Para
comprender lo que está acaeciendo en el mundo, lo primero que tenemos que
entender es que el poder se ha venido erosionando y la erosión afecta el
comportamiento de los lideres, del mercado y de las empresas.
Lo que
esta fragmentado el poder a nivel mundial es el impacto de las Tres M: Más;
Movilidad; Mentalidad.
Más paises,
más gente, más medios de comunicación, más productos, servicios y oferentes.
Esto ha ocasionado un mayor nivel de Movilidad, en donde la gente no solo tiene
la oportunidad de estudiar, trabajar y vivir en otros paises, sino la de buscar
(y comparar) productos, servicios y modos de vida ajenas a las de su nación. Lo
que su vez está generando un cambio de Mentalidad en los individuos, en las
familias, en la sociedad, trabajo, negocios, economía, mercado y política.
En 1947
había 67 paises, hoy hay 200... Doscientos espacios geográficos y poblacionales que
no existían antes como nación y que hoy no solo poseen sus propias leyes y monedas,
sino que además compiten a nivel global por espacios de poder y decisión. Amén
de que esta fragmentación ha propiciado una mayor cercanía de la gente con el poder.
Ya no es menester que un ciudadano Indio viaje a Londres para expresar o
protestar ante el Parlamento sobre un problema específico de su ciudad. Ahora lo
único que tiene que hacer es ir al Palacio de gobierno o al del Ayuntamiento de
su ciudad y hacer ahí lo que antes tenía que hacer a miles de kilómetros de
distancia.
Otro dato
relevante es el cambio en la dinámica habitacional. En 1960 el 66% de la
población vivía en el campo y el 34% en la ciudad. Lo que permitía un mayor
ejercicio y concentración del poder, amén de que la comunicación tardaba más en
llegar a la gente. Hoy la dinámica es otra. El 59% de la gente vive en la
ciudad y el 41% en el campo. Amén de que el 59% urbanita tiene un mayor nivel
de instrucción y de exposición a medios de comunicación y comparación que les
ayudan a cuestionar más y a tolerar menos.
Otra de las variables
de la fragmentación es el poder de las minorías. Estas, por mencionar un solo
ejemplo, tienen hoy tres
veces más representación que la que tenían hace veinte años en Parlamentos y
Congresos. Y en muchos casos funcionan como fiel de la balanza entre los
partidos mayoritarios, siendo su voto el que define quienes ostenten el control
de las cámaras y la aprobación de las leyes.
En
las empresas está acaeciendo algo similar. En la actualidad los Capitanes de
Empresa tienen más influencia en la sociedad que los Consejos de Administración.
Algo impensable hace tres décadas. Lo mismo acaece en el mundo de las Finanzas.
Los Fondos de Inversión (Hedge Funds), tienen, manejan. invierten, prestan y ganan
más dinero que los Bancos. Cosa inimaginable a principios de siglo.
Otro
fenómeno que está erosionando el poder en el mundo de las finanzas son las Fintech.
Estas, que no tienen ni el 1% de los activos inmobiliarios de la Banca, son las
reinas del mercado de ahorro, de inversión y de tarjetas de crédito y débito de
los adultos jóvenes y de los adolescentes.
Lo
mismo acaece con la acumulación del Capital. En 2010 se alcanzó un número sin
precedente de nuevos millonarios que también ven fragmentado su poder. Tan es
así que cada año desaparecen unos de la lista para que otros, tan desconocidos
como los primeros, ocupen su lugar.
Hace dos generaciones se creía que tenías
que trabajar intensa e inteligentemente por más de dos generaciones para lograr
posicionarte en la lista de millonarios. Hoy, con esta erosión del poder propiciada
por el impulso de las Tres M, no es raro encontrar que una empresa tecnológica venda
en un solo día más que lo que valen alguna de las empresas emblemáticas en las
que los jóvenes de ayer querían trabajar (la empresa en cuestión es Nvidia).
En el comercio la fragmentación es mayor. Las grandes marcas pasaron en solo
dos décadas de un riesgo del 20% al 82% de perder valor súbito en el mercado.
We
Work perdió a finales de 2019 un 80% de valor; Meta (Facebook) en 2022 perdió
en un solo día 26% de valor. Lo mismo le acaeció a Credit Suisse quien en 2023
perdió en un solo día un 30% de valor. Boeing un 70% en 2020; Luckin Coffee un 80% en 2020; Gucci un 25% en lo que va del año y
así como estas muchas más.
Hoy es más fácil adquirir poder, más difícil ejercerlo y más fácil perderlo.
Esta nueva fragilidad del poder esta rompiendo los paradigmas de esos hombres o
mujeres que, al alcanzar el poder, imaginaron que este les iba a permitir gobernar
y dirigir con óbices parecidos a los que tenían los poderosos de la segunda
mitad del siglo XX, nada más lejos de la verdad.
Uno
de los problemas de los seres humanos es que nos enfocamos tanto en los
resultados de las cosas que no vemos la dimensión de las que se están gestando.
Esto es lo que le paso a los lideres de las democracias del mundo. No vieron
que su incapacidad para tomar decisiones impopulares le abría el campo a una
nueva oleada de lideres que habíamos superado en el pasado.
El
regreso de los Autócratas y la concentración del poder.
El
estudio y observación de los fenómenos que erosionaron el poder y las
debilidades estructurales (personales y sistémicas) que enfrentan los demócratas
para ejercerlo, les permitió a personas que poseen una veta autoritaria muy
superior a la del término medio (anómalos), idear las formas de llegar al poder
y concentrarlo en su persona.
Estos
individuos comprendieron lo que ningún otro político: que entre más grande sea la
brecha entre los que mas y menos tienen, más fácil les será polarizar los
sentimientos y resentimientos de la gente.
La segunda variable es que están plenamente conscientes de que los seres
humanos somos cien por cien emocionales, lo que hace que el objetivo de su discurso se
centre en extrapolar el miedo de los que más tienen y la revancha de los que
menos poseen (divide y vencerás). Evitando con esto la creación de un frente
común que los contenga y limite.
La
tercera variable es que estos tomaron consciencia desde un principio de que es
más poderoso el aparato de gobierno que el Presidente. Por lo que, en lugar de
negociar con el aparato de gobierno: lo destruyeron. Y esta destrucción les
permitió concentrar el poder en su persona (AMLO; Trump; Bukele; Ortega; Maduro;
Miley; Orbán; Erdoğan y muchos más).
Es
importante anotar que los lideres demócratas saben muy bien lo que tienen que
hacer para resolver los problemas de su pais. Lo que no saben es como ganar las
elecciones o la reelección después de haber hecho lo que tenían que hacer.
Este
no saber como conservar el poder para si o su partido, es lo que les ha
impedido tomar decisiones correctas, pero impopulares. Los autócratas, como
contraparte, coaccionan a los distintos centros de poder su país o de las
organizaciones transnacionales para que estas acepten lo que estos desean lograr.
En este tipo de gobiernos los resultados suelen ser positivos en primera
instancia, sin embargo, suelen ser resultados de corto plazo, ya que carecen de
estructuras que los legitimen.
Lo que los autócratas aún no saben es cómo evitar la implosión que
ineluctablemente van a vivir, debido a la falta de estructuras que los soporten
y a la ineluctable oblicuidad que representa para ellos el constante reacomodo
de las fichas geopolíticas del mundo... Es un hecho que van a implosionar, lo que
no sabemos es cuando y a que costo.
En el inter es importante recordar que más que debatirnos entre el optimismo de
la voluntad y el pesimismo de la inteligencia, lo que debemos hacer es
adherirnos inquebrantablemente a los valores de la libertad y de la democracia.
Perder la fe en estos equivale a darle una licencia de tiempo a los autócratas.
Cuestión de que no nos desesperemos. Recuerde: van a implosionar.
Nos leemos en el siguiente artículo.