martes, 15 de julio de 2025

Fragmentación y concentración del poder.

Para comprender lo que está acaeciendo en el mundo, lo primero que tenemos que entender es que el poder se ha venido erosionando y la erosión afecta el comportamiento de los lideres, del mercado y de las empresas. 

Lo que esta fragmentado el poder a nivel mundial es el impacto de las Tres M: Más; Movilidad; Mentalidad.

Más paises, más gente, más medios de comunicación, más productos, servicios y oferentes. Esto ha ocasionado un mayor nivel de Movilidad, en donde la gente no solo tiene la oportunidad de estudiar, trabajar y vivir en otros paises, sino la de buscar (y comparar) productos, servicios y modos de vida ajenas a las de su nación. Lo que su vez está generando un cambio de Mentalidad en los individuos, en las familias, en la sociedad, trabajo, negocios, economía, mercado y política.
 

En 1947 había 67 paises, hoy hay 200... Doscientos espacios geográficos y poblacionales que no existían antes como nación y que hoy no solo poseen sus propias leyes y monedas, sino que además compiten a nivel global por espacios de poder y decisión. Amén de que esta fragmentación ha propiciado una mayor cercanía de la gente con el poder. Ya no es menester que un ciudadano Indio viaje a Londres para expresar o protestar ante el Parlamento sobre un problema específico de su ciudad. Ahora lo único que tiene que hacer es ir al Palacio de gobierno o al del Ayuntamiento de su ciudad y hacer ahí lo que antes tenía que hacer a miles de kilómetros de distancia. 

Otro dato relevante es el cambio en la dinámica habitacional. En 1960 el 66% de la población vivía en el campo y el 34% en la ciudad. Lo que permitía un mayor ejercicio y concentración del poder, amén de que la comunicación tardaba más en llegar a la gente. Hoy la dinámica es otra. El 59% de la gente vive en la ciudad y el 41% en el campo. Amén de que el 59% urbanita tiene un mayor nivel de instrucción y de exposición a medios de comunicación y comparación que les ayudan a cuestionar más y a tolerar menos. 

Otra de las variables de la fragmentación es el poder de las minorías. Estas, por mencionar un solo ejemplo, tienen hoy tres veces más representación que la que tenían hace veinte años en Parlamentos y Congresos. Y en muchos casos funcionan como fiel de la balanza entre los partidos mayoritarios, siendo su voto el que define quienes ostenten el control de las cámaras y la aprobación de las leyes. 

En las empresas está acaeciendo algo similar. En la actualidad los Capitanes de Empresa tienen más influencia en la sociedad que los Consejos de Administración. Algo impensable hace tres décadas. Lo mismo acaece en el mundo de las Finanzas. Los Fondos de Inversión (Hedge Funds), tienen, manejan. invierten, prestan y ganan más dinero que los Bancos. Cosa inimaginable a principios de siglo.

Otro fenómeno que está erosionando el poder en el mundo de las finanzas son las Fintech. Estas, que no tienen ni el 1% de los activos inmobiliarios de la Banca, son las reinas del mercado de ahorro, de inversión y de tarjetas de crédito y débito de los adultos jóvenes y de los adolescentes.

Lo mismo acaece con la acumulación del Capital. En 2010 se alcanzó un número sin precedente de nuevos millonarios que también ven fragmentado su poder. Tan es así que cada año desaparecen unos de la lista para que otros, tan desconocidos como los primeros, ocupen su lugar.

Hace dos generaciones se creía que tenías que trabajar intensa e inteligentemente por más de dos generaciones para lograr posicionarte en la lista de millonarios. Hoy, con esta erosión del poder propiciada por el impulso de las Tres M, no es raro encontrar que una empresa tecnológica venda en un solo día más que lo que valen alguna de las empresas emblemáticas en las que los jóvenes de ayer querían trabajar (la empresa en cuestión es Nvidia).


En el comercio la fragmentación es mayor. Las grandes marcas pasaron en solo dos décadas de un riesgo del 20% al 82% de perder valor súbito en el mercado.

 

We Work perdió a finales de 2019 un 80% de valor; Meta (Facebook) en 2022 perdió en un solo día 26% de valor. Lo mismo le acaeció a Credit Suisse quien en 2023 perdió en un solo día un 30% de valor. Boeing un 70% en 2020; Luckin Coffee un 80% en 2020; Gucci un 25% en lo que va del año y así como estas muchas más.

Hoy es más fácil adquirir poder, más difícil ejercerlo y más fácil perderlo. Esta nueva fragilidad del poder esta rompiendo los paradigmas de esos hombres o mujeres que, al alcanzar el poder, imaginaron que este les iba a permitir gobernar y dirigir con óbices parecidos a los que tenían los poderosos de la segunda mitad del siglo XX, nada más lejos de la verdad.

 

Uno de los problemas de los seres humanos es que nos enfocamos tanto en los resultados de las cosas que no vemos la dimensión de las que se están gestando. Esto es lo que le paso a los lideres de las democracias del mundo. No vieron que su incapacidad para tomar decisiones impopulares le abría el campo a una nueva oleada de lideres que habíamos superado en el pasado.

 

El regreso de los Autócratas y la concentración del poder.

El estudio y observación de los fenómenos que erosionaron el poder y las debilidades estructurales (personales y sistémicas) que enfrentan los demócratas para ejercerlo, les permitió a personas que poseen una veta autoritaria muy superior a la del término medio (anómalos), idear las formas de llegar al poder y concentrarlo en su persona.

 

Estos individuos comprendieron lo que ningún otro político: que entre más grande sea la brecha entre los que mas y menos tienen, más fácil les será polarizar los sentimientos y resentimientos de la gente.

La segunda variable es que están plenamente conscientes de que los seres humanos somos cien por cien emocionales, lo que hace que el objetivo de su discurso se centre en extrapolar el miedo de los que más tienen y la revancha de los que menos poseen (divide y vencerás). Evitando con esto la creación de un frente común que los contenga y limite.

 

La tercera variable es que estos tomaron consciencia desde un principio de que es más poderoso el aparato de gobierno que el Presidente. Por lo que, en lugar de negociar con el aparato de gobierno: lo destruyeron. Y esta destrucción les permitió concentrar el poder en su persona (AMLO; Trump; Bukele; Ortega; Maduro; Miley; Orbán; Erdoğan y muchos más).

 

Es importante anotar que los lideres demócratas saben muy bien lo que tienen que hacer para resolver los problemas de su pais. Lo que no saben es como ganar las elecciones o la reelección después de haber hecho lo que tenían que hacer.

 

Este no saber como conservar el poder para si o su partido, es lo que les ha impedido tomar decisiones correctas, pero impopulares. Los autócratas, como contraparte, coaccionan a los distintos centros de poder su país o de las organizaciones transnacionales para que estas acepten lo que estos desean lograr. En este tipo de gobiernos los resultados suelen ser positivos en primera instancia, sin embargo, suelen ser resultados de corto plazo, ya que carecen de estructuras que los legitimen.


Lo que los autócratas aún no saben es cómo evitar la implosión que ineluctablemente van a vivir, debido a la falta de estructuras que los soporten y a la ineluctable oblicuidad que representa para ellos el constante reacomodo de las fichas geopolíticas del mundo... Es un hecho que van a implosionar, lo que no sabemos es cuando y a que costo.

En el inter es importante recordar que más que debatirnos entre el optimismo de la voluntad y el pesimismo de la inteligencia, lo que debemos hacer es adherirnos inquebrantablemente a los valores de la libertad y de la democracia.

Perder la fe en estos equivale a darle una licencia de tiempo a los autócratas.

Cuestión de que no nos desesperemos. Recuerde: van a implosionar.

Nos leemos en el siguiente artículo.

 

 

 

miércoles, 2 de julio de 2025

Festina lente.

La naturaleza se mueve violentamente hacia lugar, lentamente en su lugar. Premisa valida en todos los ámbitos de la naturaleza y por ende en los del hacer humano. La naturaleza nos evidencia constantemente esta premisa, no obstante, los seres humanos, que no nos sentimos parte sino dueños de ella, la estudiamos más para contralarla que para entenderla, perdiendo con ello, mucho de lo que esta nos puede enseñar respecto a nuestro propio acaecer.

Analicemos la premisa desde el combes de lo humano: La naturaleza se mueve violentamente hacia lugar, lentamente en su lugar…

En el inter de que una persona está en la búsqueda de un oficio, de una pareja, espacio geográfico o hábitat que obedezca a lo que el individuo es, mostrará, a ojos de los demás, un errabundo y errático andar, tanto en el ser como en el hacer. Y así seguirá hasta que llegue a ese oficio, pareja, geografía o hábitat en el que su naturaleza simplemente es.

Lo que hará que ese deambular de un lugar a otro o de una pareja a otra se vea más o menos atroz, será la cuna (amor y valores con los que la persona creció), no obstante, el brujulear de la persona será visible, y poco entendible a todos los de su entorno. Lo más habitual es que se le acuse de inestable y/o de poco fiar…, y es posible que en ese transito lo sea, no obstante, si algo nos ha demostrado la naturaleza es que en cuanto esa persona llega a su lugar, su proceder cambia diametralmente.

En ese estadio lo que veremos es a un ser humano que no solo vive en armonía consigo mismo (ya llego a su lugar), sino que además transmite y contagia paz. Es una persona que ya no necesita demostrar nada. Ya es y es porque llego y está en su lugar.

El ser humano se conduce, aun cuando no este consciente de ello, de la misma forma en que se mueve todo en la naturaleza: violentamente hacia su lugar…, y lentamente en su lugar.

La figura que más nos va a ayudar a entender esto es la adolescencia y la adultez temprana. En estos estadios de la vida nos es tan ingente la necesidad buscar ese lugar que el interior intuye (aun cuando no lo podamos identificar), que nos impele a saltar o movernos de una cosa a otra, de una pareja a otra y, en ocasiones, de una carrera a otra, sin mencionar, claro está, las veces que el individuo tuvo que cambiar de escuela o colegio para encontrar sus lugar.

Cierto que desde jóvenes podemos aproximarnos verbalmente a nuestro lugar (si no lo nombras, no existe), pero para ello es menester trabajar intensamente en uno mismo para educir que es lo que obedece a nosotros. Conozco hombres y mujeres que desde temprana edad pueden nombrar lo que quieren y buscan. Y otros que, si bien no lo tienen claro, si pueden nombrar lo que no quieren Y ese verbalizar lo que no quieren los salva de cometer muchos errores, tanto en el ser como en el hacer.

El sabio aprende en cabeza ajena; el hombre en la propia y el bruto ni en la de él.
Hay, no obstante, quienes nunca encuentran su lugar. No porque no exista, sino porque nunca han trabajado consigo mismos. Lo que los lleva a externalizar sus yerros en el ser y hacer de los demás y no en el de su propio proceder.

Son personas que, intencionalmente buscan ignorar su pasado, sin darse cuenta de que este siempre les persigue Y aun cuando imaginan, cuando algo vuelve a salir mal, que no es más que otro evento que deben dejar atrás, lo que realmente sucede es que este es el principio de otro igual o peor que ya comenzó y no se han dado cuenta. Lo que pasa es que nos enfocamos tanto en el resultado de las cosas que rara vez vemos el principio de las siguientes.

No obstante, la realidad es que si es posible identificar con algo de antelación esos accidentes del entorno o de la antropología que facilitan la consumación de esos yerros reiterativos que obedecen a las debilidades de nuestra natura.

Identificarlos nos permite evitarlos en lugar de precipitarnos hacia ellos, ya que, si bien es cierto que obedecen a nosotros, también lo es que son actos que no nos hacen mejores personas. Los atajos cortos crean retrasos largos.  

Justo en esos momentos es cuando debemos aprender a apresurarnos lentamente (festina lente) para no caer en esos atajos cortos que nos llevan a buscar lo fácil, cuando el pasado nos ha enseñado que lo único que hacen es alejarnos de nuestro lugar.

Llegar a tu lugar te hace perder el sentido de urgencia y de la novedad. Lo que sientes es una ingente necesidad de profundizar en lo que haces. De crear relaciones sólidas, amistades largas y oficios que nutran tu identidad, valor y aporte social.

El no encontrar tu lugar te lleva a un constante errar que no solo te hará a proyectar en los demás tus yerros y desaciertos, sino a exigir que sean los otros los que resuelvan tu vida…, cosa que nunca va a suceder.

Hay más tela en nosotros de la que es necesaria para cortar el traje de nuestro destino, pero para hacer esto es menester que limpiemos la mirada y nos apresuremos lentamente no al lugar de los demás, sino a nuestro propio lugar, que es el lugar donde somos lo que somos.

Nos leemos en el siguiente artículo.