martes, 29 de noviembre de 2016

Senectus.

Hace poco más de tres lustros lleve a cabo una investigación a la que llame Senectus.
Como todos sabemos la génesis de la palabra es idoeuropea… Sen, y se usa para designar al anciano (antianus), es decir, al de antes, a ese que es anterior a mí, que no es lo mismo que la palabra viejo, la cual su raíz, también indoeuropea, es wet –animal de carga.
La raíz de viejo y veterinario es la misma. Tiene que ver con los animales, no con las personas. Así, cuando a una persona le dices viejo, le estas diciendo animal de carga.

A la investigación arriba mencionada, le llamé Senectus debido a que el foco de la investigación se centró en hombres y mujeres de 60 años de edad o más.

Para que estas personas calificaran para la investigación, era menester que estuvieran en una condición terminal y que reunieran o tuvieran las siguientes características y requisitos:
- Que fueran personas inteligentes (personas que piensan lo que piensan).
- Que estén o hubiesen estado casados y tuvieran hijos (requisito indispensable el de los hijos).
- Que hubiesen tenido una importancia principal en su oficio, ya fuera este empresarial, político, financiero, religioso, intelectual o de cualquier otro índole.
- Que hubiesen logrado en su oficio un alto reconocimiento de su comunidad.

El objetivo de la investigación era acceder a la mente y visión de aquellos hombres y mujeres que tenían mucho que decir y mucho que aportar, ya que mucho es lo que habían hecho y mucho lo que se habían equivocado.

Personas conscientes de que se iban a morir en muy poco tiempo, lo que ineluctablemente hacía que sus máscaras y comparsas sociales ya no tuvieran razón de ser, por lo que sus respuestas tendrían una trascendencia que está mucho más allá de ese otro que como usted y como yo seguimos en la brega, ciertos, sin fundamento alguno, de que nuestro momento está muy lejos.

Las respuestas de estos hombres y mujeres nos permitirán ver el mundo desde esa óptica a la que solo podemos acceder en el umbral de la muerte.

La investigación en si misma fue muy enriquecedora. Estuvo llena de anécdotas, risas y lágrimas. Viaje por todo el país y me encontré, en la gran mayoría de los casos, que el obstáculo a vencer en la investigación no eran los sujetos de la misma, sino sus familiares. Estos no solo no me daban acceso al paciente, sino que además se mostraban renuentes, groseros y agresivos, lo cual era entendible y esperable.

Por regla general accedía a los sujetos de la investigación porque ellos así lo pedían. La mejor forma de llegar a ellos era explicándole a sus galenos el objetivo de la investigación para que estos a su vez se los explicaran a ellos. El 82 % de los pacientes aceptaron participar, aun en contra de los deseos de sus familiares. La realidad es que todos tenían enorme necesidad de hablar con alguien que no fuera su familia.

Es importante que por favor que no se malentienda esto. Todos hablaban con sus familiares y mucho, pero había un mundo de cosas que necesitan hablar con personas ajenas a su familia. Con individuos que no les hablaran de su enfermedad, de lo que iba a pasar cuando no estuvieran y demás menesteres económicos y materiales de esos procesos.

Así pues, puedo decir que mi presencia fue un respiro en su agonía psíquica. Conmigo hablaban de temas diversos, amén de los temas que conformaban la investigación.

Las preguntas eran abiertas y ello daba pie a que pudieran expresarse con total libertad y amplitud. En todos los casos fue menester que estuviera junto a ellos un buen número de días, ya que los temas y disertaciones eran amplios y bastos, amén de las pertinentes aclaraciones y correcciones que hacían en el devenir de sus respuestas. También debido a que no siempre se sentían en la disposición de poder hablar de su devenir, no por la complejidad de los temas sino por su deterioro físico, lo cual inevitablemente demandaba de más días de intervención.

Termine la investigación en el estado de San Luis Potosí, cuando el entrevistado se murió en mis brazos. Se despidió de mí con una paz y una tranquilidad sorprendente, no obstante la frase que me dijo al final me causo una crisis mayúscula, la cual no solo me llevo a dar por terminada la investigación, sino que además fue el inicio de una serie de cambios que siguen su curso hasta el día de hoy.    

A cada uno de los entrevistados se les explico el objetivo de la investigación y la metodología a seguir. Todos sabían que las preguntas eran abiertas y que no estaban obligados a contestarlas. Tenían claro que sus respuestas eran a título personal y que estas solo se cotejarían con las respuestas de los demás miembros del grupo. Sabían que las respuestas se podrían publicar, pero no con nombres y apellidos, sino como parte de un grupo de investigación.

Lo primero que me llamo la atención es que el cien por cien de los entrevistados me pidió que sus respuestas no fueran públicas a los suyos. No por el temor de lo que estos pensaran de ellos, sino por los enconos que pudieran gestar entre los deudos (madre-hijos-hermanos, padre-hijos-hermanos).

La investigación me llevo poco más de tres años y entreviste a poco más de 400 personas en diferentes zonas geográficas del país, lo que me permitió acceder a una gran diversidad de culturas (formas de hacer las cosas) y filosofías (creencias), y por ende a diversas formas de ver y vivir la vida. Algunos de ellos con uno o dos hijos, la gran mayoría con más de cuatro, pero todos con la responsabilidad de criar y formar una dinastía, independientemente de que estos los fueran a suceder o no en sus respectivos oficios.

En el grupo había empresarios, banqueros, industriales, políticos, terratenientes que vivían de sus bastas rentas, pastores de iglesia, poetas, intelectuales, filósofos, escritores y artistas plásticos. El 48% eran mujeres y el 52% hombres.

A poco más de la mitad la enfermedad (por llamarla de alguna manera) les llego en el pleno ejercicio de su oficio y solo al 42% cuando estaban en proceso de retiro, es decir, trabajando todos los días pero con un horario amigable. Ninguno estaba totalmente retirado en el momento en que se les diagnóstico el padecimiento, por lo que éste término retirando a todos. 

Tuve oportunidad de conocer, en algunos de ellos, cosas que sus familiares ni por equivocación pensarían que sus padres hayan hecho o experimentado, cosas que obedecen a la vida pero que nos cuesta mucho trabajo aceptar. Cosas que muy probablemente no hubiesen contado si no estuviesen en esa circunstancia y si no hubiesen coincidido con el momento de la investigación.

Si algo me quedo muy claro de todo esto es que hay una gran diferencia entre la forma en que pensamos las personas y la forma en que opera la naturaleza.

Muchos de nuestros problemas se minimizarían si entendiéramos la forma en que opera la naturaleza en nosotros y en todo lo demás. Para empezar dejaríamos de llamar pecado a lo natural o de calificar como inmoral aquello que obedece a nuestros conceptos pero no la naturaleza en sí.       

Preguntas.
Como ya comentamos las preguntas eran abiertas y concretas. El cuestionario empezaba con la pregunta: ¿Qué es la vida? Y terminaba con la pregunta ¿Qué es la muerte?

Cabe aclarar que al principio les costaba un poco de trabajo responder, sin embargo entre más avanzábamos en la encuesta, más fácil y divertido les era responder, amén de que hacían correcciones a respuestas anteriores, sobre todo a las primeras.

Comparto algunas de las preguntas y los invito a responderlas en un archivo que solo ustedes vayan a leer. Lo ideal es que mediten bien las preguntas y las respondan con calma. Y ya una vez que estén ciertos de sus respuestas, las cotejen con las respuestas de los Senectus.

¿Qué es la vida? ¿Qué es el amor? ¿Qué es el sexo? ¿Qué es el matrimonio? ¿Qué es la familia? ¿Qué son los hijos?

¿Qué es la sociedad? ¿Qué son los políticos? ¿Qué son las leyes? ¿Qué es la ética? ¿Qué es la moral? ¿Qué son los valores?

¿Qué es la amistad? ¿Qué es la lealtad?

¿Qué es Dios? ¿Qué es la fe?

¿Qué volvería a hacer? ¿Qué dejaría de hacer?

¿Qué es la muerte?

Estas son algunas de las preguntas que se les hicieron. Escogí estas debido a que son a las que más énfasis le pusieron los entrevistados.

Cada una de las preguntas tenía como fin el que se explayaran en sus respuestas a sabiendas de que las respuestas que dieran a cada una de las preguntas, podrían bordear, con mucha facilidad, a las respuestas de otras preguntas. No obstante cuando llegaba el turno de la pregunta bordeada, se les volvía a plantear esta aun cuando ya hubiesen respondido una parte, esto con la intención de que pudiera ampliar o corregir su respuesta.

Lo que a continuación voy a presentar es la síntesis de las respuestas. No tiene caso presentar la totalidad de las mismas, ya que mucho del decir de estas personas, aunque basto e interesante, se resumen en lo que a continuación voy a presentar.

Otro tema que me parece de sumo interés es el de la diferencia de géneros. Contra lo que yo me esperaba (y seguramente mis dos o tres lectores también), las respuestas no variaban mucho entre hombres y mujeres. En donde si había una connotación especial era en el tema del sexo y en de los hijos. Razón por la cual presentaré estas señalando las respuestas de cada género.

Respuestas de Senectus.
¿Qué es la vida?
En esta pregunte encontré respuestas variadas e interesantes, pero en síntesis todos veían la vida como un regalo. Como una oportunidad única e irrepetible. Como algo que se tenía que construir día a día.

La vida, decían ellos, es algo que das por hecho. Algo que no valoras y que tomas conciencia de lo que realmente significa, ya una vez que pasas la mitad de la vida o que estas en el umbral de la muerte. La vida es lo único que tienes y lo único que no valoras. Si tienes vida tienes todo, desafortunadamente te das cuenta muy tarde de lo que es la vida, y en muchos casos te das cuenta de lo que es justo cuando ya te vas.  

¿Qué es el amor?
En esta pregunta hubo aclaraciones inmediatas. Todos me preguntaban a qué tipo de amor se refería la pregunta. Cuando yo les contestaba que al amor en sí, ellos puntualizaban que una cosa era el amor de pareja y otra cosa el amor a los hijos, a las ideas, proyectos, conceptos y demás etcéteras del quehacer humano. Por lo que presentaré una síntesis de las síntesis.

El amor es una ilusión. La más bella ilusión que poseen los seres humanos. Sabes, a tardía edad, que es, como casi todas las cosas de los seres humanos, una fantasía, pero es la mejor fantasía que tenemos. La única que nos salva y que nos permite continuar luchando para lograr todo aquello que sin el amor no tiene razón de ser. 

El amor de pareja: un sueño imposible de realizar. Por lo menos no como lo presentan las películas y libros.

Claro que amas a la pareja pero la amas de manera funcional, es decir, le amas porque lo que hacen juntos funciona. Porque ella cumple con la parte que le toca y él con la parte que le corresponde.

Todos mencionaron que el problema real es que tendemos a confundir el enamoramiento con el amor. Por supuesto que te enamoras de la pareja, pero la amas cuando esta funciona. El amor está basado en roles y si las partes cumplen sus roles..., el amor se da.

El amor a los hijos: Este, decían todos, es el único y verdadero amor. Es un amor que corre en una sola dirección, ya que el amor a los hijos es mucho mayor que el amor que estos le tienen a sus padres. El amor verdadero es el amor que los padres tienen a sus hijos. Es un amor incondicional e instintivo y que está muy por arriba de cualquier otro amor, ya que el de la pareja es un amor funcional, el de los hijos no.

El amor a Dios, a las ideas, conceptos, proyectos y demás etcéteras del quehacer humano, es una fantasía en la que primero crees, después te das cuenta que no es, pero la necesitas para darle sentido a lo que haces.

El amor a estas cosas es un amor construido, no natural. Es un constructo social que obedece a nuestra mente y a la zona donde nacimos y crecimos. 

Si hubiésemos nacido en otra latitud, donde los dioses, las formas y las cosas son otras y se valoran de distinta manera a la nuestra, amaríamos esas cosas de la misma forma en que amamos las de nuestro hábitat, ya que son construcciones de la mente, pero no amores reales. Son ficticios y están subordinados a la cultura y sociedad en donde crecimos. 

¿Qué es el sexo?
Ambos géneros comentaron que el sexo y todo lo implícito en él, así como todo lo que este dispara y desarrolla (confianza en sí mismo, reafirmación del ego, seguridad personal) es el motor más grande de los seres humanos. Todos afirmaron y confirmaron que si la sexualidad estaba bien, todo lo demás estaría bien.

Mujeres: Las mujeres dijeron que el sexo es energía creativa, pero que este lo tenías que hacer con la persona que amas, sino carecía de sentido, ya que entrabas al acto como persona y salías sintiéndote cosa, pero no persona. También comentaron que el sexo es el mejor termómetro de la mujer, ya que a través de este podían sentir y evaluar cómo estaba la relación de pareja. Cuando el sexo empieza a fallar es porque está fallando la relación de pareja y con ello todo lo demás.

Hombres: Los hombres dijeron que el sexo es, ante todo, poder. El sexo es posesión, fuerza, ya fuera con la esposa o con cualquier otra mujer. Ellos, en su totalidad, mencionaron que era de suma importancia tener relaciones sexuales y entre más mejor, pero que era igual o más importante el con quien lo tuvieran. No podía ser con cualquier mujer, sino con una mujer que representara reto, conquista, prestigio. Aun cuando nunca hablaras de ello, ya que lo importante no era eso, sino la satisfacción personal. El sexo es algo que si tiene que ver con el placer, pero más con el poder.

¿Qué es el matrimonio?
El matrimonio es una alianza. Una asociación que primero obedece al instinto (sexual y de reproducción) y después a la razón. No obstante lo vestimos de idealismo (romance y amor) y por ello el mito del noviazgo, sin embargo lo que no es, no es. No necesita de noviazgo para saber si es o no es. El noviazgo en sí mismo es un laboratorio para aprender a intimar física, psíquica, intelectual y espiritualmente con el otro sexo, pero no más.

Sin embargo la realidad es que necesitas vivir con la otra persona para conocerle y saberle. Bien dice el refrán: vive un mes con Inés y sabrás quien es.

El matrimonio es una alianza entre dos personas que acuerdan cumplir sus roles para sacar a los hijos adelante, que son lo más importante del matrimonio. Cierto que estos un día se van (y así debe de ser), pero si la pareja cumplió sus roles y responsabilidades, podrán, después de que se han ido los hijos, seguir juntos  y entrar a un nuevo rol, donde tienen más tiempo para ellos (con sus espacios personales) y para asesorar a sus hijos en el devenir de los nietos.

La pareja, si cumplió con su rol y responsabilidad, se convierte en el paso del tiempo en el o la mejor amiga que tienes. La pareja se convierte así en el único o la única persona que te conoce bien y la única a la que conoces bien.
Al final descubres que tu esposo o esposa es la única persona a la que entiendes, independientemente de que estes o no de acuerdo con su forma de ser. Pero es alguien en quien puedes confiar, ya que llega a un nivel en que casi no hay sorpresas entre las partes. Lo que es, es.

¿Qué es la familia?
La familia es una transitoriedad y la debes ver y aceptar como tal. Los hijos, te guste o no, van a crecer y a formar una familia. En ese momento descubres que pasas a un segundo plano y que así debe de ser, para que tus hijos puedan formar bien a sus hijos.

Creer, cuando tienes hijos, que tu familia son tus padres y tus hermanos es vivir en el error. Fueron tu familia, ya no lo son. Son una parte importante de tu historia, pero no de tu futuro. Tu futuro y el de la sociedad están en tus hijos y en lo poco mucho que hayas logrado en ellos.

¿Qué son los hijos?
Los hijos son el tesoro más grande que te da la vida. Los hijos son la única oportunidad que tienes de inmortalizar tu potencial genético. Los hijos se quieren no solo por ser hijos, sino por la amistad y vínculo que da la crianza.

Los hijos son el mejor aporte que puedes hacer a la sociedad. Dejar unos hijos que sean mejores que tú, hace que la sociedad sea mejor que la que te toco vivir a ti. La realidad es que no hay otra forma de mejorar a la sociedad más que a través de la formación de unos hijos que sea mejores que sus padres. Todo lo demás son falacias. 

¿Qué es la sociedad?
La sociedad es una quimera que debes tomar en cuenta pero no darle un peso que no tiene, es decir, no debes darle la importancia que te hacen creer que tiene, ya que está en si misma no existe.

La sociedad es un concepto generacional y como tal sufre adecuaciones y transformaciones. Cada generación dicta lo que esta debe ser en función de los hombres y mujeres que detentan el poder, hasta que llega la siguiente generación a re-definir lo que esta debe ser en función de los intereses de los nuevos hombres y mujeres que están el poder, y así sucesivamente.

La sociedad es un laboratorio al que tienes que dirigir para no ser dirigido por ella. En ella puedes hacer todo o casi todo lo que quieras, pero solo si la creas y diriges. Puedes dictar las normas que gobiernan la vida de los demás. Diciéndoles que es lo que deben creer, consumir, estudiar y demás menesteres que convengan a tus intereses. Es un mercado enorme, pero como tal, lo debes dirigir o de lo contrario, esta te dirigirá a ti.

¿Qué son los políticos?
Es un grupo de gente que lo único que les interesa es el poder y lo que con este pueden hacer.
Son, cuando tienes negocios con ellos, tus mejores aliados, no obstante debes tener un enorme nivel de cautela, pues estos mienten tanto como uno, pero ellos lo hacen de oficio. Pueden firmar un acuerdo contigo y un minuto después, si así conviene a sus intereses, firmarlo con alguien más ajeno a ti.

Los políticos son necesarios para el buen gobierno de la sociedad. Nos son autónomos. Son muchos grupos de poder con los que tienen que trabajar y conciliar, pero el mejor político siempre será el que cumpla sus acuerdos y logre que la gente este contenta o medianamente contenta.    

¿Qué son las leyes?
Las leyes es lo que ha hecho que podamos vivir en sociedad sin agredirnos o matarnos.
Entre mejores sean las leyes, mejor será la convivencia e interacción social. No obstante las leyes se basan en el orden. Una ley sin orden es papel. No sirva para nada. Lo que debemos hacer es trabajar para crear una cultura de orden. El orden genera respeto y el respeto cumplimiento. Entonces y solo entonces habrá leyes y con ellas un mejor nivel de calidad de vida.

¿Qué es la ética?
La ética es regional. Tiene que ver más con el lugar que con el concepto en sí. Cada pueblo tiene una ética y cada nación también. Una nación está compuesta de muchos pueblos y en conjunto forman la idea de ética que funciona para ellos. 

Lo que hoy conocemos como ética es una idea mercadológica vendida en universidades y empresas. Tiene como fin imbuir en la mente de la gente el comportamiento que se desea lograr, tanto en la relación con las estructuras de poder como entre ellos mismos.

¿Qué es la moral?
La moral tiene que ver con la religión. Y hay tantas ideas de moral como interpretaciones de religión hay. Una es la moral de los católicos y otra la de los luteranos, calvinistas, presbiterianos y demás congregaciones. Dentro del mismo catolicismo hay divergencias en el concepto de moral. Una es la moral del Opus Dei, otra la de los Legionarios de Cristo, Jesuitas, Franciscanos, Dominicanos y demás órdenes religiosas.

La moral es un constructo social que como tal debe ser usada como guía, mas no como norma. Esta, como todas las construcciones sociales, se debe usar para dirigir a los demás, pero no para ser dirigido por ella.     

¿Qué son los valores?
Los valores son algo cambiante y dinámico. No hay mayor valor que la vida y es el único valor al que no se le da la importancia de los otros.

Se enfatiza mucho en el tema de valores, pero es un énfasis que tiene que ver más con el decir que con el hacer. Los valores, tal como nos los presentan, son una falacia. Se le da más importancia a la castidad que a la reproducción, cuando es esta ultima la que asegura la perpetuidad de la especie y no la otra. Los valores, casi todos, son un equívoco sobrevalorado y mal entendido.  

¿Qué es la amistad?
La amistad, en su plena expresión de la palabra, es algo que se da con la pareja y no siempre. Conocidos muchos, amigos pocos, muy pero muy pocos. Tal vez uno o dos. No más de ello. La razón de este equivoco es que hemos sobrevalorado el concepto de la amistad.

El otro obedece a sí mismo, no a nosotros. Eso no existe. Y entre más avanzamos en la vida, más solos nos quedamos, ya que más conciencia tomamos de que el otro obedece a sí mismo, tanto como nosotros obedecemos a nosotros mismos, a lo que somos, deseamos y necesitamos. 

¿Qué es la lealtad?
La lealtad es unipersonal. Uno es leal a sí mismo y fiel a los demás. La realidad es que si en muchas ocasiones cuesta ser leal a uno mismo, mucho más difícil es asegurar que uno va a ser fiel al otro. La fidelidad es un ideal difícil de lograr. No conozco persona alguna que lo haya logrado, no sin traicionarse a sí mismo.

¿Qué es Dios?
Pregunta difícil. Tiene muchas aristas e inconvenientes.

Dios es una esperanza. Algo que la humanidad siempre ha deseado que exista, pero que sabemos que no es real. El concepto o idea de Dios obedece a una necesidad humana, tan es así que ha habido una enorme variedad de dioses, todos subordinados al momento y cultura de cada pueblo.

Es por ello que todas las religiones son separatistas, Su objetivo no es que nos integremos como especie, sino que nos separemos. Te dicen, por ejemplo, que debes amar a tu prójimo como a ti mismo, excepto a los de otra religión, a los ateos, a los que están a favor del aborto, a las familias no ortodoxas, a los homosexuales, a las lesbianas, a las madres solteras, a la educación sexual y progresista y a muchas otras cosas más.

No obstante es menester reconocer que la idea de Dios es necesaria debido a que la vida en sí misma no es fácil. Necesitamos creer que hay algo más que nosotros mismos. Si bien es cierto que no todos necesitan creerlo, también lo es que la gran mayoría si lo necesita.

Dios es algo único, personal. Cada quien tiene su muy particular interpretación de Dios, aun cuando profese la misma religión que sus vecinos. Puede usted estar casado-casada y tener hijos y nietos, y la diferencia de interpretación será notoria en la misma familia. Una será la idea de Dios que tenga usted y otra la de su pareja, otra la de cada uno de sus hijos y otra mucho más distante la de sus nietos.

Cada quien construye una idea del Dios que necesita y que mejor se adapta a la edad y a las circunstancias. Idea, que por ser personal y única, está muy lejos del Dios que nos ofrecen las religiones e iglesias.

Hoy, que estoy a días u horas de mi partida, te puedo decir que Dios no existe.
No hay nada más allá después de la vida. En esta vida te la juegas todo. Te mueres y desapareces. No hay nada más.

La realidad es que nos gusta pensar, cuando aún no estamos cerca de la muerte, que hay algo más, sin embargo la realidad es que en este momento en que estas a punto de morir, tomas conciencia de que no hay nada más, te lo dice el instinto, la razón y la emoción.  

Yo, decía unos de los Pastores entrevistados, sé que Dios no existe. Pero también sé que hay una enorme necesidad de que exista, de que sea real. Es por eso que en mi trabajo defendí la idea de Dios por sobre todas las cosas. No porque yo la necesitara, sino porque estaba consciente de que los demás la necesitan y mucho, de otra manera la vida sería insoportable.

¿Qué es la fe?
La fe, visto desde el punto de vista de la religión, es la ignorancia que cobija.

Claro que tienes que tener fe en lo que haces, pero debes fundamentar esa fe. La fe por sí sola no sirve para nada. Puedes tener fe en que te vas a sacar la lotería, y tal vez te la saques, pero no vas a saber qué hacer con el dinero, ya que lo que primero tienes que hacer es saber para qué es el dinero y como se debe usar.

La fe por si sola es una interminable caída del vacío en el vacío. No hay nada. Te debes preparar a conciencia en aquello que vayas a hacer o emprender y tener fe en que lo vas a lograr, ya que te preparaste para ello. Pensar que las cosas van a salir o a suceder solo por la fe, es una idiotez. Nada funciona así.     

¿Qué volvería a hacer?
Todo.

¿Qué dejaría e hacer?
Nada.

¿Qué es la muerte?
La muerte es una liberación. Es el final de todo. Después de la muerte no hay nada. Terminas tú y tú batalla contigo. Pasas a la nada, al olvido, a la no existencia.

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