Recién me vi en la necesidad de hacer un análisis del
entorno mundial para un grupo de inversionistas de alto espectro. Estos,
inquietos por lo que aparenta ser un alógico proceder del presidente de Estados
Unidos y por la contradictoria y confusa información de los medios, decidieron
parar todas sus inversiones hasta tener un panorama más claro del acontecer
mundial.
La inquietud en el combés de lo global está centrada en la posibilidad de un
conflicto bélico que involucre la participación de Estados Unidos y la Unión
Europea. En el de lo nacional: los aranceles y el T-MEC.
El equilibrio es el preludio del caos.
Nada puede
ser y no ser al mismo tiempo. Todo lo que se fuerza a ser y no ser al mismo
tiempo se mantiene en un interregno de indefinición que sitúa a las partes en un
frágil equilibrio, es decir, en el preludio del caos… La incertidumbre está en
el equilibrio, nunca en la definición.
Lo global.
Es importante entender que los seres humanos siempre
hemos vivido en la indefinición. Al principio porque no sabíamos si regresaríamos
a casa con una presa que no solo sirviera de alimento, sino que nos daba la
posibilidad de vivir un día más. Después, conforme avanzaba la formación de las
ciudades, de los estados y de los imperios, por el constante proceso de reestructuración
y reacomodos de las distintas fuerzas de poder y de comercio. Reacomodos en los
que no necesariamente coincidían todos.
Reacomodos del siglo XX y XXI.
Del fin de la Segunda Guerra Mundial a la desaparición de
la URSS, el mundo vivió una intensa guerra fría que en más de una ocasión nos
aproximó a un conflicto bélico de relevancia global. De la caída de la URSS al
2008, todos los países del orbe parecían coincidir en un solo objetivo: la prosperidad
global. Periodo en el que Estados Unidos fungió como líder económico y político
del mundo.
En el intervalo arriba mencionado, los países de Occidente
se centraron tanto en el desarrollo del comercio y en la maximización de las
utilidades, que no repararon en que esos polos geográficos que ayudaron a
desarrollar…, y que eran y son inmunes a la cultura Occidental, les competirían
después.
La movilidad social de Occidente se detuvo con la crisis de las hipotecas subprime (2007 – 2010). En esta crisis los países desarrollados entendieron que cuando el mercado se regula solo, se equivoca.
Los agentes del mercado (empresas) tienen dos
responsabilidades indeclinables:
1. Maximizar el valor de las utilidades (foco en el corto plazo) y;
2. Maximizar el valor de la empresa en el tiempo (la atención al largo plazo).
En la vida, todo lo que hagas o dejes de hacer, tiene
consecuencias.
La ausencia de regulación y control permitió que empresas
y accionistas se olvidaran del largo plazo, es decir, de fortalecer el valor de
la empresa en el tiempo. El objetivo en esa fase de gran prosperidad fue: maximizar
utilidades. Para lograr esto fue menester que los empresarios se llevaran su saber
hacer a otras geografías en las que las materias primas y la mano de obra eran
más baratas. En otras palabras, dejaron de invertir en la geografía de su país
y en el saber hacer de su nación. Esto, treinta y cinco años después, les
traería graves consecuencias.
Cambio de rumbo.
Es difícil marcar una línea divisoria entre el ayer y el
hoy, no obstante, la crisis de las hipotecas subprime que Barack Obama heredo de
su antecesor, nos permite marcar esa línea divisoria, ya que fue justo en ese
momento en el que la movilidad social (progreso económico) se empezó a ralentizar.
Obama, obligado por la crisis financiera y por los desequilibrios de poder en
los que incurrió George Bush, se volcó más hacia el acontecer nacional que el
internacional. Ocasionando con ello, el que Estados Unidos perdiera presencia e
influencia en la Unión Europea, en Medio Oriente, Rusia, China y el sureste
asiático. Las cosas no cambiaron con la llegada de Trump. Al contrario, se
acentuaron. Sin embargo, la perdida más fuerte se dio en el periodo de Joe Biden.
El regreso de Trump a la Casa Blanca agravo más la distancia de Estados Unidos con
el resto del mundo. No obstante, es menester reconocer que, sin importar el
Presidente que llegara a la Casa Blanca, el margen de maniobra del inquilino de
esta sería el mismo. Lo que cambiaría con otro presidente serían las formas, no
la sustancia.
Estados Unidos, consciente de lo que le depara el futuro, está empezando a
hacer lo que China inicio hace veinticinco años: invertir en las materias
primas y en la tecnología que se está usando y usará en todo el siglo XXI. Lleva
pues, veinticinco años de retraso. La Unión Europa, que ni siquiera lo ha
llegado a considerar, se quedará estacionada en siglo XX, con una industria muy
sólida…, del siglo XX.
La otra geografía de conflicto es Rusia. Para este país, la geografía de Ucrania
es existencial. Es la barrera geográfica que le ayudaría a hacerle frente a una
invasión. El problema para Occidente y para el mundo, es que no se ve una
solución en la que Ucrania no ceda los territorios que ya ocupo Rusia. Y si
bien es cierto que la Unión Europea piensa que la muy debilitada Rusia los
pudiera atacar, también lo es el que Rusia esta sola en este conflicto.
El eje bélico formado por Rusia; Irán; Irak, Pakistán,
Corea del Norte y China, no le asegura a Rusia que estos se sumen al conflicto
si esta decidiera atacar a Europa. Le brindarían equipo militar, pero no más
que ello. Cosa que, huelga decirlo, Rusia sabe. Occidente tiene que llegar a un
acuerdo con Rusia, aun cuando no sea el acuerdo que espera Ucrania o la Unión
Europea.
China – Taiwán.
Los analistas más prestigiosos de la geopolítica y los
medios más respetados del mundo han estado anunciando desde 1960, la inminente
invasión de China a Taiwán. No obstante, si nos apegamos a los hechos, lo que
es más probable que suceda es que China siga invirtiendo y haciendo negocios
con Taiwán, hasta que llegue el momento en que la economía de ambos se complemente
de tal forma, que la fruta caiga sola.
México.
En lo que respecta a los aranceles y el T-MEC, es
importante anotar que los aranceles se reducirán en cuanto el pais deje de comerciar
con China. Si hacemos a un lado el ruido que han generado los aranceles, descubriremos
que el problema real es que Estados Unidos y la Unión Europea no buscan
competir con China. Lo que buscan es frenarla. Sin embargo, está, que su visión
de corto plazo es de cien años, inicio hace más de tres décadas la construcción
de una red de abastecimiento de materias primas estratégicas y de comercio, con
países que Occidente descuido (América del Sur, África y Eurasia).
En cuanto a México, lo más probable es que el T-MEC se extienda un periodo más.
No obstante, es posible que lo que realmente este buscando Estados Unidos es
firmar un Acuerdo Aduanero con México. Es decir, que ambos países sean un solo
en cuanto al comercio exterior. Esto invalidaría todos los acuerdos que México
tiene con otras naciones, pero también le generaría grandes beneficios de aquí al
2050.
Estados Unidos no busca desestabilizar al partido en el poder en México. Lo que
busca es poner orden y que este deje de asociarse y/o trabajar con el crimen
organizado y con los países que ellos ven como enemigos (China; Rusia; Brasil;
Venezuela; Cuba y demás etcéteras).
Esto implicaría, además de un reordenamiento del partido en el poder, el romper con algunos esquemas del pasado inmediato, pero eso le permitiría asegurar su permanencia en el poder.
México es y va a seguir siendo un bastión de seguridad
nacional y comercial para Estados Unidos. Cuestión de que esperemos de seis a
ocho meses para empezar a ver proyectos de inversión.
Nos leemos en el siguiente artículo.
Difícilmente el actual Gobierno de México cambiará. Lo hará sólo en la medida de que los E.U. lo presione. La naturaleza corrupta propia del partido en el Poder y su Mesías creador impedirán cambios sustanciales hasta por cuestión ideológica en contra de los capitalistas yanquis.
ResponderBorrarExcelente análisis
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