intermitente e irregular y por ende no digno de tomarse en cuenta.

En un punto medio y sin demeritar a los arriba mencionados, están los coloquiales. Esos que sin tener el idealismo de los primeros y la oscura racionalidad de los segundos, nos ayudan a aproximarnos a esa suma de causas que es el ser humano, dado que las anotaciones de estos se centran más en el quehacer cotidiano del hombre que en sus extremos.

Los que los tres (idealistas, coloquiales y racionalistas) nos aportan, es una aproximación a esa generalidad que llamamos humano. Aproximación que nos ayuda pero que no deja de ser lo que su nombre indica, una aproximación.

En artículos anteriores explicábamos que un ser humano es como un pueblo. En este hay muchas colonias, calles y casas, y cada colonia, calle y casa con sus respectivas historias y costumbres. Y cuando creemos que ya tenemos una idea de la gente que vive en esa colonia, descubrimos al entrar a las casas que la conforman, que cada una de ellas tiene sus cuartos, muebles, cajones y recovecos… Y en cada uno de ellos cosas similares pero también diferentes a todo lo anterior.

Con los seres humanos pasa lo mismo. Nunca sabremos que vamos a encontrar en cada uno de ellos. Podemos generalizar pero las generalizaciones jamás explicarán las particularidades de cada quien, ya que estas obedecen a una suma de causas que se ven atenuadas o magnificadas en función de la cuna, geografía, historia y cultura del individuo. Podemos tener una aproximación de lo que la persona es, no obstante la realidad es que siempre habrá algo que nos sorprenda y que nos haga pensar que le conocemos menos de lo que pensamos. 

Las generalidades humanas.
A continuación trataremos de explicar algunas de las generalidades humanas, en la inteligencia de que estas son precisamente eso: generalidades…

El Gregario versus el Ermitaño.
Lo común es que la gente sea gregaria, no obstante una cosa es ser gregario y otra muy distinta vivir en el gregarismo. Hay quienes no saben estar solos. Es tal su necesidad de estar acompañados que cuando no tienen con quien hablar o convivir, se sienten mal. El ánimo se les cae al suelo por lo que tenderán a dormirse como mecanismo de evasión, buscando así que el tiempo se les pase rápido en el inter de que alguien les llama o los va a buscar.

Estas personas suelen ser muy activas, tanto física como mentalmente. Con una alegría y entusiasmo que oscila entre el regocijo del instante y el enojo inmediato. Enojo que por lo general es fugaz, ya que lo que en realidad necesitan es sacar la energía por la boca (decir lo que tienen que decir) para desahogarse y seguir con su vida normal.

Suelen ser listos, ingeniosos y de respuesta rápida. Amén de que la gran mayoría de ellos tienen el don de caer bien. Se les da muy bien la charla social, esa en la que se habla mucho sin decir nada pero que hace que tanto ellos como los otros se la pasen bien.

Son emprendedores y gustan de la gente. Se les da muy bien la interacción social y el liderazgo, sin embargo la realidad es que su preocupación por la gente se circunscribe a un número muy reducido de personas. Interactúan con muchos, pero intiman y se preocupan por muy pocos, aun cuando aparentan todo lo contrario.

Tienen el don de hacerle sentir al otro que se preocupan por él, cuando la realidad es que su preocupación es genuina pero efímera. Son personas de corta memoria antropológica, olvidan lo esencial del otro en cuestión de horas. Por lo general su preocupación dura tanto como el tiempo que están con la persona.

Es importante anotar que no hay maldad en ello, lo que pasa es que al dejar a la persona con la que están para convivir con otra, lo hacen tan intensa y genuinamente, que dejaran en el olvido la preocupación anterior para poder asumir la nueva. No obstante es menester anotar que si bien es cierto que la memoria biográfica de estos es de corto espectro, se torna larga y sorprendentemente detallista con aquellos que entran a su círculo íntimo.

Son unos camaleones. Su capacidad para leer las emociones de los demás y empatar con ellas es asombrosa. Se mimetizan tanto con el otro, que este se les entregara sin duda y sin reserva, sin reparar en ningún momento en el hecho de que la mimetización de estos es intensa pero fugaz.

Son los mejores en relación, promoción y venta de ideas y conceptos. Por lo general alcanzan el éxito debido a su extraordinaria habilidad social. No hay mejores anfitriones que ellos. Pueden hacer que alguien que nunca les haya visto se sienta familiar a los minutos de haber sido presentados. La gente confía en ellos y los buscan como amigos, líderes o socios de negocio.

En las antípodas de los gregarios se encuentran los eremitas. Esos que gustan y buscan por sobre todas las cosas el silencio y la soledad. Son, como su nombre lo indica, personas extraordinariamente solitarias, sin embargo jamás están solos. Siempre están acompañados de sí mismos. Su poca/ nula interacción social se debe al hecho de que nunca les alcanza el tiempo para estar consigo mismo, mucho menos para estar con los demás.

Los eremitas están ciertos de que uno es suficiente, dos bastante, tres multitud. Por lo que su círculo íntimo se circunscribe a una o dos personas y en muy poca frecuencia. La familia (conyugue, hijos) y el trabajo son el único contacto con la realidad. Los que no tienen familia, ya sea porque nunca la tuvieron o porque esta se dispersó, viven mucho más aislados que los demás. Su contacto humano es meramente laboral y circunscrito al tema que les atañe. No hay en ellos intercambio social ni les interesa tenerlo.

A estos, como a cualquier otro ser humano, les acontecen cosas espectaculares y algunas otras espectrales, sin embargo las mejores de todas son las que pasan en su mente. Esta nunca descansa. Siempre tienen algo que pensar, descubrir o crear. El escenario perfecto para este tipo de mentes es el silencio y la soledad. Es por ello que están muy bien solos, ya que su mente trabaja mejor cuando están solos que con los demás.

Por lo general estas personas padecen una “alextimia” (incapacidad para expresar sus emociones) que raya en el extremo, al grado que esta no solo los aísla involuntariamente de los demás, sino que además hace que los demás los aíslen y marginen debido a su poca, nula capacidad social.  

Lo común es que la gente hable de lo que le acontece y de lo que el acontecer les hace sentir, cosa que los eremitas jamás hacen. Por lo que los demás los segregan debido a que sienten que si no dicen nada si mismos es debido a que no confían en ellos.

Se les dificulta en mucho la charla social, no porque no la disfruten, sino porque se les hace insustancial. Tienen tanto que pensar, crear y diseñar que la charla social la disfrutan por excepción y solo en calidad de escucha. Rara es la aportación que hacen a la misma. Pueden estar en ella una par de horas, para salir huyendo de ahí y no repetir el acto hasta dentro de varios meses, ya que les es menester purgar tanta trivialidad.

Se les da muy bien la creación y el diseño. Su preocupación por la gente es genuina, no obstante se les dificulta entender las emociones de los demás. No entienden como la gente puede expresar el mismo nivel de emoción y desgate en lo efímero y trivial, que en lo trascendente y fundamental. Amén, claro está, de que lo que les causa emoción a ellos está muy lejos de lo que le genera emoción a los demás.

Suelen ser percibidos como fríos e insensibles, cuando la realidad es que son mucho más sensibles que los demás. Para muestra un botón. Las mejores cartas y poesías eróticas del mundo fueron escritas por eremitas. La sensibilidad y erotismo de estos está muy arriba de la sensibilidad y erotismo del gregario. Son el epitome del erotismo.

Uno de los lados grises de los eremitas es que estos no buscan a nadie, pero están ahí para todos aquellos que los buscan. Son atentos, educados pero no sociales. Se acuerdan de todos pero no son capaces de llamar o buscar a alguien. Sin embargo cuando alguien les busca estarán ahí para responder a las dudas existenciales del otro o para debatir algún tema que les ocupa y preocupa.

Otro de los claroscuros de los eremitas es su susceptibilidad. Cuando alguien les ofende, ya sea por que usaron un lenguaje soez, un comentario poco atinente o una broma con mal interior, se quedarán callados. No contestarán nada. Simplemente al terminar la charla o reunión se alejarán de la persona en cuestión para no buscarla nunca más. Sin embargo, si la persona que los ofendió los busca, ellos, por educación y cortesía, responderán a su llamado como si nada hubiese pasado, lo que inevitablemente hará que el otro confirme la muy extraña forma de ser del eremita.

Difícilmente encuentran cupo en el mercado de la obediencia y difícilmente crean empresa, por lo que lo normal es encontrarlos trabajando por su cuenta en oficios donde la creatividad y el diseño sean la norma, sin importar si están en el rubro de la medicina, finanzas, letras o arte. Son, por sobre todas las cosas, creadores excelsos.

La figura paterna en la mujer.
De nuevo, lo expresado aquí son generalidades que los lectores analizaran en su entorno para confirmar o refutar.

La relación padre hija pasa por diferentes estadios en función de si es la mayor, la de en medio o la última. Otro factor que incide en la relación es la edad en que el padre tuvo a la (s) hija (s).  No obstante hay padres que sin importar la edad, mantienen una rigidez que limita en mucho la interacción con su dinastía, al tiempo que hay otros que mantienen una flexibilidad que facilita la comunicación. Otros con el tiempo se van haciendo más flexibles y mejoran la relación, pero siempre se dará una de las siguientes relaciones padre – hija.

La hija que mitifico al padre;
La que lo tomo como símbolo, pero sin rechazar o mitificar (la común y normal);
La que no solo no se identifica con él, sino que además se distancio de él voluntariamente.

Por supuesto que puede haber otros roles e identidades, pero estas son los más comunes a observar. De estas tres, explicaremos dos, la primera y la última, debido a que la otra es común y normal. Es la relación que le permite a la hija definir los roles hombre-mujer y las relaciones que se establecen entre estos.

La hija que mitifico al padre.
Las hijas que mitifican al padre, ven a un padre que sus hermanos no ven, por lo menos no al grado en que la hija lo ha mitificado. Para estas hijas el padre es signo, no símbolo.

Cuando usted va por la carretera y ve un anuncio que indica que usted está entrando a una posible zona de incendio, no significa que lo haya, sino que existe la posibilidad. Ese letrero es un símbolo. Expresa una idea pero nada más. En cambio, cuando usted ve una columna de humo, esa columna es signo de que ahí hay un incendio. Así, pues, el signo es tangible, es realidad, mientras que el símbolo es etéreo, irreal. Es algo que usamos para expresar una idea.  

Los seres humanos nos vemos marcados por una o varias persona que tomamos como signo, ya sea la madre o el padre, pero difícilmente a los dos. Uno de ellos es signo, el otro símbolo. La relación con el símbolo es etérea, romántica pero no necesariamente sustancial. La relación con el signo es profunda, cardinal. Al símbolo se le quiere, al signo se le ama. La diferencia entre uno y otro es abisal.  

El símbolo se puede idealizar, pero es un ideal romántico, poético. Importante pero no trascendental. El símbolo está más en el decir que en el hacer. El signo es todo lo contrario. Por el signo das todo, sacrificas todo. No hay para el individuo nada ni nadie más importante que el signo. El signo ocupa un lugar primordial en la vida de cada quien, incluso más que la pareja.

El signo no solo se puede mitificar, en ocasiones se puede llegar al extremo de deificar a la persona al grado de que está solo tenga virtudes y no defectos. No obstante lo común es que la deificación se haga después de muerta la persona.

Una hija que haya mitificado o deificado al padre, tenderá a buscar una pareja que se parezca en algo al papá de la misma, aun cuando ese algo sea trivial, como por ejemplo, el tipo de zapatos o ropa que la pareja usa. Las bromas, respuestas o comentarios que la pareja hace y que se semejan un poco a las de su padre. Cosas que pertenecen al orden de lo cotidiano, pero que no tienen que ver con la sustancia del padre sino con las formas de este.

Si el padre vive, la pareja ocupara un honroso segundo lugar en el corazón de ella. El primer lugar será siempre para su padre. Estas mujeres, por muy autoritarias que sean, por muy firmes de carácter o exigentes en el ser y hacer de las personas, terminaran cediendo a casi todo lo que la pareja les pida, aun cuando no estén de acuerdo con ello.

Esto debido a que desde infantes lucharon por ganar un espacio en el corazón de su padre. Lucha, que sin estar conscientes de ello, trasladan a su pareja para lograr que ninguna otra mujer pueble un espacio en el corazón de ellos. Por supuesto que tienden a ser celosas. Ven, con o sin razón, una amenaza en todo lo que su pareja hace, sobre todo si esta ve o habla con otras mujeres, aun cuando este ver y hablar sea meramente social. 

Si el padre ha muerto, su sentido de posesión e inseguridad tenderá a incrementarse. El sentimiento de orfandad es tal, que temerá perder la atención de la pareja, lo que puede hacer que al tiempo que accedan a casi todo lo que esta les pide, la abrumen con sus miedos e inseguridades.

Una característica de este tipo de mujeres, es que desarrollan un sentido de la utilidad y eficiencia que las distingue y separa de los demás. Son sumamente eficaces en todo lo que hacen. Ellas, sin importar la complejidad de la función, se abocaran a ella de tal forma, que en muy poco tiempo no solo harán las cosas mejor que nadie, sino que además rediseñarán los procesos con tal nivel de eficacia, que harán en muy poco tiempo lo que los demás necesitan muchas horas para hacer.

Son excelentes mujeres de negocio. Crean, apuntalan y llevan al éxito cualquier tipo de negocio que emprendan, con una capacidad extraordinaria para empezar de cero cuantas veces sea necesario.

Mujeres que se distancian voluntariamente del padre.
Cuando una hija decide distanciarse voluntariamente del padre, tenderá a refugiarse más en la razón que en las razones de su razón. Son mujeres que recurren poco al autoengaño. Por supuesto que nadie es ajeno a este y ellas tampoco, pero ellas tienden a engañarse menos que los demás.

Son mujeres echadas hacia adelante. Poco se detienen en el pasado. No porque no les duela o importe (les duele y mucho), sino porque la solución de sus problemas está en el futuro, no en el pasado. Son tránsfugas de la cuna. Lo que en esencia las mueve es la construcción, para ellas y los suyos, de un futuro mucho mejor que el pasado que tuvieron.

En sus inicios, al buscar pareja, tenderán a ver ligeramente hacia abajo. Por lo que es muy probable que sus parejas sean mucho menos decididas, eficientes y capaces que ellas, lo cual les hará sentir bien. No por las incapacidades manifiestas del otro, sino por el hecho de que estos, por sus mismas carencias, necesitaran mucho de ellas.

Estas mujeres, dada la carencia afectiva que tienen, manifiestan una alta necesidad de sentirse necesitadas, en especial de la figura masculina (pareja, hermanos, hijos). No obstante es importante anotar que no se relacionan con hombres parasito, pero si con hombres que sean menos que ellas, a los cuales los sacan adelante o los dejan atrás si ven que estos no responden.  

Se les dificulta un poco la relación de pareja, ya que aun cuando tienen una alta necesidad de que su pareja les dedique tiempo y atención, y de que les exprese en palabras dulces su sentir, se les dificulta en grado extremo ese mismo nivel de expresión. Les cuesta mucho regalar un te amo, te quiero y cosas así. Su amor lo expresan en actos, no en palabras.

Otro dato importante es que aun cuando gustan de que su pareja les exprese su sentir, se les dificulta aceptar como auténticas las expresiones de amor de su pareja, lo que las lleva a no contestar las expresiones de amor o a bromear a costa de ella, lo que a la postre termina afectando la relación.

Es menester anotar que ellas hacen esto de manera inconsciente, no porque no gusten de las expresiones de amor de su pareja, sino porque siempre hay en ellas un resabio de duda sobre la veracidad de las mismas, por lo que muchas veces terminan provocando lo que temen.

Otra particularidad de ellas es que aun cuando son osadas en el combes del hacer, no lo son en al ámbito del ser. Siempre se están cuidando, dado que su yo interior les dice que el otro en cualquier momento les puede fallar, sin estar conscientes de que ellas mismas generan en algunas ocasiones, las causas de la falla.

Son mujeres autosuficientes, con un empuje, influencia y liderazgo que les hace destacar sobre sus demás compañeros de trabajo. Son excelentes administradoras. Orientadas a la tarea y al proceso. Organizadas aunque no necesariamente ordenadas. Se pudiera decir de ellas que su desorden está muy bien organizado.  

Se comprometen con lo que hacen y no cejan de luchar hasta lograr sus objetivos, aun cuando estos sean a contracorriente. Su principal característica es que tienen la capacidad de llegar ahí, donde por lo áspero y difícil del entorno, nadie cree que puedan llegar.

Por supuesto que pudiéramos ahondar más en cada uno de los ejemplos enunciados, amén de explorar muchos otros, no obstante en este momento me es menester no abrumarlos con mis disquisiciones intelectuales y dejarlos con esta breve síntesis para su análisis, adecuación, confirmación o rechazo.

Nos leemos en el siguiente artículo.

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